El Papa recibe a la Misión Joven de Madrid y subraya el compromiso de entrega y servicio
a la Iglesia de sus jóvenes
Jueves, 9 ago (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia en el Palacio
apostólico de Castelgandolfo a la Misión Joven de Madrid, una iniciativa de la provincia
eclesiástica en la que han participado más de 5.000 jóvenes de las tres diócesis:
Madrid, Alcalá de Henares y Getafe.
El Papa en el discurso que ha dirigido
a los congregados en el patio del Palacio apostólico ha agradecido esta presencia
tan numerosa y ha querido subrayar el afecto especial que le han manifestado los jóvenes,
así como el compromiso de entrega y servicio a la Iglesia.
De modo especial
ha destacado todo lo que están haciendo como fruto de esa intensa experiencia eclesial
y de fe que han vivido. “He apreciado la intensidad
con que se ha vivido la condición del misionero y el colorido que adquieren ciertas
facetas de la vida cuando se decide anunciar a Cristo: el entusiasmo de salir al descubierto
y comprobar con sorpresa que, contrariamente a lo que muchos piensan, el Evangelio
atrae profundamente a los jóvenes; el descubrir en toda su amplitud el sentido eclesial
de la vida cristiana; la finura y belleza de un amor y una familia vivida ante los
ojos de Dios, o el descubrimiento de una inesperada llamada a servirlo por entero
consagrándose al ministerio sacerdotal”.
Benedicto XVI ha dicho también a
los jóvenes que visitando los lugares donde Pedro y Pablo anunciaron el Evangelio
y dieron su vida por el Señor habrían entendido mejor que la fe en Jesucristo necesita
de la misión: “Así ocurrió aquí,
en Roma, hace muchos siglos, en medio de un ambiente que desconocía a Cristo, único
Salvador del género humano y del mundo; así ha ocurrido siempre, y ocurre también
hoy, cuando a vuestro alrededor veis a muchos que lo han olvidado o que se desentienden
de Él, cegados por tantos sueños pasajeros que prometen mucho pero que dejan el corazón
vacío”.
El Santo Padre ha animado a los jóvenes madrileños a perseverar en
el camino emprendido colaborando con sus pastores en la apasionante tarea de hacer
llegar a sus coetáneos la dicha indescriptible de saberse amados por Dios, el único
amor que nunca falla ni termina: “No dejéis de cultivar
vosotros mismos el encuentro personal con Cristo, tenerlo siempre en el centro de
vuestro corazón, pues así toda vuestra vida se convertirá en misión; dejaréis trasparentar
al Cristo que vive en vosotros”.
La Audiencia había comenzado con la intervención
del cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela que ha manifestado al
Santo Padre el trabajo realizado durante este curso por los jóvenes madrileños, “anunciando
la buena noticia de que sólo Jesucristo, Salvador, puede colmar las aspiraciones más
íntimas del corazón del hombre… de que sólo el Señor “es capaz de humanizar la humanidad
y conducirla a la divinización”: “Querido Santo Padre,
los jóvenes de Madrid quieren ser sus compañeros fieles, vibrantes y gozosos de la
perenne y siempre actual confesión de Pedro: 'Tu eres Cristo, el Hijo del Dios vivo'".
Agradecidos
en lo más hondo del corazón por la audiencia papal, el cardenal Rouco Varela ha pedido
al Pontífice en nombre de todos los jóvenes que los iluminara con su palabra y les
animara en su compromiso misionero: “¡Cuente con los jóvenes
de Madrid, incondicionalmente…sabiendo dar razón de vuestra esperanza pero con mansedumbre”.
Después de la intervención del señor cardenal y antes del discurso del Santo Padre
ha habido un momento de testimonios intercalados con cantos de los jóvenes madrileños.
Dos testimonios han sido de la diócesis de Madrid, uno de la diócesis de Alcalá y
otro de la de Getafe.
El primer testimonio de Madrid ha sido del joven Pedro
Rivas que ha trabajado hasta hace muy poco como profesor en la universidad san Pablo
CEU y que tras haber participado en la Misión joven dentro de una comunidad neocatecumenal
se encuentra ya en un seminario Redemptoris Mater para ser sacerdote misionero.
Después
siempre, de la diócesis madrileña, han hablado dos recién casados, Ignacio y Sara
que han manifestado su testimonio y experiencia, recordando que se conocieron en la
universidad y que han mantenido su noviazgo a lo largo de sus estudios hasta contraer
matrimonio, con gran alegría, el pasado 7 de julio. Sara ha expresado que en el ambiente
de trabajo escuchaba a menudo comentarios contrarios respecto a su noviazgo, ya que
cada día son más los jóvenes que conviven públicamente sin contraer matrimonio civil
ni religioso. “Habiendo escuchado la vocación de Dios al matrimonio lo hemos concluido
contrayendo matrimonio ante Dios y la Iglesia. Y el segundo año de misión lo empezaremos
siendo un matrimonio joven”.
Luego ha seguido el testimonio de Almudena, una
joven de 25 años de la diócesis de Alcalá de Henares. “No resulta fácil hoy en día
llamar a una puerta y decir que vienes de parte de la parroquia, porque ¿quién en
su casa abre la puerta a alguien que viene hablar de Jesucristo? Con la Cruz en la
mano llamamos, y unos nos abrieron y nos escucharon, y otro nos cerraron la puerta.
Experimentamos con Cristo como la luz vino al mundo y no la reconocieron”.
El último testimonio ha sido el de Sabina, representando a la diócesis de Alcalá.
Esta joven ha dicho que durante este último año su experiencia en la Misión joven
ha consistido “en abandonarse en manos del Señor, en dejarle a Él hacer en su vida”.
“Mi experiencia de estos meses -ha dicho- me ha llevado a comprobar que sólo con la
intimidad con Cristo se puede salir a proponerlo a los hermanos”.