Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial del Enfermo 2008: «La Eucaristía,
Lourdes y la atención pastoral a los enfermos»
Sábado, 19 ene (RV).- «La Eucaristía, Lourdes y la atención pastoral a los enfermos»
Es el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial del Enfermo 2008, que se celebrará
el próximo 11 de febrero, memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes.
Poniendo de relieve que este año la Jornada dedicada a los enfermos coincide
con dos eventos importantes para la vida de la Iglesia como son el 150 aniversario
de las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes y la celebración del Congreso Eucarístico
Internacional en Québec, Canadá, el Papa destaca la importancia de reflexionar sobre
«la estrecha conexión que existe entre el Misterio eucarístico y el papel de María
en el proyecto salvífico y la realidad del dolor y del sufrimiento del hombre».
Benedicto
XVI reitera «que no se puede contemplar a María sin ser atraídos por Cristo y no se
puede mirar a Cristo sin percibir de inmediato la presencia de María». Y es que «existe
un lazo indisoluble entre la Madre y el Hijo generado en su seno por obra del Espíritu
Santo, y este lazo lo percibimos, de forma misteriosa, en el Sacramento de la Eucaristía,
tal como evidenciaron los Padres de la Iglesia y los teólogos ya desde los primeros
siglos».
«Si Lourdes nos conduce a meditar sobre el amor materno de la Virgen
Inmaculada hacia sus hijos enfermos y los que sufren, el próximo Congreso Eucarístico
Internacional será ocasión para adorar a Jesucristo presente en el Sacramento del
altar, confiándonos a Él como a la Esperanza que nunca defrauda y acogiéndolo como
medicina de la inmortalidad que sana el cuerpo y el espíritu», escribe Benedicto XVI,
recordando luego que la Eucaristía nos impulsa a comprometernos en el servicio en
favor de todos nuestros hermanos, en particular de los que tienen dificultades. «Puesto
que la vocación de todo cristiano es verdaderamente la de ser, junto con Jesús, pan
partido por la vida del mundo».
El Santo Padre invoca la maternal protección
de María sobre todos aquellos que están probados por la enfermedad, los agentes sanitarios
y los que desarrollan su apostolado en la pastoral sanitaria, sacerdotes, religiosos
y religiosas y voluntarios.