Jornada internacional de recuerdo de la trata de esclavos
Jueves, 23 ago (RV).- En ocasión de la Jornada internacional de recuerdo de la trata
de esclavos establecida por Naciones Unidas se ha inaugurado hoy en Liverpool el Museo
internacional de la esclavitud, primer museo permanente dedicado a la trata transatlántica.
La celebración de hoy en recuerdo de la esclavitud, coincide con el bicentenario
de la abolición de la trata de esclavos en el Imperio británico, acaecida en 1807,
de ahí que con la apertura de este museo, se honre la memoria de los que en su día
fueron esclavos, pero al mismo tiempo se den a conocer los problemas contemporáneos
causados por la esclavitud y por la trata. Las salas del nuevo museo tratarán pues
temas como los derechos humanos, la libertad y el subdesarrollo en África y en el
Caribe, la identidad, el pluralismo y la discriminación racial, y la importancia de
las aportaciones de los descendientes africanos en América y Europa.
La fecha
elegida por Naciones Unidas para conmemorar esta jornada de recuerdo de la trata de
esclavos, se remite a los eventos de la noche del 22 al 23 de agosto de 1791, cuando
dio inicio en Santo Domingo (hoy Haití y la República Dominicana) la insurrección
que conduciría a la abolición de la trata de esclavos transatlántica y la emancipación
de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Se estableció esta jornada con
el objetivo de grabar la trata de esclavos en la memoria de todos los pueblos mediante
la reflexión colectiva sobre las causas históricas, tramas ocultas y formas de realización
de la trata, además de sus consecuencias en Europa, el Continente Americano y el Océano
Índico. Ya que los conocimientos sobre la trata, la esclavitud y su abolición nos
sirven para entender un presente marcado por el racismo y las discriminaciones, que
son el legado de tan trágicos episodios.
Ya el concilio Vaticano II había indicado
que "la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes, así como las
condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros
instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables", son "oprobios que,
al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes
padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador" (Gaudium
et spes, 27). Estas situaciones son una afrenta a los valores fundamentales que
comparten todas las culturas y todos los pueblos, valores arraigados en la misma naturaleza
de la persona humana.
Durante el periodo de la esclavitud, se capturaban y
transportaban, en condiciones realmente pésimas que provocaban la muerte de gran número
de personas antes de la partida o antes de llegar al Nuevo Mundo, a millares de personas
desde África hasta Europa o América. A la llegada a destino, eran destinados a los
trabajos más penosos prácticamente como esclavos. Ese comercio comenzó ya en 1562
y la esclavitud consiguiente perduró por casi tres siglos. Los Papas y los teólogos,
como asimismo numerosos humanistas, protestaron contra esta práctica. León XIII la
ha condenado con vigor en su encíclica In plurimis del 5 de mayo 1888, felicitando
a Brasil por haberla abolido. Y el Papa Juan Pablo II no vaciló, en su discurso a
los intelectuales africanos, en Yaoundé (13 de agosto 1985), en deplorar que personas
pertenecientes a naciones cristianas hayan contribuido a la trata de negros.
El
respeto por todo hombre, por toda raza, es el respeto por los derechos fundamentales,
la dignidad, la igualdad básica. El pasado queda atrás, ahora nos queda, recordando
la memoria de quienes perecieron en este ultraje a la dignidad humana, evitar que
hoy en día se sigan produciendo este tipo de abusos a la persona. Quizá ya no haya
esclavitud como la de una época, ya que esta práctica ha sido abolida en casi todo
el mundo, pero existen otros tipos de esclavitud. Por este motivo es importante educar
en el pluralismo y la tolerancia para evitar repetir los errores del pasado.