2008-01-15 16:36:42

«Las misiones humanitarias al servicio de la paz»


Martes, 15 ene (RV).- El Cardenal Secretario de Estado entregó idealmente el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz 2008, el domingo pasado, en ocasión de la celebración que también este año organizó en Roma el Ordinariato militar para Italia.


La celebración tuvo lugar en la iglesia romana de Santa Catalina de Siena, siendo ésta la primera vez que es presidida por un Cardenal Secretario de Estado. En su homilía, el purpurado destacó «las misiones humanitarias al servicio de la paz» e hizo hincapié en el papel específico de las fuerzas armadas, precisamente en favor de la construcción de la paz.

En particular, el cardenal Bertone subrayó que «la paz que anhelamos para la humanidad» es «la paz que no desmayamos en implorar con la oración y de construir con un incesante esfuerzo. La paz que nace, ante todo, en nosotros mismos cuando logramos apagar en nuestro corazón el fuego violento del odio, de la envidia, del egoísmo y de la indiferencia».

Todos anhelamos la paz, pero la paz verdadera no es una simple conquista del hombre o fruto de acuerdos políticos y militares. Es, en primer lugar un don divino y al mismo tiempo un compromiso constante, humilde y generoso, insistió el Cardenal Secretario de Estado, evocando luego tres importantes aniversarios, como hace Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año.

El 40 aniversario de la institución por parte del Papa Pablo VI de la Jornada Mundial de la Paz; los 60 años de la Declaración universal de los Derechos Humanos y el 25 aniversario de la adopción por parte de la Santa Sede de la carta de los derechos de la familia.

Destacando también el ‘ministerio de paz’ que desarrollan los capellanes militares, el cardenal Bertone expresó el anhelo de que «la paz verdadera sea Evangelio, buena noticia, mensaje de salvación para todos. En particular, recordó el purpurado «para nosotros los cristianos, es Cristo nuestra Paz. Él hizo caer las barreras de la división y de la indiferencia recíproca. Él unió a pueblos diversos en el vínculo del único amor».

Refiriéndose nuevamente al mensaje de Benedicto XVI, el cardenal Secretario de Estado puso de relieve el papel de la familia como inspiradora de la paz entre las naciones y como impulsora de la construcción de la única comunidad humana, constituida por todos los pueblos de la tierra. Es en la familia – fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer – donde se experimentan los cimientos de la paz: la justicia y el amor, así como la autoridad ejercida por los padres, el servicio y la ayuda al que tiene necesidad, la acogida y el perdón.

Reiterando los estrechos lazos entre familia, sociedad y paz, el cardenal Bertone recordó la necesidad de medidas concretas que tutelen los valores y derechos de la institución familiar por el bien de toda la comunidad internacional.







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