2008-03-24 18:07:17

Día del niño por nacer: “Tan humano como uno ya nacido”


Lunes, 24 mar (RV).- “Tan humano como uno ya nacido”. Con este lema mañana se celebra en Perú, el Día del niño por nacer, una conmemoración convocada por la Conferencia Episcopal de este país que se ha extendido a varios países de América Latina.

Se trata de una iniciativa promovida por el mismo Juan Pablo II que se celebra en el 25 de marzo o en un día cercano, fiesta de la Anunciación del Ángel a la Virgen María de su concepción y nacimiento de Jesús. El Salvador fue el primer país que decretó una celebración de este tipo en el año 1993, con el nombre de «Día del Derecho a Nacer» por proclamación de la Asamblea Legislativa.

Con este motivo la Comisión Episcopal de Familia y Vida de Perú ha preparado un documento en el que señala que «el niño por nacer no es un asunto de opinión, no es una fantasía, ni una ilusión; tiene todo el peso y toda la fuerza de la realidad que no se puede ignorar ni ocultar a la razón humana». «De ello se sigue que la inviolabilidad de la vida humana naciente no es sólo un mandamiento de la fe cristiana, sino una ley natural inscrita en lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, válida para creyentes -de cualquier credo- o agnósticos», añade el documento.

Además, el documento señala que «el hombre, buscador de la verdad, en su investigación de los primeros instantes de la existencia del ser humano, cuando éste apenas es una célula, ha permitido que hoy sepamos que existe un fino diálogo de moléculas bioquímicas entre el cuerpo de la mujer madre y su minúsculo hijo, una realidad que la ciencia contempla maravillada».

Asimismo, «se ha logrado que los bebés nacidos muy prematuramente puedan vivir y que enfermedades congénitas sean ahora vencidas por intervenciones médico-quirúrgicas dentro del seno materno; abriéndose así la ciencia a la verdad del niño por nacer y constatando lo que él es: un ser humano, tan miembro del género humano como uno ya nacido».

En el documento se hace un llamado a todos a «abrirnos a la verdad del niño por nacer y a ser coherentes con ella», lo que implica decir «no» a la mentira del aborto, a la fertilización in vitro, a la manipulación de embriones.

Sobre este argumento el Santo Padre Benedicto XVI se ha expresado en innumerables ocasiones, recordando que el amor de Dios no hace diferencia entre el recién concebido, aún en el seno de su madre, y el niño o el joven o el hombre maduro o el anciano. No hace diferencia, porque en cada uno de ellos ve la huella de su imagen y semejanza. No hace diferencia, porque en todos ve reflejado el rostro de su Hijo unigénito, en quien "nos ha elegido antes de la creación del mundo (...), eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos (...), según el beneplácito de su voluntad". Con estas palabras de Benedicto XVI les dejamos que reflexionen y se unan mañana a Perú y a toda América Latina en el Día del niño por nacer.







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