2008-04-28 15:49:23

Santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa


Lunes, 28 abr (RV).- En la II Asamblea especial para Europa del Sínodo de los obispos celebrada en 1999, el Santo Padre Juan Pablo II proclamaba tres nuevas copatronas del continente europeo: santa Edith Stein, santa Brígida de Suecia y santa Catalina de Siena. Precisamente mañana recordamos a una de ellas, santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa.
Santa Catalina de Siena nació en esta ciudad el día de la fiesta de la Anunciación. A los seis años tuvo una extraordinaria experiencia mística que definió su vocación, entregándose enteramente a Cristo. Siendo muy joven y con cierta dificultad, logró hacerse terciaria de la Orden de Santo donde pese a las consolaciones y visiones, tuvo que vencer pruebas muy duras. Por revelación divina, la santa salió a trabajar por la salvación del prójimo, asistiendo a los enfermos en los hospitales en especial aquellos que padecían enfermedades repugnantes como la lepra. Poco a poco reunió a un grupo de amigos y discípulos formando una "gran familia" y que durante la epidemia de la peste, asistieron a casi todos los enfermos de la ciudad.

La caridad de la santa también se extendía a los condenados a muerte a quienes ayudaba a encontrar a Dios. Santa Catalina fungió exitosamente como moderadora entre la Santa Sede y Florencia pues ésta había formado una liga contra el Vaticano, y que finalmente se llegó a la reconciliación bajo el Papa Urbano VI. Santa Catalina entonces volvió a Siena donde empezó a escribir su famosa obra mística "Diálogo de Santa Catalina" pero paralelamente, la salud de la santa empeoraba obligándola a soportar grandes sufrimientos. Dos años después del fin del cautiverio de los Papas en Aviñon estalló el escándalo del gran cisma, por lo que Santa Catalina se estableció en Roma, donde luchó infatigablemente con oraciones, exhortaciones y cartas, para ganar nuevos partidarios al Papa legítimo.

Pero la vida de la santa tocaba a su fin y en 1380 el 21 de abril, un ataque de apoplejía la dejó semiparalítica y ocho días después murió a los 33 años de edad.

Santa Catalina fue elegida copatrona de Europa, junto a Edith Stein y Brígida de Suecia, por estar relacionadas de modo especial con la historia del continente. Edith Stein, proveniente de una familia judía, dejó la brillante carrera de estudiosa para hacerse monja carmelita con el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz y murió en el campo de exterminio de Auschwitz, representando, como señaló el propio Juan Pablo II, un símbolo de los dramas de la Europa de este siglo. Brígida de Suecia y Catalina de Siena, que vivieron en el siglo XIV, trabajaron incansablemente por la Iglesia, preocupándose por su suerte a escala europea. Así, Brígida, consagrada a Dios después de haber vivido plenamente la vocación de esposa y madre, recorrió Europa de norte a sur, promoviendo sin descanso la unidad de los cristianos, y murió en Roma. Catalina, humilde e intrépida terciaria dominica, llevó la paz a su Siena, a Italia y a la Europa del siglo XIV; se dedicó completamente a la Iglesia, logrando obtener el retorno del Papa desde Aviñón a Roma.

Las tres expresan admirablemente la síntesis entre contemplación y acción. Su vida y sus obras testimonian con gran elocuencia la fuerza de Cristo resucitado, que vive en su Iglesia: fuerza de amor generoso a Dios y al hombre, fuerza de auténtica renovación moral y civil. En estas nuevas patronas, tan ricas en dones tanto desde el punto de vista sobrenatural como desde el humano, pueden hallar inspiración los cristianos y las comunidades eclesiales de todas las confesiones, al igual que los ciudadanos y los Estados europeos, sinceramente comprometidos en la búsqueda de la verdad y del bien común.







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