Audiencia general: el Papa centra su catequesis en el filósofo Boecio y recuerda a
quienes ahora sufren su misma suerte a causa de la injusticia de la justicia humana
Miércoles, 12 mar (RV).- Benedicto XVI ha dedicado su catequesis de este miércoles
a la figura del filósofo Boecio. Su muerte bajo tortura ha servido al Papa para exponer
algunas consideraciones sobre las condiciones de los detenidos, sobre todo de los
encarcelados injustamente.
Como en otras ocasiones, la tradicional Audiencia
General de los miércoles se ha desarrollado hoy en dos fases, dada la numerosa presencia
de peregrinos. Según cálculos de la Prefectura de la Casa Pontificia han participado
en la audiencia más de 13 mil personas.
En la basílica vaticana, el Papa ha
tenido un caluroso encuentro con numerosos grupos de estudiantes italianos a los que
ha recordado que “la escuela no puede ser solamente un lugar de aprendizaje de nociones,
sino que está llamada a ofrecer también oportunidades para profundizar sobre válidos
mensajes de carácter cultural, social, ético y religioso”. “Quien enseña -ha dicho
el Papa- ha de percibir también la implicación moral que supone todo saber humano,
porque el hombre conoce para actuar y el actuar es fruto de su conocimiento”.
Benedicto
XVI ha dicho que “la escuela afronta hoy notables desafíos que surgen en el campo
de la educación de las nuevas generaciones”. Y dirigiéndose a los jóvenes estudiantes
les ha indicado que “si quieren seguir a Cristo, en la actual sociedad, marcada por
rápidos y profundos cambios, han de poner al día su formación espiritual, esforzándose
en comprender los contenidos de la fe”. “Podréis así estar preparados a responder
sin titubeos a quienes os pidan razones sobre vuestra adhesión al Señor”.
La
segunda parte de la Audiencia, el Santo Padre la ha tenido en el aula Pablo VI donde
ha desarrollado la catequesis de hoy que ha dedicado a Boecio, filosofo que vivió
entre los siglos V y VI en la península itálica, y que fue torturado y ajusticiado
por del rey ostrogodo Teodorico el Grande en el año 525, en Pavía.
Benedicto
XVI ha señalado que la dramática muerte de Boecio representa el símbolo de los detenidos
injustamente, y que es un ejemplo, también en la actualidad, "de las personas que
sufren su misma suerte a causa de la injusticia de la justicia humana". Cualquier
detenido "intuye cuán dura es esta particular condición humana, y más aún cuando viene
endurecida, como sucedió a Boezio, con la tortura". Llegan a ser condiciones "absurdas"
-ha dicho el Papa- cuando, como en el caso de Boecio, se es condenado a muerte por
defender “las propias convicciones, políticas o religiosas".
Luego, el Pontífice
ha hablado sobre "De consolatione philosophiae", la obra que Boecio escribió en la
cárcel. En ella el filósofo "supo distinguir entre los bienes aparentes, que en la
prisión desaparecen, y los bienes y las amistades verdaderas que son las que perduran,
siendo Dios el único bien verdadero que no desaparece nunca". Benedicto XVI, ha explicado
que Boecio nos enseña a no caer en el "fatalismo" porque "lo que gobierna el mundo
no es la fortuna sino la Providencia de Dios".
El Santo Padre también ha hablado
de la figura de otro pensador, contemporáneo de Boecio, Marco Aurelio Casiodoro, que
"transmitió el inmenso patrimonio cultural del Imperio romano" y "medió entre las
varias poblaciones bárbaras". El Papa ha explicado que la vida de Casiodoro enseña
que "el actual enfrentamiento entre culturas se resuelve al transmitir los grande
valores y enseñar a los jóvenes la vía de la reconciliación y de la paz".
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los
peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas: Boecio nació en Roma en una familia noble y fue senador
a los veinticinco años. No obstante la actividad pública, no descuidó los estudios,
dedicándose particularmente a la profundización de temas filosófico-religiosos. Su
obra principal es el De consolatione philosophiae, que compuso mientras estuvo encarcelado
injustamente. En ella se esfuerza por convencer a los hombres para que orienten su
vida hacia Dios, fin y principio de toda criatura. Contemporáneo a Boecio fue Marco
Aurelio Casiodoro, quien con el fin de conservar y transmitir el inmenso patrimonio
cultural del Imperio romano fundó Vivarium, un monasterio organizado de tal modo que
se estimase como precioso e irrenunciable el trabajo intelectual de los monjes, sin
olvidar la espiritualidad monástica y la caridad para con los pobres. En sus enseñanzas,
particularmente en las obras De anima e Institutiones divinarum litterarum, ocupa
un lugar central la oración, nutrida de la Sagrada Escritura. De igual modo, pone
la búsqueda y la contemplación de Dios como fin principal de la vida monástica. Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular, a los fieles venidos
de Málaga, a los alumnos de distintos Institutos y Colegios de diversas ciudades de
España, así como a los grupos procedentes de México y de otros países latinoamericanos.
En el camino cuaresmal, a la luz de los escritos de Boecio y Casiodoro, amemos intensamente
la Palabra de Dios, especialmente los Salmos, que nos ayudan a rezar y a estar muy
unidos al Señor. Os deseo a todos una Semana Santa colmada de frutos de santidad.
Muchas gracias.
Benedicto XVI ha finalizado la audiencia en el aula Pablo
VI saludando a los enfermos y a los recién casados. El camino cuaresmal que estamos
recorriendo acreciente en vosotros, queridos enfermos, la esperanza en Cristo crucificado
que nos sostiene en la prueba y os ayude a vosotros, recién casados, a hacer de vuestra
vida familiar una misión de amor fiel y generoso.