2008-04-03 14:03:55

La intensa jornada de homenaje a Karol Wojtyla concluyó ayer con una vigilia de oración ante su tumba y la exhortación de Benedicto XVI “a seguir el ejemplo de fidelidad y amor a Cristo y a la Iglesia, que nos dejó como preciosa herencia el Siervo de Dios Juan Pablo II”


Jueves, 3 abr (RV).- Ayer por la mañana, al concluir la multitudinaria Santa Misa en la plaza de San Pedro -que Benedicto XVI celebró en el tercer aniversario de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II-, el Papa dirigió un saludo en diversas lenguas a los casi setenta mil peregrinos procedentes de los cinco continentes.

En nuestro idioma, el Obispo de Roma dijo: RealAudioMP3

“Saludo con afecto a los fieles de lengua española aquí presentes, y les invito a seguir el ejemplo de fidelidad y amor a Cristo y a la Iglesia, que nos dejó como preciosa herencia el recordado Papa Juan Pablo II. Que Dios os bendiga”.

El Papa también saludó a los participantes en el I Congreso Apostólico Mundial de la Divina Misericordia, cuya inauguración coincidió con esta Misa. Y se dirigió también a los numerosos fieles procedentes de Polonia.

En efecto, haciendo resonar la exhortación de Juan Pablo II a no tener miedo y a abrir las puertas a Cristo, el Pontífice se unió a los compatriotas del Papa Wojtyla en su acción de gracias a Dios por la obra realizada por su amado predecesor, y a cuya protección encomendó a todos los polacos y a toda la Iglesia en esta nación. Benedicto XVI saludó también con profundo afecto al grupo de la Postulación de la causa de beatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II.

Cabe destacar que, precisamente ayer por tarde, en la Basílica de San Juan de Letrán -“Cabeza y Madre de todas las Iglesias de Roma y del mundo”, tal como lo recordó el cardenal Camillo Ruini, vicario de la diócesis del Papa- tuvo lugar la primera sesión de este I Congreso Apostólico Mundial de la Divina Misericordia.

El cardenal Ruini hizo hincapié en que, precisamente, la Divina Misericordia fue el centro de la vida espiritual de Juan Pablo II, de su testimonio apostólico y de su magisterio. Como vemos en la consagración de la segunda Encíclica de su pontificado, en la beatificación y canonización de la religiosa polaca sor Faustina Kowalska y en la dedicación a la Divina Misericordia del segundo Domingo de Pascua.

Por su parte, el presidente y promotor de este Congreso, el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, reiteró la exhortación que Benedicto XVI hizo el domingo pasado. El purpurado austriaco puso bajo el amparo de la Santísima María Virgen María esta primera cita mundial encomendando a la “Mater Misericordiae” la paz del mundo.

Recordamos a nuestros oyentes que la intensa jornada de homenaje a Karol Wojtyla en el tercer aniversario de su fallecimiento, prosiguió también con un emotivo encuentro de oración ante su tumba en las Grutas Vaticanas, es decir, en la parte inferior de la Basílica de San Pedro, donde se rezó el Santo Rosario.

Se trató de una emotiva vigilia de oración de jóvenes, presidida por el cardenal Camillo Ruini, Vicario del Papa para la Diócesis de Roma. Y contó con la participación del cardenal Angelo Comastri, Vicario de Benedicto XVI para la Ciudad del Vaticano quien pronunció las reflexiones, y del cardenal polaco Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia. El purpurado, que acompañó a Juan Pablo II como secretario durante más de 40 años, encomendó al amado Pontífice las inquietudes y los anhelos de la humanidad y dirigió un saludo afectuoso a los jóvenes que desde Polonia siguieron este acto mariano en conexión directa con la Ciudad del Vaticano.







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