En su audiencia general, Benedicto XVI exhorta a ser, con la ayuda de María, mensajeros
de la luz y la alegría de la Pascua para todos los pueblos
Miércoles, 26 mar (RV).- Benedicto XVI ha llegado esta mañana al Vaticano en helicóptero,
desde el palacio pontificio de Castelgandolfo, para celebrar su audiencia general
en la Plaza de San Pedro. Le esperaban miles de personas para escuchar su catequesis,
dedicada a la «certeza y la alegría de la resurrección de Cristo».
«El anuncio
que en estos días volvemos a escuchar constantemente es precisamente éste: Jesús ha
resucitado, es el que vive y nosotros lo podemos encontrar». Una vez más, el Santo
Padre ha exhortado a «renovar constantemente nuestra adhesión a Cristo muerto y resucitado
por nosotros. Su Pascua es también nuestra Pascua, porque en Cristo resucitado se
nos ha dado la certeza de nuestra resurrección final. La noticia de su resurrección
entre los muertos no envejece y Jesús está siempre vivo. Y está vivo su Evangelio».
Poniendo
en guardia contra el debilitamiento de la fe en la resurrección de Cristo -que debilita
el testimonio de los creyentes- el Papa ha hecho hincapié en la ‘verdad histórica
de la resurrección de Cristo’. «Verdad fundamental de la fe cristiana, ampliamente
documentada, aunque aún hoy –como en el pasado- no faltan personas que, de distinta
forma, la ponen en duda, o llegan incluso a negarla».
Si se debilita en la
Iglesia la fe en la resurrección todo se desmorona. Por el contrario, la adhesión
del corazón y de la mente a Cristo muerto y resucitado cambia la vida e ilumina toda
la existencia de las personas y de los pueblos.
Acaso, ¿no es la certeza que
Cristo ha resucitado la que imprime valentía, audacia profética y perseverancia a
los mártires de toda época? ¿no es el encuentro con Jesús vivo el que convierte y
fascina a tantos hombres y mujeres que desde los comienzos del cristianismo siguen
dejándolo todo para seguirle y entregar la propia vida al servicio del Evangelio?
Como decía el Apóstol Pablo, si Cristo no ha resucitado es vana nuestra predicación
y es vana nuestra fe. Pero Cristo ha resucitado, ha recordado el Papa.
«La
fe de los cristianos es la resurrección de Cristo». «Dios ha dado a todos los hombres
una prueba segura sobre Jesús, resucitándolo de la muerte». Citando a san Agustín
y los Hechos de los Apóstoles, y evocando a cuantos han creído y consagrado su vida
a esta justa causa y han muerto por ella, Benedicto XVI ha recordado que «la muerte
del Señor demuestra el inmenso amor con el que Él nos ha amado hasta llegar a sacrificarse
por nosotros. Pero sólo su resurrección es prueba segura. Es certeza de que cuanto
Él afirma es verdad».
Como es tradicional, Benedicto XVI ha resumido su catequesis
en varios idiomas, saludando a los numerosos peregrinos que han acudido a su audiencia
general. Éstas han sido sus palabras en español: Queridos hermanos
y hermanas:Cada año, la liturgia del tiempo pascual canta la certeza y la alegría
de la resurrección de Cristo, que constituye la verdad central de la fe cristiana.
En efecto, en la Iglesia todo se comprende a partir de este gran misterio, que ha
cambiado el curso de la historia y que se hace actual en cada celebración eucarística.
En la muerte del Señor vemos el inmenso amor con que nos ha amado, pero sólo la resurrección
es prueba segura de la verdad de todo lo que Él ha enseñado. Es importante afirmar
de nuevo esta realidad fundamental de nuestra fe, porque la adhesión a Cristo muerto
y resucitado cambia la vida de las personas y da valor y fortaleza al testimonio de
los creyentes. Especialmente en esta Octava de Pascua, la liturgia nos invita a encontrar
personalmente al Resucitado y a reconocer su acción vivificadora. También nosotros,
como los dos discípulos que iban camino de Emaus, podemos encontrar a Cristo en la
celebración de la Eucaristía, en la cual Él se nos da en la mesa de la Palabra anunciada
y del Pan y el Vino consagrados. Cada domingo la comunidad revive así la Pascua del
Señor y recibe del Salvador su testamento de amor y de servicio fraterno. Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a los alumnos del
Seminario Mayor Ibero-americano de los Padres de Schoenstatt. Saludo también a los
distintos grupos de estudiantes y peregrinos venidos de Argentina, El Salvador, España,
México, Puerto Rico, y de otros países latinoamericanos. Que la alegría de la Resurrección
de Cristo haga más profunda y fiel vuestra vida cristiana, al mismo tiempo que os
animo a ser, con la ayuda de María, mensajeros de la luz y la alegría de la Pascua
para todos vuestros hermanos. Felices Pascuas.
El Papa se ha dirigido asimismo
a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. En particular, a los chicos
y chicas que este año cumplen su ‘Profesión de fe’, los ha animado a «ser protagonistas
llenos de entusiasmo en la Iglesia y en la sociedad». Y a comprometerse con firmeza
en la construcción de la civilización del amor, fundada en Cristo, que murió por todos.
A
los enfermos les ha deseado «que la luz de la Resurrección ilumine y sostenga» su
sufrimiento, haciendo que sea fecundo «en beneficio de toda la humanidad». Y, a los
recién casados, los ha exhortado a encontrar en el Misterio pascual el impulso de
un amor sincero e inextinguible.
Al finalizar su audiencia general de este
miércoles, el Santo Padre ha regresado al Palacio Apostólico de Castelgandolfo, donde
permanecerá hasta el próximo domingo, día en que rezará el tradicional Regina Coeli,
al medio día, y, por la tarde, regresará al Vaticano.