2007-10-29 16:06:45

El Card. Bertone preside la Misa de acción de gracias por las beatificaciones de los 498 mártires españoles


Lunes, 29 oct (RV).- Esta mañana el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone ha presidido, en el altar de la confesión de la Basílica de San Pedro, la Misa de acción de gracias por la beatificación de ayer de 498 mártires del Siglo XX en España. Han concelebrado con el purpurado italiano más de 70 cardenales, arzobispos y obispos españoles y han participado más de 6.000 procedentes de España

En nombre del episcopado español, el cardenal arzobispo de Toledo y Primado de España, Antonio Cañizares Llovera, ha expresado al cardenal Bertone al comienzo de la celebración Eucarística, el agradecimiento de la Iglesia en España, hacia el Papa Benedicto XVI por la magna beatificación, así como al Secretario de Estado y le ha pedido que le hiciera llegar al Papa este mensaje RealAudioMP3

 Ante la petición el cardenal Bertone ha respondido señalando cuanto sigue RealAudioMP3

En la homilía el cardenal Bertone ha recordado en primer lugar que la Beatificación de 498 mártires de España, que celebramos ayer, “ha sido una ocasión para constatar una vez más cómo la cadena de cristianos que han sido atraídos por el ejemplo de Jesús y sostenidos por su amor no se ha interrumpido desde los comienzos de la predicación apostólica. Ahora –matizó- estamos reunidos para elevar una ferviente acción de gracias al Señor por este acontecimiento eclesial”.

Y ha añadido el deseo de “acogernos a la intercesión de estos hermanos nuestros, cuya vida se ha convertido para nosotros, y para el pueblo de Dios que peregrina en España y en otros países, en un potente foco de luz y en una apremiante invitación a vivir el Evangelio radicalmente y con sencillez, dando testimonio público y valiente de la fe que profesamos” RealAudioMP3

 Después el purpurado italiano ha recordado que el martirio ocurre en circunstancias históricas trágicas, pero, el mártir, ha dicho, sabe trascender el momento histórico concreto y contemplar a sus semejantes desde el corazón de Dios. Gracias a esa luz que le viene de lo alto, y en virtud de la sangre del Cordero (cf. Ap 12,11), el mártir antepone la confesión de la fe a su propia vida, contrarrestando así la agresión con la plegaria y con la entrega heroica de sí mismo.

Amando a sus enemigos y rogando por los que lo persiguen (cf. Mt 5,44), el mártir hace visible el misterio de la fe recibida y se convierte en un gran signo de esperanza, anunciando con su testimonio la redención para todos. Al unir su sangre a la de Cristo sacrificado en la cruz, la inmolación del mártir se transforma en ofrenda ante el trono de Dios, implorando clemencia y misericordia para sus perseguidores. Y seguidamente, el cardenal secretario de Estado ha aludido a las enseñanzas del Papa Juan Pablo II respecto a los mártires: RealAudioMP3 “Como nos enseña el Papa Juan Pablo II, “ellos han sabido vivir el Evangelio en situaciones de hostilidad y persecución... hasta el testimonio supremo de la sangre... Ellos muestran la vitalidad de la Iglesia... Más radicalmente aún, demuestran que el martirio es la encarnación suprema del Evangelio de la esperanza” (Ecclesia in Europa, 13).

Y tras manifestar que para comprender el verdadero sentido cristiano del martirio es dejar que hablen los propios mártires, el Cardenal Bertone ha señalado que “de todos es conocido que el siglo XX dio a la Iglesia en España grandes frutos de vida cristiana, la fundación de congregaciones e institutos religiosos dedicados a la enseñanza, a la asistencia hospitalaria y a los más pobres y a diversas obras culturales y sociales. Destacan también –ha matizado- grandes ejemplos de santidad, así como un elevado número de mártires obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y fieles laicos”. Asimismo ha subrayado que RealAudioMP3 “estos mártires no han sido propuestos al pueblo de Dios por su implicación política, ni por luchar contra nadie, sino por ofrecer sus vidas como testimonio de amor a Cristo y con la plena conciencia de sentirse miembros de la Iglesia. Por eso, en el momento de la muerte, todos coincidían en dirigirse a quienes les mataban con palabras de perdón y de misericordia. Por eso, estos nuevos Beatos han enriquecido a la Iglesia de España con su sacrificio, siendo hoy para nosotros testimonio de fe, de esperanza firme contra todo temor y de un amor hasta el extremo (cf. Jn 13,1). Su muerte constituye para todos, un importante acicate que nos estimula a superar divisiones, a revitalizar nuestro compromiso eclesial y social, buscando siempre el bien común, la concordia y la paz”.

 Antes de finalizar su homilía el cardenal secretario de Estado ha recordado de estos mártires su vida ejemplar, “dedicados plenamente a sus diferentes apostolados, convencidos de la opción religiosa que habían hecho o del cumplimiento de sus deberes familiares. Estos testigos humildes y decididos del Evangelio son luminarias que orientan nuestra peregrinación terrena. Al venerar hoy a todos ellos que, como nos enseña el libro del Apocalipsis, “vienen de la gran tribulación” (ibíd., 7,14), suplicamos al Señor que nos conceda su fe intrépida, su firme esperanza y su profunda caridad. Y ha finalizado con esta exhortación: RealAudioMP3 “Dios quiera que esta Beatificación suscite en España una fuerte llamada a reavivar la fe cristiana e intensificar la comunión eclesial, pidiendo al Señor que la sangre de estos mártires sea semilla fecunda de numerosas y santas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, así como una constante invitación a las familias, fundadas en el sacramento del Matrimonio, a que sean para sus hijos ejemplo y escuela del verdadero amor y “santuario” del gran don de la vida Y que el ejemplo de santidad de los nuevos mártires alcance para la Iglesia en España y en las otras Naciones de las cuales algunos de ellos eran originarios, muchos frutos de auténtica vida cristiana: un amor que venza la tibieza, una ilusión que estimule la esperanza, un respeto que dé acogida a la verdad y una generosidad que abra el corazón a las necesidades de los más pobres del mundo”. Que la Virgen María, ha terminado, Reina de los Mártires, nos obtenga de su divino Hijo esta gracia que ahora, con total confianza, ponemos en sus manos de Madre. Amén.







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