Ángelus: el Papa hace un llamamiento para multiplicar los esfuerzos y encontrar una
solución pacífica a la crisis entre Turquía y el Kurdistán iraquí
Domingo, 4 nov (RV).- El Papa en un llamamiento durante el Ángelus en la plaza de
san Pedro, anima cualquier esfuerzo dirigido a encontrar una solución pacífica a la
crisis entre Turquía y el Kurdistán iraquí.
El Santo Padre invita también en
su llamamiento a que se garanticen “los derechos y los deberes de los inmigrantes
que son la base de la verdadera convivencia y encuentro entre los pueblos”.
El
encuentro de Jesús con Zaqueo en Jericó y la memoria de san Carlos Borromeo han sido
los argumentos centrales de la oración mariana del Ángelus este domingo.
Benedicto
XVI se ha hecho eco este mediodía, tras el habitual rezo del Ángelus en la plaza de
san Pedro, de la crisis entre Turquía y el Kurdistán iraquí y del peligro que corren
las poblaciones que viven en aquella zona fronteriza. En un llamamiento generalizado,
el Papa ha instado a que se realicen todos los esfuerzos necesarios para que se llegue
a una rápida solución pacífica.
“Las noticias de estos últimos días relativas
a los acontecimientos en la región fronteriza entre Turquía e Irak, son para mí y
para todos, fuente de preocupación. Deseo, por tanto, apoyar cualquier esfuerzo dirigido
a alcanzar una solución pacífica de los problemas que han surgido recientemente entre
Turquía y el Kurdistán.No puedo olvidar que en aquella región numerosas poblaciones
han encontrado refugio huyendo de la inseguridad y del terrorismo que han hecho difícil
la vida en Irak en estos últimos años. Precisamente en consideración al bienestar
para estas poblaciones, que comprenden también numerosos cristianos, deseo vivamente
que todas las partes trabajen para favorecer soluciones de paz. Deseo, además, que
las relaciones entre poblaciones de emigrantes y las poblaciones locales crezcan en
el espíritu de aquella alta civilización moral que es fruto de los valores espirituales
y culturales de todo pueblo y país. Que los responsables de la seguridad y de la acogida
sepan usar los medios puestos a su alcance para garantizar los derechos y los deberes
que son la base de la verdadera convivencia y encuentro entre los pueblos".
El
encuentro de Jesús con Zaqueo en Jericó y la memoria de san Carlos Borromeo han sido
los argumentos centrales de la alocución previa al rezo mariano del Ángelus este domingo.
En cuanto a Zaqueo, un hombre rico que ejercía de recaudador de impuestos para la
autoridad romana y que por lo tanto era considerado como un pecador público, el Papa
ha querido profundizar en su encuentro con Jesús. Y sobre todo en cómo el Evangelio
nos enseña que el amor que nace del corazón de Dios y se manifiesta a través del corazón
del hombre, es la fuerza que renueva el mundo: “Esta verdad resplandece hoy de forma
particular en el testimonio del santo cuya memoria recordamos hoy: san Carlos Borromeo,
arzobispo de Milán. Su figura se enmarca en el siglo XVI como modelo de pastor ejemplar
por su caridad, doctrina, celo apostólico y sobretodo por la oración: las almas –como
recordaba el santo- se conquistan de rodillas”.
El Santo Padre ha recordado
como san Carlos Borromeo, consagrado obispo con sólo 25 años, puso en práctica el
Concilio de Trento, que imponía a los pastores residir en sus respectivas diócesis,
y se dedicó completamente a la Iglesia ambrosiana. El Papa ha querido enumerar las
numerosas actividades de san Carlos como la convocatoria de 6 sínodos provinciales
y 11 diocesanos, la fundación de seminarios para formar una nueva generación de sacerdotes,
la construcción de hospitales y el haber destinado las riquezas de familia al servicio
de los pobres, la defensa de los derechos de la Iglesia contra los potentes; la renovación
de la vida religiosa y la institución de una nueva Congregación de sacerdotes seculares:
los oblatos.
Por último el Pontífice ha recordado de este santo que en 1576,
cuando la peste asoló Milán, se dedicó a visitar, a confortar a los enfermos, por
quienes gastó todos sus bienes. De hecho, ha dicho Benedicto XVI- su lema se resumía
en una única palabra: “humildad”, la que le llevó como Jesús, a renunciar a sí mismo
para hacerse siervo de todos.
Y como es ya habitual después del rezo de la
oración mariana, como cada domingo, el Santo Padre ha saludado afectuosamente a los
peregrinos en distintas lenguas. Este ha sido su saludo en español.
Saludo cordialmente
a los peregrinos y visitantes de lengua española que participan en esta oración mariana,
de modo particular al grupo de fieles venidos de México. El Evangelio de hoy nos presenta
a Zaqueo que quiere ver a Jesús y lo hospeda en su casa. Este encuentro con el Señor
transforma y purifica su vida pasada. Igual quiere hacer Él con nosotros cuando le
abrimos totalmente nuestro corazón. ¡Feliz domingo!
En su saludo en lengua
polaca, Benedicto XVI, señalando la memoria litúrgica del día de hoy, san Carlos Borromeo,
ha recordado que el memorable arzobispo de Milán fue “patrón de bautismo de Juan Pablo
II. “Doy las gracias a Dios -ha dicho- por la vida y por la obra de estos dos grandes
hombres de la Iglesia, lejanos en el tiempo, pero cercanos en el Espíritu. Que Dios
los bendiga”.