Escuchar el programa Viernes, 26 oct
(RV).- En estas reflexiones retomaremos el texto de la carta con la que el Papa Benedicto
XVI comunicó al presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Alfonso
López Trujillo, que el Sexto Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en la
archidiócesis de México del 16 al 18 de enero de 2009, y cuyo tema central será: «La
familia, formadora en los valores humanos y cristianos». Es una carta en la cual el
Santo Padre resalta elementos esenciales de la familia como célula de toda estructura
social, y ámbito esencial de formación en el amor, en la fe y la solidaridad.
La
carta del Santo padre inicia señalando algunos eventos del pasado encuentro mundial
de las familias, en España. El Pontífice recordó en su misiva que el 9 de julio de
2006, al concluir el V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia, España, él tuvo
el gusto de anunciar la designación de la Arquidiócesis de México como sede del VI
Encuentro.
Como primera escuela de vida y de fe, y como "iglesia doméstica",
-señala el Santo Padre- la familia está llamada a educar a las nuevas generaciones
en los valores humanos y cristianos para que, orientando su vida según el modelo de
Cristo, forjen en ellas una personalidad armónica. En esta tarea tan decisiva para
la persona humana, que no se reduce sólo a saber utilizar las realidades que tiene
al alcance de la mano, sino que tiende sobre todo a buscar y comprometerse con los
ideales y modelos de conducta que le hacen "superior al universo entero" se ha de
contar también con el apoyo de la escuela, de la parroquia y de los diversos grupos
eclesiales que favorecen una educación integral del ser humano. Sin duda el Santo
Padre advierte de la necesidad que tienen las familias de ser apoyadas, fortalecidas,
rodeadas por entidades y grupos de apoyo para que sea realmente fuerte en su misión.
En
la carta que el Pontífice envía al Cardenal Alfonso López Trujillo, anunciando el
Sexto encuentro mundial de las familias advierte una fuerte esperanza de fortalecer
las familias, en el contexto actual de incertidumbre e individualidad.
En
unos momentos en que se advierte una frecuente disociación entre lo que se dice creer
y el modo concreto de vivir y comportarse, señala el Papa, este próximo Encuentro
Mundial de las Familias se propone alentar a los hogares cristianos en la formación
de una recta conciencia moral que, fortalecida por la gracia de Dios, ayude a seguir
fielmente su voluntad que nos ha revelado por medio de Jesucristo y que ha sembrado
en lo más íntimo del corazón de cada persona.
En esta ocasión, continúo
señalando el Pontífice en su misiva, deseo saludar cordialmente a mis Hermanos Obispos
de esa querida Nación, de modo especial al Señor Cardenal Norberto Rivera Carrera,
Arzobispo de México, comunidad eclesial que acogerá a las familias que, de tantas
partes del mundo, participarán en este importante Encuentro.
Pido al Señor
que el proceso de preparación y la celebración de este acontecimiento esté iluminado
por su gracia y sea para las familias, tanto las que estén presentes como las que
se unan espiritualmente, una ocasión especial para vivir con gozo su propia vocación
y misión. Con estos sentimientos, las encomiendo a la Sagrada Familia de Nazaret y
las bendigo con todo mi afecto, puntualiza la misiva del Santo Padre, dejando encendida
la esperanza y la ilusión de las familias del mundo para reencontrarse en México,
donde con toda certeza tendrán la oportunidad de fortalecerse en la fe para ser realmente
formadoras en los valores humanos y cristianos, como lo señala el tema central del
encuentro. La tarea entonces es prepararnos para ello.