Homenaje al Sumo Pontífice al entrar en su cuarto año de pontificado

Jueves, 24 abr (RV).- En estos tres años de Pontificado, Benedicto XVI ha encontrado a más de diez millones personas, ha realizado ocho viajes internacionales y ocho visitas pastorales en Italia. Ha escrito dos encíclicas dedicadas al Amor y a la Esperanza, añadiendo, con su libro Jesús de Nazaret, que la fe cristiana no es un elenco de prohibiciones, sino «una relación de amistad con Dios hecho Hombre, que cambia la vida».

Benedicto XVI ha creado, en dos Consistorios, 38 nuevos cardenales, en representación de todos los continentes, reiterando la atención de la Iglesia hacia toda la humanidad, en particular hacia los más pobres. Sin contar sus invocaciones en favor de la paz y la justicia. Ha escrito una carta a los católicos chinos, convocando una jornada de oración por la Iglesia en China, para el próximo 24 de mayo, festividad de María Auxiliadora.

Desde el primer momento de su pontificado, Benedicto XVI no deja de exhortar a «vivir el misterio de Cristo en la historia». Pues «Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre (cf. Hb 13, 8); en cambio, la historia cambia y necesita ser evangelizada constantemente; necesita renovarse desde dentro, y la única verdadera novedad es Cristo: él es su realización plena, el futuro luminoso del hombre y del mundo. Jesús, resucitado de entre los muertos, es el Señor al que Dios someterá todos sus enemigos, incluida la misma muerte (cf. 1 Co 15, 25-28)».

En el marco de este aniversario, en el que Benedicto XVI entra en el cuarto año de su Pontificado, el Padre Guillermo Ortiz, responsable de la Oficina de Promoción para América Latina de nuestra emisora, nos ofrece un homenaje al Santo Padre, titulado «Perfil de un Vicario»:
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Perfil de un Vicario
De naturaleza tímida, pequeño y anciano, es paradójicamente valiente y enérgico frente a los fuertes del poder político mundial y frente a la violencia y exclusión religiosa. Defiende el bien de todos y la dignidad de las personas.
Con un modo completamente personal, alegre y de gestos sencillos, no baja la cabeza, no tiembla, ni tropieza cuando plantea el tema de la verdad y la razón en el debate de las naciones, con convicción y firmeza, desde la identidad cristiana, con la lucidez y claridad de la fe.
Porque lo mueve el Espíritu; la fuerza de la fe que está más cerca de la verdad, del amor y la razón, que de la violencia irracional, el egoísmo y la codicia.
Como erudito profesor de teología y ‘guardián’ de la fe, escudriño primero los laberintos de la inteligencia de esta fe, pero para creer más el misterio de Jesús. De modo que cuando fue elegido sucesor de Pedro, vicario de Cristo vivo, se sostiene en esta fe para defender a la familia de la Iglesia y a la gente, con ternura de ‘padre universal’ como dijo el secretario de Estado en el 3er aniversario de pontificado de Benedicto XVI.
Él tiene, como nadie, una imagen de la realidad del mundo desnuda de intereses particulares, iluminada por la caridad pastoral.
Se dice que es ‘exigente y misericordioso’, como también Bertone alabo ‘su oración de sacerdote’.
Porque el sucesor de Pedro y vicario de Cristo es fundamentalmente eso: un Sacerdote. El Papa como ‘obispo’, tiene la plenitud del sacerdocio de Cristo que intercede por la humanidad herida letalmente, para que en los corazones crezca la esperanza. Pontífice quiere decir ‘puente’. Es un puente entre Dios y los hombres, con el poder recibido de Cristo de desatar de las esclavitudes del egoísmo y el odio, y atar al yugo del Amor de Dios y a Dios y al prójimo, por el ejercicio del ministerio sacerdotal, con la oración eficaz de los ‘misterios’ o ‘sacramentos’ de la fe.
Hay, de cualquier modo, una consecuencia evidente de su magisterio y su ministerio sacerdotal: a su paso crece la esperanza en el mundo descompuesto y el diálogo imposible tiene un retoño en medio de los golpes de la violencia.