2008-02-12 15:45:15

El Papa recuerda a los fieles reunidos en la Basílica de San Pedro en la festividad de la Virgen de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo, que Cristo Crucificado sostiene siempre en la prueba


Martes, 12 feb (RV).- Benedicto XVI dirigió un saludo cordial a los fieles reunidos en la Basílica de San Pedro, en la tarde de ayer, en ocasión de la festividad de la Bienaventurada Virgen de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo. Por medio de un Mensaje, enviado en su nombre, por el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, el Santo Padre expresó su profundo anhelo de que este «orante encuentro impulse en todos los participantes la ferviente esperanza en Cristo Crucificado, que sostiene siempre en la prueba». Asimismo, el Papa invocó «copiosas gracias celestiales», por intercesión de la Virgen Santa, bendiciendo en particular a los enfermos.


También en nombre del Pontífice - que no estuvo presente pues está participando a lo largo de esta semana en los Ejercicios Espirituales de Cuaresma - la celebración estuvo presidida por el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. En su homilía, el Card. Javier Lozano Barragán hizo hincapié en el Mensaje especial que Benedicto XVI dirigió a toda la Iglesia con motivo, precisamente, de la Jornada Mundial del Enfermo 2008.


Documento en el que el Papa recuerda que esta Jornada mundial del enfermo, es ocasión propicia para «reflexionar sobre el sentido del dolor y sobre el deber cristiano de salir a su encuentro en cualquier circunstancia que se presente». Destacando la coincidencia este año de dos importantes acontecimientos para la vida de la Iglesia - es decir el 150° aniversario de las apariciones de la Inmaculada en Lourdes y la celebración del Congreso eucarístico internacional en Quebec, Canadá - Benedicto XVI eligió el tema «La Eucaristía, Lourdes y la atención pastoral a los enfermos».


Reiterando el anhelo del Santo Padre de poner de relieve «la íntima unión que existe entre el misterio eucarístico, el papel de María en el plan salvífico y la realidad del dolor y del sufrimiento del hombre», el Card. Lozano recordó la exhortación de Benedicto XVI a subrayar la importancia de la santa misa, de la adoración eucarística y del culto a la Eucaristía, «haciendo que las capillas en los centros de salud se transformen en el corazón palpitante en el que Jesús se ofrece incesantemente al Padre para la vida de la humanidad». Así como la obligación de progresar siempre en el campo del arte y de la ciencia médica, impulsando los extraordinarios avances y progresos y tutelando la dignidad humana en cada etapa de la vida.








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