La Santa Sede satisfecha por la moratoria internacional contra la pena de muerte
Sábado, 17 nov (RV).- El cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio
para la Justicia y la Paz, entrevistado por nuestra emisora, afirmó que la votación
de las Naciones Unidas a favor de una moratoria de las ejecuciones capitales es “un
paso relevante”.
Recordamos que el texto fue aprobado el pasado jueves por
99 votos a favor, 52 en contra y 33 abstenciones tras dos días de intenso debate en
el seno del comité de derechos humanos del órgano legislativo de Naciones Unidas,
compuesto por 192 países. La resolución expresa preocupación por la continuada aplicación
de la pena de muerte e insta a los países que la mantienen en sus códigos penales
a que establezcan una moratoria de las ejecuciones con miras a abolirla.
“Estoy
verdaderamente contento. Fui representante de la Santa Sede en las Naciones Unidas
durante 16 años y en ese período fue testigo de dos intentos realizados en los años
noventa a favor de esta moratoria. Trabajé mucho y quedé desilusionado cuando se retiraron
estas propuestas de resolución pues no contaban con los votos necesarios. Esta vez
el número se ha dado”.
No obstante, el cardenal Martino lamentó que la decisión
del comité, así como todas las otras resoluciones en la ONU son tomadas por consenso,
y el hecho de que en la votación el número de votos contrarios y de abstenciones haya
sido tan alto, es un signo de que no hay unanimidad.
“Es un paso relevante,
pero lamentablemente es sólo una moratoria, y la decisión de la ONU y de la Asamblea
general solo tiene un valor exhortativo, pues no es una convención a la que tienen
que adherir los países. Estas decisiones de la asamblea general son auspicios. De
todos modos esto ya es muy importante y puede constatarse con satisfacción que muchas
organizaciones católicas han trabajado por esto y tienen el derecho de sentirse satisfechas”.
Un
total de 133 Estados miembros de la ONU han abolido la pena de muerte en su legislación
o en la práctica, y solo 25 países llevaron a cabo ejecuciones en 2006, el 91 por
ciento de las cuales se registraron en China, Irán, Irak, Pakistán, Sudán y Estados
Unidos.