“Educar juntos en la escuela católica. Misión compartida de personas consagradas
y fieles laicos”
Martes, 20 nov (RV).- Ha sido presentado este mediodía el documento de la Congregación
para la Educación Católica: “Educar juntos en la escuela católica. Misión compartida
de personas consagradas y fieles laicos”. El documento centra su reflexión sobre la
presencia del laicado católico en la comunidad educativa escolástica, delineando la
vocación y el papel. Está dirigido de manera especial a los fieles laicos, pero también
a las personas consagradas que comparten la misma misión educativa en la escuela.
El documento considera los aspectos pastorales relativos a esta colaboración: por
una parte, la opción de los fieles laicos de vivir el trabajo educativo “como una
vocación personal en la Iglesia y no sólo como el ejercicio de una profesión"; y por
otra, la elección de las personas consagradas, en cuanto llamadas "a vivir los consejos
evangélicos, a llevar el humanismo de las bienaventuranzas al campo de la educación
y la escuela".
El prefecto del dicasterio, el cardenal Zenon Grocholewski,
en su relación ha insistido en la pérdida de valores en el mundo escolástico, sobre
todo occidental, la desmotivación que sufre el profesorado, frustrado en su tarea
educativa, y el hecho de que haya aumentado la violencia en la escuela y entre los
adolescentes. “Se asiste además -ha explicado el purpurado- a la pérdida del sentido
de la educación relacionado con la caída de los valores fundamentales como son: el
valor a la vida, la familia, o el trabajo. Y también la educación se resiente de
los males que aquejan a la sociedad como es el subjetivismo, el relativismo moral
y el nihilismo”.
El proyecto de la escuela católica -ha afirmado el cardenal
prefecto- sólo es convincente si es realizado por personas profundamente motivadas,
en cuanto testigos de un encuentro vivo con El Señor, asumiéndolo como fundamento
y referencia constante de la relación interpersonal y de la colaboración recíproca
entre educador y educando. En este contexto, ha añadido el cardenal Grocholewski “resulta
particularmente urgente ofrecer a los jóvenes un itinerario de formación escolar que
no se reduzca a la fruición individualista e instrumental de un servicio sólo en vista
a conseguir un título”. Además del aprendizaje de los conocimientos, es necesario
que los estudiantes hagan una experiencia fuerte de coparticipación con los educadores.
Por
otra parte, la misión compartida por una comunidad educativa de laicos y consagrados,
con una viva conciencia vocacional, ha señalado finalmente el purpurado, hace de la
escuela católica un lugar pedagógico favorable a la pastoral vocacional. “En efecto,
por su misma composición, la comunidad educativa de la escuela católica resalta la
diversidad y complementariedad de las vocaciones en la Iglesia, de la cual también
ella es expresión. En este sentido, la dinámica comunitaria de la experiencia formativa
se convierte en el horizonte dentro del cual el educando puede experimentar qué significa
ser miembro de la más amplia comunidad que es la Iglesia. Hacer experiencia de la
Iglesia significa encontrarse personalmente con Cristo viviente en ella”.