Lunes, 25 feb (RV).- El cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, Tarcisio Bertone
se despidió ayer de los fieles de la diócesis de Guantánamo-Baracoa, Cuba, a diez
años de su erección, anunciada por el mismo Juan Pablo II haciéndose intérprete de
la invitación que Benedicto XVI les repite, haciéndose eco de cuanto les dijo su predecesor:
“sed constructores de una sociedad cada vez más solidaria y justa, donde reine un
sincero espíritu de auténtica fraternidad”.
“Os traigo como regalo precioso,
dijo el purpurado, la Bendición y el recuerdo constante del Santo Padre, que os está
cercano con su afecto y su oración. Él me ha encargado que os diga que sigue y anima
vuestro camino de vida cristiana en esta amada Comunidad diocesana, animada por una
gran vitalidad y fuerza evangelizadora; una Comunidad que las pruebas y los sufrimientos
han hecho todavía más solícita y compacta en la fe”.
Después el cardenal Bertone
subrayó: “El entusiasmo con el que acogisteis, hace diez años, al Papa Juan Pablo
II ha sido como una semilla que ha caído en tierra, ha germinado poco a poco y ha
dado vida a un gran árbol que da abundantes frutos”. Al final de la Misa celebrada
en la Plaza “Pedro Agustín Pérez y Pérez”, con la participación de miles de fieles,
el Cardenal italiano inauguró con una bendición especial la nueva sede episcopal ubicada
en un edificio recientemente reestructurado.
“Os animo con todas mis fuerzas,
dijo, a hacer que cada comunidad eclesial de esta Diócesis sea verdaderamente un espacio
de libertad, de comunión y de reconciliación, de amor fraterno y de convivencia pacifica,
que permita a todos aquellos que se acercan a la Iglesia probar la alegría de la fe,
el amor de Dios y la esperanza que tanto anhelan. Toda esta maravillosa realidad
encontrará aquí, en esta sede Episcopal, una fuente continua de irradiación misionera
y evangelizadora.
Domingo, 24 feb (RV).- El cardenal Secretario de Estado,
Tarcisio Bertone inauguró ayer el monumento a Juan Pablo II en Cuba, después de celebrar
la Santa Misa en Santa Clara, cumpliendo así el encargo que le encomendó Benedicto
XVI: «Haz presente a la Iglesia y al pueblo de Cuba la paternal cercanía del Papa
y la certeza de mi oración constante por los hijos de esa querida Nación».
«Quisiera
terminar con lo que, en realidad, es lo primero: cumplir fielmente el encargo que
me ha sido encomendado como Secretario de Estado para la inauguración de este monumento
en el décimo aniversario de la presencia de Juan Pablo II en Cuba, y que consiste
en transmitirles, queridos hermanos y hermanas, el saludo cordial del Santo Padre
Benedicto XVI». Estas palabras del cardenal Tarcisio Bertone hicieron vibrar numerosos
corazones, en la bendición este sábado en la diócesis cubana de Santa Clara del primer
monumento público en honor del Papa Wojtyla, en la misma localidad de Santa Clara,
donde celebró su primera misa en tierra cubana.
Ocasión en la que el Cardenal
Secretario de Estado señaló que antes de iniciar este viaje, Benedicto XVI le dijo:
«Haz presente a la Iglesia y al pueblo de Cuba la paternal cercanía del Papa y la
certeza de mi oración constante por los hijos de esa querida Nación. Ellos recibieron
con afecto a mi venerado Predecesor y él los invitó a colaborar para conseguir un
mundo mejor. Todo un mensaje de esperanza que no ha perdido su actualidad. Llévales
como prenda de mi amor pastoral la Bendición Apostólica».
Seguidamente el cardenal
Bertone se ha trasladado a Santiago de Cuba, tercera etapa de su visita, para visitar
el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre donde encontró a miles de jóvenes.
“Con motivo del décimo aniversario de la Coronación de la “imagen de Nuestra Señora
de la Caridad del Cobre”, como Reina y Patrona de Cuba, realizada por Juan Pablo II
durante su viaje apostólico a esta Nación, dijo el purpurado italiano – hemos llegado
a este célebre Santuario mariano para rezar el Santo Rosario.
Lo hacemos,
dijo, en el marco del IV Centenario de la aparición de la Virgen, en el que recordamos
el amor a la Madre de Dios, manifestado por esta tierra y por todos sus hijos, cuando
tres jóvenes encontraron su imagen en las aguas del mar. Hoy, conscientes de la presencia
de María en nuestra historia, sois vosotros que la acogéis en vuestros corazones,
con el eco todavía vivo de las palabras del Papa peregrino, con las que os ha invitado
a no tener miedo a abrir vuestro corazón a Dios.