Editorial Octava Dies del P. Lombardi: «Las llagas gloriosas»
Sábado, 29 mar (RV).- Como cada semana les ofrecemos a continuación a la reflexión
sobre el mensaje pascual Urbi et Orbi del Papa Benedicto XVI, de nuestro director
general, el padre Federico Lombardi, en su editorial Octava Dies que lleva
por título hoy: «Las llagas gloriosas».
“En su Mensaje Pascual, Benedicto XVI
nos invita a «fijar la mirada del alma en las llagas gloriosas», que el Resucitado
lleva en su cuerpo glorificado. Porque así «podemos entender el sentido y el valor
del sufrimiento, podemos aliviar las múltiples heridas que siguen ensangrentando a
la humanidad, también en nuestros días». Después de los días de la Pasión, la Pascua
no significa olvidarlos. Sino llevarlos con nosotros, transformados en una vida guiada
plenamente por el amor y la esperanza”.
“El Papa se detiene ante «las llagas
de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta, aunque a
veces ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el
cuerpo de innumerables hermanos y hermanas nuestros». Y recuerda que las relaciones
entre personas, grupos y pueblos, están marcadas por el egoísmo, el odio y la violencia,
que la dignidad de la persona humana es a menudo «denigrada y vulnerada»”.“Saber
que el Resucitado está con nosotros y mirar sus llagas gloriosas, significa por lo
tanto – recuerda el Papa – comprometerse activamente en favor de la justicia, derramar
signos luminosos de esperanza. Multiplicar los testimonios de mansedumbre y perdón.
Caminar por la senda de la solidaridad y de la paz”.
“Jesús Resucitado envía
por doquier a sus discípulos como testigos de la esperanza y les asegura: ‘siempre
estoy con vosotros’. El lunes de Pascua, el Papa ha recordado a los mártires cristianos
del año pasado y, en los próximos días, visitará, en la Isla tiberina, el memorial
de los mártires cristianos del siglo pasado. Personas que fijaron su mirada, con fe,
en las llagas gloriosas de Cristo. Y que nos acompañan, también ellos, por medio de
una historia difícil, pero iluminada – precisamente – por la esperanza»”.