2008-01-29 15:19:21

El Papa envía un telegrama de pésame por la muerte de Su Beatitud Cristódulos recordando la amistad en la búsqueda de una comunión más intensa en el contexto de una unidad cada vez mayor en Europa


Martes, 29 ene (RV).- Benedicto XVI expresa su profundo pesar por el fallecimiento de Su Beatitud Cristódulos, Arzobispo de Atenas y de toda Grecia al Metropolita Seraphim, al Santo Sínodo y a todos los fieles ortodoxos, asegurando su cercanía espiritual a todos los que están de luto por la muerte de este distinguido Pastor de la Iglesia de Grecia.

En un telegrama enviado al Metropolita de Karystia y Skyros, el Pontífice recuerda la fraterna acogida de su Beatitud a su predecesor, en ocasión de la visita de Juan Pablo II a Atenas, en mayo de 2001, y la visita que el Arzobispo Cristódulos realizó a Roma, en diciembre de 2006, «abriendo una nueva era de cordial cooperación entre nosotros, que condujo a crecientes contactos, y fortaleciendo la amistad en la búsqueda de una comunión más intensa en el contexto de una unidad cada vez mayor en Europa».

El mismo telegrama asegura las oraciones de Benedicto XVI y de los católicos de todo el mundo para que la Iglesia ortodoxa de Grecia sea sostenida por la gracia de Dios, perseverando en las metas pastorales del Arzobispo fallecido, y encomienda la noble alma de Su Beatitud Cristódulos al amor misericordioso de nuestro Padre divino.

Benedicto XVI finaliza su telegrama reiterando su cercanía en la oración al Metropolita Seraphim que guía la Iglesia de Atenas y de toda Grecia en estos momentos de transición. El funeral de Su Beatitud Cristódulos se celebrará en la catedral de la capital griega el próximo jueves, 31 de enero. Se anuncia la participación de los representantes de las Iglesias cristianas de Europa. En representación de la Santa Sede participará el Card. Paul Poupard, presidente emérito del Pontificio Consejo de la Cultura, y Mons. Brian Farrell, Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Sobre el gran anhelo de impulsar el ecumenismo que caracterizó a Su Beatitud Cristódulos, nos habla ahora el Padre agustino, Pedro Langa: RealAudioMP3  Los datos: Su Beatitud Christódulos, Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, en el mundo Christodoulos Christos Paraskevaïdis, había nacido en Xanthe (en la Tracia del Noroeste de Grecia) el 21.X.1939. Cursados estudios en Derecho, en 1961 abraza la vida monástica en el Monasterio de Varlaam Metéora. Diácono ese mismo año, es consagrado presbítero en 1965 y en 1967 obtiene la Diplomatura y más tarde el doctorado en Teología por Atenas. Consagrado obispo el 14.VII.1974, predica nueve años en la parroquia de Paleo Faliro, Atenas, antes de ejercer durante siete como Secretario del Santo Sínodo. A los 35 es promovido a Metropolita de Dimitrias, obispado de la ciudad portuaria de Volos (en Grecia central), donde permanece desde 1974 hasta 1998. Y director de Relaciones Ecuménicas de Grecia, entre 1985-1998, año en que a los 59 de edad es elegido sucesor de Serafín para Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, convirtiéndose con ello en el más joven de cuantos han ocupado el trono primacial. 

La personalidad: Era Christódulos un eclesiástico culto y dinámico. Hablaba fluidamente inglés y francés, además del griego naturalmente, y manejaba la pluma como escritor y comentarista prolífico. Autor de numerosos libros en su haber no sólo de argumento religioso, sino también histórico y social. Muy atento siempre a las innovaciones tecnológicas, a finales de los ’90, cuando explotó la era cibernética, no vaciló en marginar la consabida cautela de la Iglesia y abrir en internet un portal en griego e inglés y una biblioteca digital en nueve lenguas suministrando informaciones no sólo religiosas, sino también de arte y cultura. Pero lo que hace de él una personalidad histórica es, a mi modo de ver, su ecumenismo.
 
Con Juan Pablo II: Desplegó un decisivo papel en la mejora de las relaciones con la Iglesia católica. Cuando Juan Pablo II decidió peregrinar tras las huellas de San Pablo, en mayo de 2001, accedió a entrevistarse con él en el Areópago de Atenas, y firmar una declaración conjunta. Era el primer Pontífice que visitaba Grecia después de mil años, En lo sucesivo, hubo intercambio de visitas entre delegaciones del Santo Sínodo griego a Roma y del PCPUC a Atenas. Del 8 al 13.III.2002, por ejemplo, acudió al Vaticano una delegación ortodoxa griega enviada por el ahora fallecido tratando de abrir caminos de colaboración entre ortodoxos y católicos sobre argumentos atingentes a la fe en Europa. Aquella visita no pretendía ciertamente sino poner en marcha una colaboración pastoral entre las dos Iglesias sobre temas de la Europa cristiana, de la familia, de la sociedad a construir en el Tercer Milenio, y de la bioética. Se explica, pues, que Christódulos asistiese en abril de 2005 al funeral por Juan Pablo II en Roma.

Con Benedicto XVI. Benedicto XVI recibió a Christódulos y a su séquito el 14.XII.2006. Fue asimismo investido esos días romanos Doctor honoris causa en derecho civil y canónico por la Universidad Lateranense y visitó algunos lugares sagrados de la ciudad, como las basílicas y las catacumbas de Priscila. Evento histórico éste, pues era la primera vez que un Primado griego se acercaba en visita oficial al Vaticano. Estuvo, además, en la iglesia de San Teodoro Megalomártir, destinada al uso litúrgico de la comunidad greco-ortodoxa de Roma, y en la Basílica de San Clemente para orar ante la tumba de San Cirilo. Todo había empezado con una cena que el cardenal Walter Kasper, presidente del PCPUC, ofreció en la Casa de Santa Marta, en el Vaticano, al ilustre huésped y a su séquito. En el curso de una emotiva ceremonia en la Basílica de San Pablo Extramuros, se le hizo entrega de una parte de las cadenas que san Pablo llevó en la prisión, y que allí se conservan. «Recibimos este fragmento de las cadenas del apóstol Pablo –dijo entonces el Arzobispo-- como una reliquia muy preciosa para Grecia. Grecia –prosiguió-- se siente orgullosa de tener al apóstol Pablo como padre espiritual y doctor, y de haber sido iniciada por él en la verdad del Evangelio, y no sólo ella sino Europa entera». Christodoulos, en fin, auspició que los anillos de las cadenas, hasta entonces llevados regularmente en procesión dentro de la basílica romana y en el barrio de San Pablo, «sean de hoy en adelante –dijo-- el lazo irrompible que une el Oriente y el Occidente». Descanse en paz quien contribuyó a desbloquear unas relaciones ecuménicas con Roma, que antes habían estado siempre negadas al diálogo y cerradas a cal y canto.







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