2007-12-24 15:57:20

La tradición de los pesebres en Navidad


Lunes, 24 dic (RV).- El pesebre ha llegado hoy a todos los hogares y como es tradicional, desde que en 1982 el Siervo de Dios Juan Pablo II impusiera esta costumbre, también en la plaza de san Pedro del Vaticano hoy se ha presentado el belén y el árbol de Navidad que adornan el centro de la plaza, porque esta noche resuena el: "Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

Como recordaba el propio Juan Pablo II, el nacimiento de Jesús en Belén no es un hecho que se pueda relegar al pasado. En efecto, ante Él se sitúa la historia humana entera: nuestro hoy y el futuro del mundo son iluminados por su presencia. Él es «el que vive» (Ap 1, 18), «Aquél que es, que era y que va a venir» (Ap 1, 4). Ante Él debe doblarse toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua debe proclamar que Él es el Señor (cf. Flp 2, 10-11). Al encontrar a Cristo, todo hombre descubre el misterio de su propia vida.

Porque Jesús es la verdadera novedad que supera todas las expectativas de la humanidad y así será para siempre, a través de la sucesión de las diversas épocas históricas. La encarnación del Hijo de Dios y la salvación que Él ha realizado con su muerte y resurrección son, pues, el verdadero criterio para juzgar la realidad temporal y todo proyecto encaminado a hacer la vida del hombre cada vez más humana.

Pero al mismo tiempo que ponemos nuestro pesebre en casa, con ese rayo de la noche de Navidad, rayo del nacimiento de Dios, que no es sólo el recuerdo de las luces del árbol junto al pesebre en casa, en la familia o en la iglesia parroquial, sino algo más. Es la chispa de luz más profunda de la humanidad a quien Dios ha visitado, esta humanidad acogida de nuevo y asumida por Dios mismo; asumida en el Hijo de María en la unidad de la Persona divina: el Hijo Verbo.
La Navidad hay que vivirla con espíritu puro alejándonos de la mentalidad materialista, como recordaba recientemente el Papa Benedicto XVI evocando las palabras de san Juan el Bautista: “Mediante el Evangelio, Juan el Bautista, continúa hablando a través de los siglos a todas las generaciones. Sus claras y duras palabras resultan saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestro tiempo, en el que el modo de vivir y percibir la Navidad está resentido por desgracia demasiado a menudo, por la mentalidad materialista”.

La Navidad que hoy celebramos tiene que ser un encuentro de cada uno de nosotros con Jesucristo, un encuentro puro en el que no hay cabida para materialismo alguno. En esta noche santa se cumple la antigua promesa: el tiempo de la espera ha terminado, y la Virgen da a luz al Mesías.







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