Benedicto XVI recuerda la «gran valentía evangélica» de los obispos de Benin en el
terreno de la justicia y los derechos humanos, la caridad cristiana, la familia, la
vida, el diálogo y las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes
Jueves, 20 sep (RV).- Destacando la «gran valentía evangélica» de los Obispos de Benin,
que en los años transcurridos recientemente «han guiado al Pueblo de Dios entre numerosas
dificultades - en particular en lo que respecta a la justicia y a los derechos humanos»
- Benedicto XVI ha reiterado la importancia de la caridad cristiana, de la familia,
de la vida humana, del diálogo y de las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes.
En
el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, en su discurso al final de la visita ad limina
de los prelados benineses, el Papa los ha encomendado a la intercesión maternal de
María, Reina de África, y los ha alentado a perseverar en su misión de servicio pastoral,
viviendo cada día más intensamente el misterio de Cristo. «Sin tener nunca miedo a
proponer la novedad radical de la vida, aportada por Cristo y ofrecida a todo hombre
para realizar su vocación integral».
Recordando la labor de los Pastores benineses
de impulsar las enseñanzas de la Iglesia fundada en el Evangelio y en la auténtica
comunión espiritual, suscitando la esperanza en el corazón de su pueblo y contribuyendo
a mantener la unidad y la concordia nacionales, el Santo Padre ha hecho hincapié en
que «la presencia de la Iglesia en la sociedad se manifiesta también por medio de
las intervenciones públicas de sus Pastores» y ha recordado la valentía con la que
los Obispos de Benin han defendido, en varias oportunidades, los valores de la familia
y del respeto a la vida, ante las amenazas de «ideologías que proponen modelos y modos
de vivir que se oponen a una auténtica concepción de la vida humana».
«Os aliento
a proseguir en este compromiso que es un servicio para toda la sociedad», ha enfatizado
el Papa, destacando luego la prioridad pastoral de la formación de la juventud y alabando
el trabajo de quienes - en particular mediante la enseñanza católica - contribuyen
a la educación humana y religiosa de los jóvenes. En este contexto, Benedicto XVI
ha recomendado nuevamente la profunda preparación que merece el sacramento del matrimonio
y la necesidad de acompañar permanentemente a las familias, «en especial a las que
viven momentos de dificultad».
También, Benedicto XVI ha constatado con gran
satisfacción «las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes, que se desarrollan
en una atmósfera de comprensión recíproca». «Para evitar que se pueda desarrollar
alguna forma de intolerancia y para prevenir todo tipo de violencia, es necesario
alentar el diálogo sincero, fundado en un conocimiento mutuo cada vez más verdadero»,
ha señalado el Papa, alentando asimismo «las relaciones humanas respetuosas, el entendimiento
sobre los valores de la vida y la cooperación en todo lo que favorece el bien común»
y poniendo de relieve que este diálogo requiere también la preparación de «personas
competentes, para ayudar a conocer y comprender los valores religiosos que tenemos
en común y a respetar lealmente las diferencias».
Reflexionando sobre los
desafíos que han presentado los Obispos de Benin en sus informes quinquenales, Benedicto
XVI los ha alentado a perseverar en la relación de amistad con Cristo y el anuncio
del Reino de Dios a todos, haciendo presente concretamente el Evangelio en la sociedad.
Junto
con la necesidad del discernimiento que favorece el impulso de las tradiciones populares,
que ayudan a crecer en la fe y en el auténtico conocimiento de Dios, rechazando aquellas
que están en contradicción con el Evangelio, el Papa ha recordado que la fe cristiana
debe inculcar en los corazones la libertad interior y la responsabilidad de los cristianos
ante los acontecimientos de la vida.
Es necesaria una verdadera formación
sacerdotal, litúrgica, catequética, contemplativa y religiosa, ha recordado también
el Santo Padre poniendo de relieve la misión de los sacerdotes, de los catequistas
y de los Institutos de vida consagrada en Benin. Sin olvidar que el servicio a los
más desprotegidos en la sociedad, sin distinción, nunca debe dejar de lado a Dios
y a Cristo, Benedicto XVI ha señalado que «el cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar
de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe
que Dios es Amor». (Deus caritas est, n.31).