El Papa regresa a Roma de su Viaje Apostólico a Estados Unidos y la ONU tras seis
días de intensos e inolvidables encuentros y celebraciones que han marcado el inicio
de su cuarto año de pontificado
Lunes, 21 abr (RV).- El Papa Benedicto XVI regresó hoy a Roma de su Viaje Apostólico
a Estados Unidos y la ONU tras seis días de intensos e inolvidables encuentros y celebraciones
que han marcado el inicio de su cuarto año de pontificado cumplido durante su visita.
El Boeing 777 de la compañía aérea Alitalia aterrizó a las 10: 35, hora de Italia
en el aeropuerto militar de Ciampino, en Roma, e inmediatamente después de ser recibido
por algunas autoridades civiles y religiosas, se trasladó en helicóptero a la Ciudad
del Vaticano.
El avión había despegado del aeropuerto John F. Kennedy de
Nueva York a las 20:55 hora de Estados Unidos, luego de una extraordinaria despedida,
fuera de lo usual, en la que el Santo Padre fue homenajeado por unos 15 mil fieles,
cardenales, obispos, sacerdotes y autoridades civiles que coreaban su nombre entre
cantos que acompañaron sus pasos hasta la escalera del avión.
Tras las palabras
de agradecimiento del vicepresidente de los Estados Unidos, Richard Cheney, Benedicto
XVI manifestó que los días transcurridos en Estados Unidos fueron bendecidos por muchas
e inolvidables experiencias del sentido de hospitalidad de los norteamericanos. Por
eso expresó su profunda gratitud a la vez que se alegró por haber sido testigo de
la fe y de la devoción de la comunidad católica en esta nación.
Los objetivos
que se había trazado el Santo Padre días antes de su partida: proclamar que Jesucristo
es nuestra esperanza, encontrar a la comunidad eclesial de Estados Unidos y llevar
este mensaje cristiano a los pueblos representados en la Asamblea de la ONU los cumplió
y superó las expectativas no sólo del pueblo estadounidense sino de todo el mundo
que siguió paso a paso esta emocionante visita. Nuestra enviada Maria Fernanda Bernasconi
nos ayuda a recordar los momentos cruciales de este, el octavo viaje internacional
de Benedicto XVI.