2007-09-17 15:52:03

En el quinto aniversario de la muerte del cardenal vietnamita François-Xavier Van Thuan, el Papa manifiesta su alegría por del inicio de la Causa de beatificación de “este heroico pastor”


Lunes, 17 sep (RV).- Benedicto XVI ha concedido esta mañana una audiencia especial en ocasión del quinto aniversario del fallecimiento del cardenal François-Xavier Van Thuan, el 16 de septiembre de 2002.

En memoria del purpurado estaban presentes el presidente y el secretario del Pontificio Consejo Justicia y paz, cardenal Renato Martino y Mons. Giampaolo Crepaldi, respectivamente, junto a los colaboradores de este dicasterio, en el que trabajó el queridísimo cardenal vietnamita.

El Papa ha saludado también a los miembros de la Fundación San Mateo, instituida en memoria del purpurado vietnamita y a los representantes del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan, creado para la difusión de la Doctrina social de la Iglesia.

Después de 5 años, ha dicho en su discurso el Papa, “permanece viva en la mente y en corazón de cuantos le conocieron la noble figura de este servidor del Señor”: “Queridos hermanos y hermanas he acogido con íntima alegría la noticia del inicio de la Causa de beatificación de este singular profeta de la esperanza cristiana y, mientras encomendamos al Señor su noble alma, recemos para que su ejemplo sea para nosotros una válida enseñanza”.

El Papa ha aprovechado la ocasión para poner a la luz, una vez más, el “luminoso testimonio de fe de este heroico Pastor”, recordando algunos pasajes de su vida y el largo período final, con la sufrida enfermedad, que lo llevó hasta la muerte. “Enfermedad afrontada con total abandono a la voluntad del Señor”, ha explicado el Papa. Poco tiempo antes había sido nombrado por Juan Pablo II Vicepresidente y después presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, poniendo en marcha la publicación del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

Benedicto XVI ha destacado del cardenal Van Thuan “su simple e inmediata cordialidad, la capacidad que tenía de dialogar y hacerse entender por todos”. “Admiramos sus visiones colmas de esperanza, su fervoroso compromiso por la difusión de la Doctrina social de la Iglesia entre los pobre del mundo, el anhelo para la evangelización de su continente, Asia, la capacidad que tenía en coordinar las actividades caritativas y de promoción humana que promovía y apoyaba en los lugares más recónditos de la tierra”.

El cardenal Van Thun “era un hombre de esperanza y vivía de esperanza”. “Fue gracias a esta energía espiritual -ha subrayado el Santo Padre- que resistió a todas las dificultades físicas y morales”. La esperanza lo sostuvo especialmente durante 13 largos años, como obispo aislado de su comunidad diocesana y la esperanza le ayudó a superar también “las absurdidades que tuvo que sufrir durante la larga detención” en las cárceles vietnamitas. “Amaba repetir el cardenal Van Thuan -ha terminado diciendo el Pontífice- que el cristiano es el hombre del “ahora”, “del momento presente, que hay que acoger y vivirlo, con el amor de Cristo”.







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