2007-12-05 15:39:36

Audiencia general: el Papa prosigue presentando la galería de padres de la Iglesia de los orígenes


Miércoles, 5 dic (RV).- Benedicto XVI ha dedicado hoy su catequesis de la Audiencia General a la figura de san Cromacio, obispo de Aquileya, otro pionero de la fe del siglo IV “que ejerció su ministerio con audacia y energía” “en un período borrascoso, sabiendo consolar a sus fieles y abriendo su alma a la confianza en Dios”.

La Iglesia, como María, es "Virgen y madre". Lo ha afirmado Benedicto XVI en el curso de la Audiencia general de esta mañana, recordando la "doctrina tersa y precisa" de San Cromacio, padre de la Iglesia de los orígenes, para el cual "María es la virgen evangélica, capaz de acoger a Dios: la ovejita inmaculada e inviolada que ha dado a luz al cordero recubierto de púrpura". Son imágenes de la antigua tradición cristiana, que definían a “la Iglesia única”, “nacida de la sangre de Cristo, vestida con una tela preciosa tejida por el Espíritu Santo” pero también “como una nave sobre el mar tempestuoso”, en el cual a pesar de todo “florece la fraternidad y la concordia”.

El Papa en su catequesis ha explicado a los 10 mil peregrinos congregados junto a él en el Aula Pablo VI del Vaticano, que “no hay ninguna duda de que esta nave es la Iglesia” y que también en aquel tiempo “las aguas estaban muy agitadas”. Hablando de la vida y de la obra de san Cromacio, obispo de Aquileya, Benedicto XVI ha dicho que defendió a su comunidad cristiana de la herejía arriana (que negaba la naturaleza de Jesús) y también de los ataques y las incursiones de los pueblos bárbaros. Aquileya, ferviente centro de vida cristiana, en aquellos tiempos era una de las sedes episcopales más importantes de Occidente y cubría una vasta zona del imperio, la décima región, ocupada hoy por las actuales Suiza, Baviera, Austria, Eslovenia y Hungría.

El Pontífice ha subrayado la gran fe que tuvo el obispo Cromacio, el cual desarrolló su ministerio episcopal en tiempos difíciles, utilizando en sus sermones y comentarios al Evangelio “un lenguaje fresco, vivaz e incisivo” y aconsejando a sus fieles para que no perdieran nunca la fe en Dios ante las dificultades y los obstáculos: “es Dios quien combate y quien consigue la victoria al final para nosotros, -decía- pero para que realice esto debemos rezarle lo más que podamos: invocarlo en las tribulaciones. Dios nos conoce a cada uno de nosotros, nos quiere y nos perdona siempre”.

“Cromacio fue sapiente maestro y acérrimo pastor” lo ha definido el Santo Padre. Su primer y principal empeño fue el de ponerse a la escucha de la Palabra de Dios, para después ser capaz de anunciarla: en sus enseñanzas, de hecho, parte de la Palabra para volver siempre a ella”. Entre las temáticas que más destacó en sus escritos, el Papa ha destacado sobre todo el misterio trinitario, que contempla en su revelación la historia de la salvación y el del Espíritu Santo.

Benedicto XVI reproponiendo la actualidad de san Cromacio ha exhortado también a todos los católicos a orar a Dios para que nos libere y nos proteja de “cualquier incursión de los enemigos”. “La exhortación de Cromacio es aún valida -ha dicho el Papa- subrayando la actualidad de la oración en especial modo en este periodo de Adviento antes de la Navidad.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en el Aula Pablo VI. RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Hoy nos detenemos en la figura de San Cromacio, que nació, en torno al año trescientos cuarenta y cinco, en Aquileya, ferviente centro de vida cristiana situado en la Décima región del Imperio Romano, la Venetia et Histria. En su familia aprendió a amar y a conocer a Cristo. Fue ordenado diácono y luego presbítero. Como experto de Valeriano, entonces Obispo de Aquileya, participó en el Sínodo que se convocó en esa ciudad para luchar contra los últimos residuos de arrianismo que había en Occidente. Fue elegido posteriormente Obispo de Aquileya y recibió la consagración episcopal de San Ambrosio. Ejerció su ministerio con audacia y energía en un vastísimo territorio, por lo cual se ganó la estima de la Iglesia de su tiempo. Murió, muy probablemente, exiliado en Grado, el año cuatrocientos siete, el mismo en que san Juan Crisóstomo. En un período borrascoso como el suyo, este preclaro Pastor supo consolar a sus fieles abriendo su alma a la confianza en Dios con un lenguaje fresco, vivaz e incisivo. De San Cromacio se conservan unos cuarenta sermones y más de sesenta comentarios al Evangelio de San Mateo, en donde aborda principalmente temáticas relacionadas con la Trinidad, el Espíritu Santo, el misterio de Cristo y la relación de la Virgen María con la Iglesia.

 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En particular, al coro “Schola Gregoriana” de Madrid y a los grupos venidos de Sevilla, Murcia y de otros lugares de España y de Latinoamérica. A ejemplo de san Cromacio, invoquemos al Señor en medio de nuestras tribulaciones. Muchas gracias.

Como siempre el saludo final, el Papa lo ha dedicado y dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Nos estamos preparando para celebrar dentro de pocos días -ha dicho el Santo Padre- la solemnidad de la Virgen Inmaculada. Que sea ella quien os guíe, queridos jóvenes, en vuestro camino de adhesión a Cristo. Para vosotros, queridos enfermos, que ella sea quien os sostenga en el sufrimiento y suscite en vosotros renovada esperanza, y que también sea ella quien os guíe a vosotros, queridos esposos en el descubrimiento cada vez más profundo del amor de Cristo.








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