2008-01-13 15:15:54

En la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado el Papa pide a los jóvenes migrantes su compromiso para construir junto a sus coetáneos, “una sociedad más justa y fraterna, respetando las leyes y no dejando que la violencia os transporte”


Domingo, 13 ene (RV).- En la fiesta del Bautismo del Señor que hoy la Iglesia celebra, y que ha conmemorado con el bautismo esta mañana de trece recién nacidos, se concluye el periodo litúrgico de Navidad. De este modo el Santo Padre Benedicto XVI ha dado inicio a su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, recordando después a los cientos de fieles congregados en la plaza de san Pedro del Vaticano, que en este día nos encontramos al Niño de Belén ya adulto, en el momento en el que va a ser bautizado en el río Jordán por el gran profeta Juan (cfr Mt 3,13).

En el momento en el que Jesús venía bautizado se abrieron los cielos y se oyó una voz que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3,16). Fue precisamente ésta, su primera manifestación pública, ha evocado el Papa, matizando después que este momento es al mismo tiempo una cristofanía y una teofanía, porque “Jesús se manifestó como Cristo, y al mismo tiempo, con el Hijo de Dios, apareciendo las señales del Espíritu Santo y del Padre celeste”.

El significado de este acto, ha proseguido explicando Benedicto XVI, es que, “haciéndose bautizar por Juan junto a los pecadores, Jesús inicia a cargar sobre si, el peso de la culpa de la entera humanidad”, hasta su muerte en la cruz: “Toda la misión de Cristo se resume en esto: bautizarnos en el Espíritu Santo para liberarnos de la esclavitud de la muerte y ‘abrirnos el cielo’, es decir, el acceso a la vida verdadera y plena”.

Precisamente esto es lo que el Pontífice ha realizado esta mañana en la Capilla Sixtina, administrar el sacramento del Bautismo a 13 niños. Para ellos y sus familiares, el Papa ha invocado la materna protección de María Santísima, al mismo tiempo que pedía la oración para que todos los cristianos puedan comprender siempre el don del Bautismo, comprometiéndose a vivirlo con coherencia.

Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha recordado la celebración de hoy de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año tiene como protagonistas a los jóvenes inmigrantes. El Papa ha evocado a los numerosos jóvenes que, por motivos de diferente índole, viven lejos de sus familias, y ha recordado en especial a los más vulnerables, a las mujeres y a los menores.

“Expreso mi aprecio por cuantos trabajan a favor de los jóvenes migrantes, de sus familias y por su integración laboral y escolar”. Y en este sentido el Papa ha invitado a la comunidad eclesial a acoger con simpatía a los jóvenes y sus familias, intentando comprender la historia de cada uno y favoreciendo el aprendizaje: “Queridos jóvenes migrantes. Comprometeos a construir junto a vuestros coetáneos, una sociedad más justa y fraterna, cumpliendo con vuestros deberes, respetando las leyes y no dejando que la violencia os transporte. Os confío a todos a María, Madre de la entera humanidad”.

 Y como es tradicional, Benedicto XVI ha finalizado saludando en varios idiomas, éstas han sido sus palabras en español: RealAudioMP3 “Dirijo mi cordial saludo a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, especialmente a los fieles provenientes de las diócesis de Asidonia-Jerez y Cádiz y Ceuta. Con este domingo se termina el tiempo litúrgico de Navidad y Epifanía. En la fiesta del Bautismo del Señor que hoy se celebra, la Iglesia invita a sus hijos, renacidos del agua y del Espíritu Santo, a que perseveren en la escucha de la Palabra de Cristo, el Unigénito de Dios Padre, en el fiel cumplimiento de la voluntad divina y en el testimonio de la caridad. ¡Muchas gracias!”.







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