Audiencia general: el Papa reitera la apremiante actualidad del anhelo de Cristo -
«en un mundo que sufre por la ausencia de Dios» y recuerda la importancia del Octavario
por la Unidad de los cristianos, que cumple cien años
Miércoles, 23, ene (RV).- Benedicto XVI ha dedicado su audiencia general de hoy a
la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se está celebrando desde
el pasado viernes, y, manifestando gratitud al Señor por esta iniciativa que cumple
cien años, ha hecho hincapié en la importante actualidad del anhelo «de Cristo, que
sigue rezando en su Iglesia para que todos sean uno, para que el mundo crea»: «Hoy
percibimos fuertemente el realismo de estas palabras. El mundo sufre por la ausencia
de Dios, por la inaccesibilidad de Dios. Tiene el anhelo de conocer el rostro de Dios.
Pero ¿cómo puede conocer el rostro de Dios en el rostro de Jesucristo, si nosotros
los cristianos estamos divididos, si uno enseña en contra del otro, si uno está en
contra del otro? Sólo en la unidad podemos mostrar realmente a este mundo que necesita
del rostro de Dios - del rostro de Cristo, que es el rostro de Dios - sólo así podemos
mostrarle este rostro».
Vivir en la paz y en la caridad, orar sin cesar en
continua acción de gracias. Evocando la exhortación de san Pablo, el Papa ha reiterado
que los consejos del Apóstol siguen siendo actuales y necesarios y ha invocado la
intercesión de la Madre de Dios en favor de unidad plena de los cristianos: «Acojamos,
también nosotros esta apremiante exhortación del Apóstol. Tanto para agradecer al
Señor por los progresos cumplidos en el movimiento ecuménico, como para impetrar la
unidad plena. Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, obtenga para todos los discípulos
de su Hijo Divino poder vivir cuanto antes en paz, en la caridad recíproca, para brindar
un testimonio convincente de reconciliación ante el mundo, para hacer accesible el
rostro de Dios en el rostro de Cristo, que es ‘Dios aquí con nosotros’, el Dios de
la paz y de la unidad».
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho
el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia.
Queridos
hermanos y hermanas:
El próximo viernes, fiesta de
la Conversión de san Pablo, concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos,
que este año tiene como lema la exhortación que el Apóstol dirigía a los primeros
cristianos de Tesalónica: “Sed constantes en orar”.
Desde
hace exactamente cien años, los cristianos de las varias Iglesias y Comunidades eclesiales
se unen en una invocación común pidiendo al Señor el restablecimiento de la plena
unidad entre todos los discípulos de Cristo, para dar un testimonio convincente ante
el mundo, para que la humanidad acoja a Cristo y lo reconozca como único Pastor y
Señor.
El Concilio Vaticano Segundo ha prestado gran
atención a este tema, especialmente con el Decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio.
La oración, afirma, es el elemento central de todo el camino ecuménico que ha vivificado
y continúa vivificando este itinerario hacia la plena comunión. Subraya, además, la
oración común como expresión de la fe que une a todos los discípulos de Cristo, con
el fin de que las comunidades cristianas tomen conciencia de las contradicciones generadas
por las divisiones y manifiesten la voluntad de obedecer a su voluntad: “para que
todos sean uno...para que el mundo crea”.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, especialmente a la Guardia de Honor del Sagrado
Corazón de Jesús de México, a la Scuola italiana de Valparaíso, Chile, y a los grupos
llegados de España y de otros países latinoamericanos. Os invito a “ser constantes
en la oración” para impetrar la plena comunión de los bautizados en Cristo y a vivir
en paz y caridad fraterna, que son requisitos de toda concordia y unidad. ¡Muchas
gracias!
Como siempre al final el Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes,
a los enfermos y a los recién casados. Celebramos mañana, les ha dicho Benedicto XVI,
la memoria litúrgica de san Francisco de Sales, patrono de la prensa católica. Obispo
de Ginebra en un periodo de graves conflictos, él fue un hombre de paz y de comunión.
Maestro de vida espiritual, ha enseñado que la perfección cristiana es accesible a
toda persona. Queridos jóvenes, enfermos y recién casados, que por intercesión de
san Francisco de Sales vivid también vosotros vuestra vocación en las condiciones
concretas en las que os encontráis, confiando en el amor de Dios que siempre nos acompaña.