2007-11-10 16:59:09

Benedicto XVI subraya la importancia de las cofradías italianas, “comunidades cristianas de fieles laicos, que desde la Edad Media han unido al fervor de la fe obras de misericordia y solidaridad”


Sábado, 10 nov (RV).- Los hábitos celestes de las cofradías marianas, los de color morado, de las asociaciones que celebran la Pasión, las rojas, que rememoran a los mártires, los velos amarillos que llaman a la eucaristía, los mantos verdes que recuerdan el Adviento y las negras, las de los cofrades de la buena muerte. Múltiples colores para múltiples carismas y vitalidad eclesial. En la plaza de san Pedro esta mañana se han reunido 40 mil personas, miembros de las cofradías italianas. “Un vasto y heterogéneo mundo presente en todas las regiones y las diócesis de Italia” ha dicho en su discurso el Santo Padre, que ha agradecido esta “coral manifestación de fe y el gesto de filial cariño al Sucesor de Pedro.

Benedicto XVI ha subrayado la importancia y el influjo que las Cofradías han ejercido en las comunidades cristianas de Italia desde los primeros siglos del pasado milenio. Comunidades de fieles laicos que con “celo y fervor” han querido iluminar algunos pasajes de la religiosidad popular relacionados con la vida de Jesús, especialmente con su pasión, muerte y resurrección, con la devoción a la Virgen Maria y a los Santos, uniendo casi siempre obras de misericordia y de solidaridad: iniciativas caritativas hacia los pobres, hacia los enfermos y la gente que sufre.

“Las cofradías no son, sin embargo, simples sociedades de socorro mutuo o asociaciones filantrópicas, sino un conjunto de hermanos que, queriendo vivir el Evangelio concientes de ser parte viva de la Iglesia, se proponen poner en práctica el mandamiento del amor, que empuja a abrir el corazón a los otros, particularmente a quién se encuentra en dificultad”.

“El amor evangélico -ha señalado el Papa- es el signo distintivo y el programa de vida de todo discípulo de Cristo así como de toda comunidad eclesial”. Y ha recordado lo escrito a este respecto en la Encíclica Deus caritas est: “La caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia”.

“En una época de grandes cambios como la que atravesamos, -ha dicho Benedicto XVI- la Iglesia en Italia tiene necesidad de vosotros para hacer llegar el anuncio del Evangelio de la caridad a todos. Enraizad en el sólido fundamento de la fe en Cristo vuestras beneméritas cofradías, continuad difundiendo el mensaje de la salvación en el pueblo trabajando en las múltiples fronteras de la evangelización”. Manteniendo sólidamente estos requisitos, el Pontífice está seguro que las “cofradías continuarán siendo escuelas populares de fe vivida y fraguas de santidad”. El Papa les ha animado a multiplicar las iniciativas y las actividades, cuidando sobre todo la formación espiritual y tendiendo a la santidad.







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