2007-10-19 17:37:13

Reflexiones en familia


Escuchar el programa RealAudioMP3
Viernes, 19 oct (RV).- Amigos oyentes, hoy en nuestras reflexiones recordaremos las palabras del Papa Benedicto XVI, durante su visita a Austria, cuando criticó a quienes defienden el aborto y la eutanasia, denunciando la crisis de la verdad, al tiempo que defendió las raíces cristianas de Europa. Bienvenidos.


Durante la reciente visita de El Santo Padre a Austria, pidió a los líderes políticos que no permitieran que "los niños fueran considerados como una enfermedad" y los invitó a "no abolir la condena al aborto", que propician algunos legisladores en esa nación y en otras del mundo.


También animó a los matrimonios jóvenes a procrear hijos, pues estos siguen siendo una necesidad de la humanidad, para beneficio de la sociedad. Así mismo el Santo Padre manifestó su apoyo a quienes se esfuerzan en favorecer a las parejas jóvenes a educar sus hijos en un clima de confianza y alegría.


En cuanto a la eutanasia, el Pontífice expresó su temor que en algún momento, las personas gravemente enfermas, "sean presionadas tácita o explícitamente a solicitar la muerte o provocársela ellos mismos". El sufrimiento al final de la vida –puntualizó el Papa - requiere de un acompañamiento amoroso y la ayuda de cuidados paliativos, que lo hagan más soportable.


Es innegable que la vida es un regalo inmensamente grande, que por lo tanto merece verdadera veneración, que se nos ha dado y no nos pertenece de manera arbitraria. La tradición católica y la vivencia cristiana coinciden con esta perspectiva filosófica de la vida, captando además que ésta es un don de Dios y el más valioso que poseemos.


Por todo ello también percibimos que estamos llamados a proteger la vida, que no podemos darle un manejo arbitrario, hacer con ella "lo que nos venga en gana", ni decidir cuando terminarla.


Es claro que en el trasfondo de este tema hay una gran pregunta: ¿Cuál es el sentido del dolor y de la enfermedad? Y recordamos al Papa Juan Pablo II, en su bella y profunda Encíclica El Evangelio de la Vida, cuando acerca de las situaciones límite de la existencia humana, señala con acierto como paradójicamente la enfermedad nos esta hablando de la vida. Cuando uno se encuentra enfermo tiene una de dos actitudes: o se desespera o le encuentra sentido a la enfermedad.


En este último caso sentimos la pequeñez, la limitación, la necesidad de otros, compartimos el dolor humano sintiéndolo en carne propia, con lo cual nos sentimos lanzados a unirnos a la fuerza que lucha por la superación del dolor y de la enfermedad, es decir, nos unimos a la conciencia de la humanidad, señalaba el Papa Juan Pablo II.


Pero también la tradición cristiana nos señala que la muerte permite que la vida continúe eternamente en Dios. Dicho de otra manera, nos sumamos a la corriente de la vida que constituye la historia de la humanidad y de la vida misma. Por eso es que, aunque la vida humana corporal es un don preciado, no podemos aferrarnos a ella como un absoluto ni utilizar medios extraordinarios que conlleven costos físicos, psicológicos o económicos sin sentido.

Texto: Alma García
Locución: Alina Tufani Díaz











All the contents on this site are copyrighted ©.