2008-04-16 14:54:55

Benedicto XVI asegura la exclusión de los pederastas del ministerio sacerdotal y promete justicia y ayuda para las víctimas de los abusos sexuales


Miércoles, 16 abr (RV).- El viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos tiene como primera finalidad visitar a la iglesia de ese país, tal como dijo ayer el Papa durante la acostumbrada rueda de prensa que ofrece a los periodistas durante el vuelo Papal. Igualmente, el Pontífice resaltó la celebración de los 200 años de la diócesis de Baltimore, la primera del país, a la que le siguieron ese mismo año las de Filadelfia, Boston y Louisville, calificando el momento como un gran jubileo de ese núcleo de la Iglesia católica que invita a un reflexión sobre el pasado y ante todo sobre el futuro, para poder responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo.

El Santo Padre también destacó como objetivos principales de este viaje el encuentro interreligioso, la visita a la Sinagoga y obviamente, el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, fundamento antropológico, humano y espiritual de la constitución de las Naciones Unidas.

En la rueda de prensa se planteó la crisis de la Iglesia estadounidense de los últimos años causada por numerosos casos de abusos sexuales, que el Papa calificó como un gran sufrimiento de la Iglesia de Estados Unidos y de la Iglesia en general. El Papa expresó su dificultad para comprender cómo algunos sacerdotes hayan podido fracasar de ese modo en su misión de llevar consuelo y llevar el amor de Dios a estos niños.

“Me siento mortificado y haremos todo lo posible para que esto no se repita en el futuro. Creo que debemos actuar en tres planos: el primero es el plano de la justicia y el plano político. Excluiremos rigurosamente a los pederastas del sacramento del ministerio sacerdotal: es absolutamente incompatible y quien es culpable de pederastia no puede ser sacerdote. Entonces, en un primer nivel podemos hacer justicia y ayudar sinceramente a las víctimas".

Como tercer plano de acción Benedicto XVI situó el trabajo pastoral, pues estas personas deben ser curadas y necesitan ayuda, asistencia y reconciliación, un compromiso que tiene que ser asumido por los obispos, sacerdotes y todos los católicos del país. El Papa agregó que “para que esto no se vuelva a repetir” están realizando inspecciones en los seminarios y garantizando una profunda formación espiritual y humana, ya que “sólo las personas ‘limpias’ podrán ser admitidas a la vida sacramental”.

Otro argumento significativo planteado en la rueda de prensa durante el vuelo Papal ha sido el de la inmigración, especialmente, por la fuerte presencia de latinoamericanos, en su mayoría católicos, que viven en la precariedad o son discriminados. En este sentido, el Pontífice dijo conocer, a través de las distintas visitas “ad límina” de obispos de Centroamérica y Suramérica, la amplitud de este problema, sobretodo, el grave problema de la separación de las familias, que implica un verdadero peligro para el tejido social, moral y humano de estos países. Como medidas a corto plazo el Papa recalcó la protección de las familias y el combate contra la precariedad y contra toda forma violencia para que puedan vivir una vida digna. Mientras que a largo plazo el Papa planteó medidas estructurales.

“La solución fundamental es que no haya necesidad de emigrar porque hay puestos de trabajo suficientes, un tejido social suficiente como para que nadie tenga que emigrar para encontrar esto. Por lo tanto, debemos trabajar por este objetivo: el desarrollo social que es necesario ofrecer, que ellos tengan la posibilidad de ofrecer a los ciudadanos un trabajo y un futuro. También sobre este punto quisiera hablar con el presidente, porque sobretodo Estados Unidos debe ayudar para que estos países puedan desarrollarse".

Interpelado sobre la posibilidad de que Estados Unidos pueda ser una ejemplo para la Europa secularizada, dado el puesto privilegiado de los valores religiosos en la sociedad norteamericana, Benedicto XVI recalcó que si bien hay diferencias, considera fascinante el concepto positivo de laicidad que existe en Estados Unidos, porque la población formada por distintas comunidades habían huido de la Iglesia Estado y querían un Estado laico, que se abriera a todas las confesiones y a todas las formas de ejercicio religioso.

“Estaban en contra de un Estado Iglesia y de una Iglesia Estado, pero justamente por amor por la religión en su autenticidad, que sólo puede ser vivida libremente. Y así encontramos esta integración, un Estado decididamente laico precisamente por una voluntad religiosa, para dar autenticidad a la religión”.

Luego de reconfirmar la importancia de su visita a Naciones Unidas, el Papa manifestó su alegría por ésta visita, a un país que ha visitado en tantas oportunidades, con una iglesia vivaz no obstante todos sus problemas, y en un momento histórico tanto de la Iglesia como de Naciones Unidas.

Y hoy miércoles, con la ceremonia de bienvenida, comienza la apretada agenda que llevará a Benedicto XVI en los próximos cinco días a encontrarse con todos los sectores de la comunidad católica de ese país, a dialogar con representantes de otras religiones y a dirigirse a todos los pueblos del mundo representados en la Organización de Naciones Unidas.

El mensaje del Papa es claro: “Cristo nuestra esperanza”, ese es su principal objetivo como pastor de la iglesia universal, y esa fue la motivación por la que, rompiendo los protocolos presidenciales, el presidente Bush y su familia, lo acogió, como no lo ha hecho con ningún otro jefe de estado, en el aeropuerto de Maryland. Hoy, cuando el Santo Padre cumple sus 81 años, la ceremonia de bienvenida se hará con todos los honores en la Casa Blanca.

Los detalles de la llegada ayer del Papa a los Estados Unidos y las expectativas a pocas horas del inicio del encuentro del Papa con las autoridades estadounidenses en la crónica de nuestra enviada María Fernanda Bernasconi. RealAudioMP3







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