Benedicto XVI reconoce, al recibir por primera vez tras 70 años a los obispos de rito
greco-católico, que aún perduran los obstáculos pero anima a proseguir el camino del
diálogo con la oración y la paciente caridad
Viernes, 1 feb (RV).- Al final de su Visita ad limina, el Santo Padre ha recibido
esta mañana en audiencia a todos los obispos greco-católicos en Ucrania, encabezados
por el cardenal Lubomyr Husar, arzobispo Mayor de Kiev. Se trata de la primera visita
a la sede de Pedro que realizan los pastores católicos de rito ortodoxo del Sínodo
de la metropolía de Kiev de los ucranianos, tras la caída del régimen comunista, la
última fue en 1937.
“Graves y objetivas razones os han impedido hacer antes
esta peregrinación” les ha dicho el Santo Padre en su discurso. “Ahora después de
que vuestras respectivas Iglesias han reencontrado su plena libertad, estáis aquí
para representar a sus comunidades renacidas y vibrantes en la fe”.
El
Santo Padre ha subrayado el compromiso en la promoción y la consolidación constante,
que han desarrollado los prelados de la Iglesia greco-católica en Ucrania. Buscando
la unidad y la colaboración en el interior de sus comunidades para afrontar unidos
los desafíos que están en el centro de sus preocupaciones y en sus diversos programas
pastorales. El Papa también ha admirado la obra generosa y el infatigable testimonio
que ofrecen a su pueblo y a la Iglesia.
Benedicto XVI ha invitado a los Obispos
a animar a sus respectivos sacerdotes en las distintas iniciativas de puesta apunto,
“sin seguir las novedades del mundo, sino ofreciendo a la sociedad aquellas respuestas
que sólo Cristo puede dar a las esperanzas de justicia y de paz del corazón humano”.
“Por esto es necesaria una adecuada preparación intelectual y espiritual -ha indicado
el Papa-, lo que supone un itinerario formativo permanente, que inicia en los seminarios,
donde la disciplina y la vida espiritual deben ser siempre bien cuidadas”. En este
sentido ha proseguido afirmando que “en los seminarios hay necesidad de educadores
y formadores cualificados y competentes en ámbito humano, científico, doctrinal, ascético
y pastoral para ayudar a los futuros presbíteros a crecer en su relación pastoral
con Cristo”.
El Papa ha exhortado a los pastores greco-católicos a intensificar
cursos de ejercicios espirituales para sus sacerdotes, de formación y actualización
teológica y pastoral, y a ser posible, en colaboración también con el Episcopado latino,
respetando cada uno sus tradiciones. “Es innegable que la colaboración entre ambos
ritos acrecentará un mayor sintonía entre los que sirven a la única Iglesia. Y estoy
seguro -ha señalado también el Pontífice- que con esta disposición interior, se podrá
evitar más fácilmente eventuales malentendidos, conscientes de que ambos ritos pertenecen
a la única Comunidad Católica, y ambos tienen plena e igual ciudadanía en el único
Pueblo ucraniano”.
En cuanto a la vida consagrada en las Eparquías y Exarcados,
el Papa ha exhortado a los Prelados del Sínodo de Kiev a que tengan “magnanimidad”
y ayuden a los religiosos y religiosas “a cultivar el espíritu de las Bienaventuranzas
y a observar fielmente los votos de pobreza, castidad y obediencia con fidelidad evangélica”.
Benedicto
XVI en su discurso a los prelados de Ucrania ha finalizado deteniéndose en el compromiso
ecuménico. “Es necesario reconocer con humildad que en este campo -ha dicho el Papa-
existen obstáculos concretos y objetivos, pero no hay que desanimarse ante las dificultades,
es menester proseguir el camino con la oración y la paciente caridad.
“Por
otra parte, en Ucrania -ha recordado el Santo Padre- desde hace siglos ortodoxos y
católicos intentan tejer un cotidiano, humilde y sereno diálogo que abraza muchos
aspectos de la vida”. “Los fracasos, no deben disminuir el entusiasmo por alcanzar
el objetivo querido por el Señor: “que todos sean uno”. El Papa les ha animado a promover
entre los hermanos ortodoxos “el ecumenismo del amor”. “El amor acompañado de gestos
coherentes crea confianza, y abre los corazones y los ojos”. “El diálogo de la caridad”
por su misma naturaleza promueve e ilumina “el dialogo de la verdad”.
Finalmente,
el Papa ha vuelto a recordar que el encuentro de hoy ha tenido lugar después de más
de 70 años: “lo que nos permite elevar juntos una conmovida acción de gracias a Dios
por el renacer de vuestra iglesia, tras el dramático período de la persecución”.