2008-03-06 12:54:58

Benedicto XVI alienta a los obispos guatemaltecos a continuar, con espíritu renovado, la misión evangelizadora de la Iglesia, en el contexto de los cambios culturales actuales y de la globalización


Jueves, 6 mar (RV).- El Santo Padre recibió colectivamente al grupo de 19 obispos de la Conferencia episcopal de Guatemala con motivo de la conclusión de su quinquenal visita "ad Limina Apostolorum”.

En la alocución que les dirigió, al saludarlos, el Papa les manifestó su alegría por recibirlos con ocasión de la visita a las tumbas de los santos apóstoles Pedro y Pablo con la que renuevan los vínculos de comunión de sus Iglesias particulares con el Obispo de Roma. Y tras agradecer las palabras que en nombre de todos le dirigió previamente Mons. Pablo Vizcaíno Prado, Obispo de Suchitepéquez-Retalhuleu y Presidente de la Conferencia Episcopal, el Pontífice saludó a todos con afecto, rogando que transmitan su estima al querido pueblo guatemalteco.

Benedicto XVI destacó que los encuentros que mantuvo con cada uno de ellos lo han acercado a la vida cotidiana y a las aspiraciones de sus compatriotas, así como al solícito trabajo pastoral que están llevando a cabo en su nación. Y destacó que llevan en su corazón de pastores la preocupación ante el aumento de la violencia y la pobreza que afecta a grandes sectores de la población, provocando una fuerte emigración a otros países, con graves secuelas en el ámbito personal y familiar.

“Es una situación – dijo el Papa textualmente – que invita a renovar vuestros esfuerzos para mostrar a todos el rostro misericordioso del Señor, del que la Iglesia está llamada a ser imagen, acompañando y sirviendo con generosidad y entrega especialmente a los que sufren y a los más desamparados. En efecto – añadió Benedicto XVI glosando un párrafo de su encíclica “Deus caritas est” – la caridad y asistencia a los hermanos necesitados “pertenece a la naturaleza de la Iglesia y es manifestación irrenunciable de su propia esencia” (cf. n. 25, a).

El Santo Padre no dejó de recordar que Dios ha bendecido al pueblo guatemalteco con un profundo sentimiento religioso, rico de expresiones populares, que han de madurar en comunidades cristianas sólidas, celebrando con gozo su fe como miembros vivos del Cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 12, 27) y fieles al fundamento de los Apóstoles. Y añadió que la tradición de sus culturas encuentra en la familia, célula fundamental de la sociedad, el núcleo básico de la existencia y de la transmisión de la fe y los valores, aunque, como destacó el Papa, “hoy se enfrenta a serios retos pastorales y humanos”. Por eso reafirmó que la Iglesia se dedica siempre con una atención particular a formar sólidamente a quienes se preparan para contraer matrimonio, infundiendo constantemente fe y esperanza en los hogares y velando para que, con las ayudas necesarias, puedan cumplir con sus responsabilidades.

Benedicto XVI puso de relieve que los pastores guatemaltecos cuentan en su ministerio con la colaboración inestimable de los sacerdotes, que han de ver en su Obispo un verdadero padre y maestro, muy cercano a ellos, en el que encuentren ayuda en sus necesidades espirituales y materiales, así como el consejo apropiado en los momentos de dificultad. Además, el Papa se refirió al II Congreso Misionero Americano celebrado en Guatemala en el año 2003 que ha supuesto – dijo – “un reto para llevar a las diócesis y vicariatos una vivencia más intensa del compromiso misionero, incluyéndolo en el nuevo plan global de la Conferencia Episcopal”. Por esta razón les pidió que ahora, a la luz también de las conclusiones de la V Conferencia del Episcopado de América Latina y del Caribe, celebrada en Aparecida, Brasil, han de fortalecer su identidad e impulsarlos a llevar a cabo los compromisos evangelizadores que allí han adquirido.

Y tal como lo hizo en su momento su venerado predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II en su primera visita a Guatemala, también Benedicto XVI alentó a los obispos guatemaltecos a continuar con espíritu renovado la misión evangelizadora de la Iglesia en el contexto de los cambios culturales actuales y de la globalización, dando nuevo vigor a la predicación y la catequesis, proclamando a Jesucristo, el Hijo de Dios, como fundamento y razón de ser de todo creyente. Antes de impartirles de corazón su bendición apostólica invocando sobre ellos la maternal protección de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de Guatemala, el Papa les pidió a estos pastores que lleven su saludo afectuoso y su bendición a sus sacerdotes, religiosos, religiosas y demás fieles, especialmente a los que colaboran con mayor dedicación en la obra de la evangelización.







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