2007-09-20 16:07:53

Benedicto XVI recuerda la «gran valentía evangélica» de los obispos de Benin en el terreno de la justicia y los derechos humanos, la caridad cristiana, la familia, la vida, el diálogo y las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes


Jueves, 20 sep (RV).- Destacando la «gran valentía evangélica» de los Obispos de Benin, que en los años transcurridos recientemente «han guiado al Pueblo de Dios entre numerosas dificultades - en particular en lo que respecta a la justicia y a los derechos humanos» - Benedicto XVI ha reiterado la importancia de la caridad cristiana, de la familia, de la vida humana, del diálogo y de las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes.

En el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, en su discurso al final de la visita ad limina de los prelados benineses, el Papa los ha encomendado a la intercesión maternal de María, Reina de África, y los ha alentado a perseverar en su misión de servicio pastoral, viviendo cada día más intensamente el misterio de Cristo. «Sin tener nunca miedo a proponer la novedad radical de la vida, aportada por Cristo y ofrecida a todo hombre para realizar su vocación integral».

Recordando la labor de los Pastores benineses de impulsar las enseñanzas de la Iglesia fundada en el Evangelio y en la auténtica comunión espiritual, suscitando la esperanza en el corazón de su pueblo y contribuyendo a mantener la unidad y la concordia nacionales, el Santo Padre ha hecho hincapié en que «la presencia de la Iglesia en la sociedad se manifiesta también por medio de las intervenciones públicas de sus Pastores» y ha recordado la valentía con la que los Obispos de Benin han defendido, en varias oportunidades, los valores de la familia y del respeto a la vida, ante las amenazas de «ideologías que proponen modelos y modos de vivir que se oponen a una auténtica concepción de la vida humana».

«Os aliento a proseguir en este compromiso que es un servicio para toda la sociedad», ha enfatizado el Papa, destacando luego la prioridad pastoral de la formación de la juventud y alabando el trabajo de quienes - en particular mediante la enseñanza católica - contribuyen a la educación humana y religiosa de los jóvenes. En este contexto, Benedicto XVI ha recomendado nuevamente la profunda preparación que merece el sacramento del matrimonio y la necesidad de acompañar permanentemente a las familias, «en especial a las que viven momentos de dificultad».

También, Benedicto XVI ha constatado con gran satisfacción «las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes, que se desarrollan en una atmósfera de comprensión recíproca». «Para evitar que se pueda desarrollar alguna forma de intolerancia y para prevenir todo tipo de violencia, es necesario alentar el diálogo sincero, fundado en un conocimiento mutuo cada vez más verdadero», ha señalado el Papa, alentando asimismo «las relaciones humanas respetuosas, el entendimiento sobre los valores de la vida y la cooperación en todo lo que favorece el bien común» y poniendo de relieve que este diálogo requiere también la preparación de «personas competentes, para ayudar a conocer y comprender los valores religiosos que tenemos en común y a respetar lealmente las diferencias».

Reflexionando sobre los desafíos que han presentado los Obispos de Benin en sus informes quinquenales, Benedicto XVI los ha alentado a perseverar en la relación de amistad con Cristo y el anuncio del Reino de Dios a todos, haciendo presente concretamente el Evangelio en la sociedad.

Junto con la necesidad del discernimiento que favorece el impulso de las tradiciones populares, que ayudan a crecer en la fe y en el auténtico conocimiento de Dios, rechazando aquellas que están en contradicción con el Evangelio, el Papa ha recordado que la fe cristiana debe inculcar en los corazones la libertad interior y la responsabilidad de los cristianos ante los acontecimientos de la vida.

Es necesaria una verdadera formación sacerdotal, litúrgica, catequética, contemplativa y religiosa, ha recordado también el Santo Padre poniendo de relieve la misión de los sacerdotes, de los catequistas y de los Institutos de vida consagrada en Benin. Sin olvidar que el servicio a los más desprotegidos en la sociedad, sin distinción, nunca debe dejar de lado a Dios y a Cristo, Benedicto XVI ha señalado que «el cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es Amor». (Deus caritas est, n.31).







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