Benedicto XVI subraya la importancia de las cofradías italianas, “comunidades cristianas
de fieles laicos, que desde la Edad Media han unido al fervor de la fe obras de misericordia
y solidaridad”
Sábado, 10 nov (RV).- Los hábitos celestes de las cofradías marianas, los de color
morado, de las asociaciones que celebran la Pasión, las rojas, que rememoran a los
mártires, los velos amarillos que llaman a la eucaristía, los mantos verdes que recuerdan
el Adviento y las negras, las de los cofrades de la buena muerte. Múltiples colores
para múltiples carismas y vitalidad eclesial. En la plaza de san Pedro esta mañana
se han reunido 40 mil personas, miembros de las cofradías italianas. “Un vasto y heterogéneo
mundo presente en todas las regiones y las diócesis de Italia” ha dicho en su discurso
el Santo Padre, que ha agradecido esta “coral manifestación de fe y el gesto de filial
cariño al Sucesor de Pedro.
Benedicto XVI ha subrayado la importancia y el
influjo que las Cofradías han ejercido en las comunidades cristianas de Italia desde
los primeros siglos del pasado milenio. Comunidades de fieles laicos que con “celo
y fervor” han querido iluminar algunos pasajes de la religiosidad popular relacionados
con la vida de Jesús, especialmente con su pasión, muerte y resurrección, con la devoción
a la Virgen Maria y a los Santos, uniendo casi siempre obras de misericordia y de
solidaridad: iniciativas caritativas hacia los pobres, hacia los enfermos y la gente
que sufre.
“Las cofradías no son, sin embargo, simples sociedades de socorro
mutuo o asociaciones filantrópicas, sino un conjunto de hermanos que, queriendo vivir
el Evangelio concientes de ser parte viva de la Iglesia, se proponen poner en práctica
el mandamiento del amor, que empuja a abrir el corazón a los otros, particularmente
a quién se encuentra en dificultad”.
“El amor evangélico -ha señalado el Papa-
es el signo distintivo y el programa de vida de todo discípulo de Cristo así como
de toda comunidad eclesial”. Y ha recordado lo escrito a este respecto en la Encíclica
Deus caritas est: “La caridad no es una especie de actividad de asistencia social
que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación
irrenunciable de su propia esencia”.
“En una época de grandes cambios como
la que atravesamos, -ha dicho Benedicto XVI- la Iglesia en Italia tiene necesidad
de vosotros para hacer llegar el anuncio del Evangelio de la caridad a todos. Enraizad
en el sólido fundamento de la fe en Cristo vuestras beneméritas cofradías, continuad
difundiendo el mensaje de la salvación en el pueblo trabajando en las múltiples fronteras
de la evangelización”. Manteniendo sólidamente estos requisitos, el Pontífice está
seguro que las “cofradías continuarán siendo escuelas populares de fe vivida y fraguas
de santidad”. El Papa les ha animado a multiplicar las iniciativas y las actividades,
cuidando sobre todo la formación espiritual y tendiendo a la santidad.