Mensaje del presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso a las
comunidades budistas en la fiesta Vesakh 2008
Martes, 29 abr (RV).- El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso,
cardenal Jean-Louis Tauran ha enviado un mensaje de felicitación a las comunidades
budistas en ocasión de la fiesta Vesakh 2008. En el texto se pone en evidencia las
buenas relaciones existentes entre católicos y budistas, que “sirven de base para
reforzar y profundizar en la recíproca comprensión y continuar a trabajar juntos para
construir un mundo mejor”.
“La experiencia nos enseña -subraya el cardenal
Tauran- que el diálogo promueve el deseo de compartir la simpatía y la armonía que
ya existen, y nos acercan cada vez más a los otros, dispuestos juntos a afrontar los
desafíos y las dificultades que puedan surgir”.
El purpurado ha recordado el
mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la paz 2008, cuando observa que
“para la familia humana la casa es el planeta tierra: el ambiente que Dios Creador
nos ha dado para que lo habitemos con responsabilidad”. “Tenemos que cuidar el ambiente
que ha sido confiado al hombre, para que lo custodie y cultive con libertad responsable”.
La
Asamblea General de Naciones Unidas ha declarado 2008 Año Internacional del planeta
Tierra. “En cuanto habitantes de la tierra y creyentes, cristianos y budistas -señala
el cardenal Tauran- hemos de respetar la creación y el ambiente que compartimos. “La
tutela del ambiente, la promoción del desarrollo sostenible y una particular atención
a los cambios climáticos son materia de grave preocupación para todos”.
El
presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso afirma que muchos
gobiernos, ONG, compañías multinacionales e institutos de investigación, reconociendo
las implicaciones éticas en todo el desarrollo económico y social, están invirtiendo
recursos financieros en el campo de la biodiversidad, del cambio climático y en la
tutela y conservación del ambiente”. Y observa el cardenal que también los líderes
religiosos ofrecen su contribución.
“El cristianismo y el budismo han promovido
siempre un gran respeto por la naturaleza y han enseñado que debemos ser gratos administradores
de la tierra”. De hecho sólo a través de una profunda reflexión entre Creador divino,
creación y criaturas los esfuerzos realizados para responder a las preocupaciones
ambientales no se verán comprometidos por la codicia o interrumpidos por los intereses
particulares”.
El reciclaje, el ahorro energético, la prevención de la destrucción
indiscriminada de plantas y de animales, y la protección del agua, todo lleva a una
más atenta administración y a promover cordiales relaciones entre los pueblos. De
este modo, cristianos y budistas juntos pueden ser portadores de esperanza para un
mundo limpio, seguro y armonioso.