Audiencia general: Benedicto XVI exhorta a los fieles a comprometerse solidariamente
con los más débiles y necesitados, y en este tiempo cuaresmal crecer en caridad mediante
gestos concretos
Miércoles, 27 feb (RV).- “Somos pecadores en camino, hasta que el Señor no da la mano”.
Benedicto XVI sintetiza así el camino de conversión de san Agustín, a cuya figura
ha dedicado de nuevo la catequesis de la Audiencia General de hoy. “Debemos purificar
nuestros deseos para acoger la dulzura de Dios”, ha dicho el Pontífice citando “Las
Confesiones” y señalando que del libro del obispo de Hipona sacó muchas de sus reflexiones
para su encíclica “Deus caritas est”.
Benedicto XVI saludando esta mañana
a los fieles en la tradicional Audiencia General de los miércoles, les ha exhortado
a un compromiso de solidaridad hacia los más débiles y necesitados, cuyo rostro es
la imagen del rostro de Cristo”. El Papa ha invitado a los fieles a crecer en caridad
mediante concretos gestos de solidaridad, especialmente en este tiempo cuaresmal.
Como en otras ocasiones, la audiencia se ha desarrollado en dos fases, dado la numerosa
presencia de peregrinos. Según cálculos de la Prefectura de la Casa Pontificia han
participado en la audiencia más de 11 mil personas, entre ellas 70 obispos amigos
del Movimiento de los Focolares.
El Papa ha encontrado a un primer grupo
en la Basílica de San Pedro, antes de proseguir la Audiencia General en el Aula Pablo
VI. En esta primera parte de la Audiencia General en la basílica, el Santo Padre ha
rezado el padrenuestro con los peregrinos y les ha impartido la bendición apostólica.
Ya en el aula Pablo VI, el Santo Padre ha concluido hoy su serie de catequesis, la
quinta, dedicada a la figura de san Agustín.
El Pontífice ha explicado que
se siente muy unido a la figura de San Agustín “por la parte que ha tenido en su vida
de teólogo, sacerdote y pastor''. Rememorando los últimos años de la vida del santo
de Hipona, Benedicto XVI ha subrayado que únicamente Dios representa ''la única respuesta
a las inquietudes de nuestro corazón''.
''También hoy - ha dicho el Papa -,
como en su tiempo, la humanidad tiene necesidad de conocer y vivir la realidad fundamental”
de Dios “único salvador que nos salva, que nos purifica, que nos da la verdadera alegría
y la verdadera vida”. Una esperanza, aquella cristiana que, sin embargo, permanece
“quizá oscura” a muchos contemporáneos”. El Papa ha pedido a los fieles que sigan
el ejemplo de San Agustín y se esfuercen por encontrar cada día a Dios.
"Oremos
para poder seguir el ejemplo de este gran convertido que fue san Agustín”. De la figura
del santo obispo de Hipona, Benedicto XVI ha señalado que es "un modelo para cuantos
buscamos la verdad, enseñándonos que únicamente en el encuentro con Dios, que es amor,
el corazón humano puede encontrar respuesta a sus inquietudes". El Papa habló especialmente
hoy de "Las Confesiones", obra de Agustín en la que se describe su camino de conversión,
"que tiene que ser un ejemplo para todos", ha dicho.
En la conversión del Santo
se pueden ver tres etapas, ha añadido el Pontífice. "La primera consiste en su acercamiento
progresivo al cristianismo, hasta llegar al bautismo, y su pasión por el ser humano
y por la verdad que le llevó a buscar a Dios". La segunda, llegó cuando fue consagrado
sacerdote y renunció a una vida sólo de meditación y estudio para poder servir a los
fieles; mientras la última etapa "se caracteriza por la profunda humildad intelectual
con la que sometió a examen crítico sus numerosas obras, para introducir así su pensamiento
teológico en la fe de la Iglesia".
Este ha sido el resumen que de su catequesis
ha hecho el santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas:
San Agustín es uno de los más
grandes convertidos de la historia cristiana. En su libro “las Confesiones” nos ha
dejado una descripción de su experiencia interior de conversión, que continuó durante
toda su vida y en la que se pueden ver tres etapas. La primera consiste en su acercamiento
progresivo al cristianismo, hasta llegar al bautismo. Su pasión por el ser humano
y por la verdad le llevó a buscar a Dios. Un Dios que en Jesús se ha hecho cercano
a los hombres haciéndose uno de nosotros. Así, la fe en Cristo culminó su larga búsqueda
de la verdad. Más tarde fue consagrado sacerdote, renunciando a una vida sólo de meditación
y estudio, para poder servir a los fieles. La última etapa se caracteriza por la profunda
humildad intelectual y ante el Señor, con la que sometió a examen crítico sus numerosas
obras, para introducir así su pensamiento teológico en la fe de la Iglesia. Agustín
es, por tanto, un modelo para cuántos buscan la verdad, enseñándonos que únicamente
en el encuentro con Dios, que es amor, el corazón humano puede encontrar respuesta
a sus inquietudes.
Saludo cordialmente a los visitantes
de lengua española. En particular, a los formadores y seminaristas de Córdoba, con
su Obispo, a los que animo a seguir con entusiasmo su preparación al sacerdocio. Saludo
también a las Cofradías del Cristo de la Expiración de Sevilla y de Málaga, a los
distintos grupos de estudiantes y peregrinos venidos de Argentina, Chile, España,
México, y de otros países latinoamericanos. Siguiendo el ejemplo de san Agustín, os
exhorto a fijar vuestra mirada en Cristo, que se entregó por nosotros, y proseguir
con esperanza vuestro camino de conversión cuaresmal. Muchas gracias.
Benedicto
XVI ha finalizado la audiencia en el aula Pablo VI saludando a los jóvenes a los
enfermos y a los recién casados. Queridos hermanos y hermanas, prosiguiendo el itinerario
cuaresmal, la Iglesia nos invita a seguir las huellas de Cristo que se dirige hacia
Jerusalén, donde cumplirá su misión redentora. Dejaos iluminar por la palabra para
que tanto en el estudio, en la enfermedad, o en la vida de familia podáis experimentar
su presencia y recorráis un camino de auténtica conversión en este sacro tiempo de
penitencia.