Viernes, 7 mar (RV).- Un año más, en torno a la fiesta de San José, la Conferencia
Episcopal española celebrará el Día del Seminario. A través de este evento,
la Iglesia en España invita a pedir al Señor que nos envíe pastores según el corazón
de Cristo Buen Pastor.
“Si escuchar hoy su voz” es el lema de este año para
esta jornada dedicada al Seminario. La Conferencia Episcopal española explica a través
de un comunicado el porqué de esta frase, afirmando que en un mundo que privilegia
la imagen y que no está acostumbrado a estar en silencio y a escuchar, es más necesario
que nunca organizar una pastoral de la escucha. Este es un aspecto que convendría
subrayar en la pastoral juvenil vocacional. Es decir crear en las personas con las
que se trabaja, las condiciones para escuchar, para favorecer el encuentro con Dios.
Porque escuchar, acoger la Palabra, no significa sólo prestarle oído atento, sino
abrirle el corazón, ponerla en práctica, obedecer. «La fe (vocación) nace de la escucha»
(Rom 10, 17) y exige una obediencia que es fidelidad a lo que se ha escuchado
y acogido.
La celebración de este domingo es de vital importancia, porque en
la delicada tarea de promover y formar las vocaciones sacerdotales debe estar implicada
toda la comunidad cristiana. No nos podemos contentar con aceptar pasivamente que
«los tiempos cambian». Hemos de reforzar nuestra fe y esperanza en la convicción de
que Dios sigue llamando y suscitando a personas, capaces de dedicarse al servicio
de los hermanos en el sacerdocio.
Hoy sigue habiendo jóvenes que se sienten
atraídos por la causa de Jesús y animados a entregar su vida por ella. En España,
según la propia Conferencia Episcopal, son más de 1.300 los seminaristas que se preparan
para el ministerio sacerdotal. La celebración del Día del Seminario mueve antes que
nada a dar gracias a Dios que sigue contando con hombres frágiles para la santificación
de su pueblo. Agradecer también el testimonio de tantos sacerdotes que viven con gozo
el haber sido escogidos y enviados por la Iglesia como pastores.
La Iglesia
española afirma que todavía hay necesidad de sacerdotes que reúnan a la Iglesia en
nombre de Cristo, la alimenten con su Palabra y los Sacramentos y la envíen a la misión.
Proponer hacerse sacerdotes es, por tanto, comprender el lugar esencial de este ministerio
en la vida de la Iglesia y la importancia de su misión en el mundo. Es estar convencidos
de que la respuesta a la llamada de Cristo y de su Iglesia puede llenar la vida de
una persona.
El Día del Seminario es una llamada de atención a la comunidad
cristiana sobre su responsabilidad en la pastoral de las vocaciones al ministerio
sacerdotal. Benedicto XVI en su discurso a los seminaristas con motivo del encuentro
con los jóvenes en Colonia, definía el Seminario como un tiempo de formación, discernimiento
y de preparación a la misión. Un tiempo en el que se logre una experiencia personal
de Cristo, pues sólo desde ella se puede comprender su voluntad y, por tanto, la propia
vocación. Desde esta fuerte experiencia del amor de Cristo se prepara el seminarista
para su misión. Esta es fuente de alegría en la vida del sacerdote, pero también motivo
de sacrificios, desorientación, dudas… Sólo desde la memoria constante de Cristo y
de su amor inefable, podrá mantenerse con frescura en la misión encomendada. La trascendencia
de la misión hace que, a pesar de la escasez de vocaciones sacerdotales, se deba tener
un cuidadoso discernimiento. El mismo Papa nos repite que «un clero no suficientemente
formado, admitido a la ordenación sin el debido discernimiento, difícilmente podrá
ofrecer un testimonio adecuado para suscitar en otros el deseo de corresponder con
generosidad a la llamada de Cristo» (Sacramentun Caritatis, 25).