Benedicto XVI elogia el espíritu de sacrificio de los misioneros que, ahora y en
el pasado, han dejado sus familias y hogares con el único propósito de proclamar la
buena nueva de Jesús
Viernes, 16 nov (RV).- Benedicto XVI ha elogiado el espíritu de sacrificio de los
misioneros que, ahora y en el pasado, han dejado sus familias y hogares con el único
propósito de proclamar la buena nueva de Jesús, y a menudo han derramado su sangre,
contribuyendo así al asentamiento de la Iglesia en tierras lejanas. El Papa ha recibido
esta mañana a los participantes en el encuentro de superiores generales de las Sociedades
Misioneras de Vida Apostólica promovida por la Congregación para la Evangelización
de los Pueblos. En su discurso el Pontífice ha señalado que no obstante, estas
condiciones han cambiado, disminuyendo de esta forma el número de jóvenes atraídos
por las sociedades misioneras. Esta Asamblea reúne a los superiores de 50 sociedades
misioneras de derecho pontificio y seis de derecho diocesano, “un elocuente testimonio
de la continua vitalidad del impulso misionero en la Iglesia y del espíritu de comunión
que une a sus miembros y sus actividades con el Sucesor de Pedro y su ministerio apostólico
universal”. Además el Papa ha subrayado que este encuentro es también un signo concreto
de las históricas relaciones entre las distintas Sociedades Misioneras de Vida Apostólica
y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Benedicto XVI ha subrayado
una de las prometedoras indicaciones de renovación de la Iglesia misionera en las
recientes décadas y que reside en el creciente deseo de muchos hombres y mujeres laicas,
solteros o casados, de cooperar generosamente en la missio ad gentes. En este contexto
el Santo Padre ha resaltado la necesidad de que estas formas de cooperación sean reguladas
por estatutos específicos y directivas claras en cada uno de los institutos.