2007-07-29 15:16:37

Ángelus: Llamamiento de Benedicto XVI por la liberación de los surcoreanos secuestrados, “se trata de graves violaciones de la dignidad humana, que contrastan con toda norma elemental de civilización y de derecho y ofenden gravemente la ley divina”


Domingo, 29 jul (RV).- Benedicto XVI ha mostrado siempre su preocupación por los acontecimientos internacionales que perturban la paz en el mundo, y en este sentido, en su primer Ángelus desde la localidad cercana a Roma de Castelgandolfo, donde llegó el viernes tras haber pasado unos días en las montañas dolomitas, el Pontífice ha hecho un apremiante llamamiento a la liberación de las personas inocentes que se encuentran secuestradas, en particular, los 22 surcoreanos que cumplen hoy su décimo día de secuestro en Afganistán ante la amenaza de ser asesinados.

“Se está difundiendo por desgracia entre los grupos armados la praxis de instrumentalizar a personas inocentes para reivindicar fines propios. Se trata –ha dicho el Pontífice- de graves violaciones de la dignidad humana, que contrastan con toda norma elemental de civilización y de derecho y ofenden gravemente la ley divina. Dirijo mi llamamiento para que los autores de tales actos criminales desistan del mal causado y restituyan incólumes a sus víctimas”.

En este sentido el Pontífice ha confiado nuevamente a la intercesión de María Santísima, una oración por la paz, de forma particular, para que los conocimientos científicos y técnicos vengan aplicados siempre con sentido de responsabilidad y por el bien común, en el pleno respeto del derecho internacional: “Oremos para que los hombres vivan en paz y se sientan todos hermanos, hijos de un único Padre: Dios”.

Benedicto XVI ha pedido esta oración recordando -como hiciera el pasado domingo al cumplirse los 90 años del mensaje que envió Benedicto XV a los países beligerantes en la Primera Guerra Mundial-, el 50 aniversario de la entrada en vigor del estatuto de la AIEA, la Agencia Internacional para la Energía Atómica, instituida con el mandato de prosperidad en todo el mundo.

“La Santa Sede, aprobando plenamente la finalidad de tal Organismo, es miembro desde su fundación, y continúa apoyando su actividad”, ha recordado el Pontífice, señalando que los cambios vividos en los últimos cincuenta años evidencian como, en la difícil encrucijada que se encuentra la humanidad, es cada vez más necesario el trabajo para evitar la proliferación de armas nucleares.

Sobre este argumento el Papa ha instado a promover un progresivo y acordado desarme nuclear que favorezca el uso pacífico y seguro de la tecnología nuclear para un auténtico desarrollo, respetuoso con el ambiente y siempre atento a las poblaciones más desfavorecidas: “Por lo tanto deseo que lleguen a buen puerto los esfuerzos de aquellos que trabajan para conseguir la defensa de estos tres objetivos, en el intento de hacer que los recursos ahorrados puedan ser utilizados en proyectos de desarrollo y en ventaja de todas las poblaciones, sobre todo, de las más pobres (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2006, n.13). Reitero en esta ocasión la necesidad de sustituir la carrera armamentística con un esfuerzo común para movilizar los recursos hacia objetivos de desarrollo moral, cultural y económico, volviendo a definir las prioridades y las escalas de valores” (Catequismo de la Iglesia católica, n.2438)

Las palabras del Santo Padre han sido acogidas con aplausos por parte de los cientos de fieles presentes en Castelgandolfo, que en los momentos previos al Ángelus amenizaron la espera con cantos y vítores. A todos ellos el Pontífice ha agradecido el calor de su acogida, y una vez más el Santo Padre ha recordado su paso por la localidad alpina de Loranzago di Cadore, saludando a cuantos le acompañaron durante esos días.

“Con igual afecto quiero saludar y expresar mi gratitud a vosotros –ha proseguido el Papa en su alocución previa al rezo mariano del Ángelus- queridos peregrinos y habitantes de Castelgandolfo, que me habéis acogido con vuestra cordialidad típica y me acompañáis siempre con discreción durante el tiempo que transcurro entre vosotros”.

Y como es tradicional, tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas. En francés, inglés y alemán, el Papa ha pedido “la paz para quienes sufren la guerra”, pidiendo nuevamente la "libertad para los secuestrados”.

En polaco el Pontífice ha dirigido su pensamiento, una vez más, a los fieles fallecidos durante su vuelta del Santuario de La Salette. En la oración imploro para todos los difuntos el don del descanso en Dios. “Me uno al dolor de sus seres queridos –ha dicho el Papa- y a los heridos deseo una rápida curación. Pido a Dios que proteja a cuantos se encuentran en las carreteras dirigiéndose a los lugares de vacaciones”.

Y es español estas han sido las palabras de Benedicto XVI: RealAudioMP3 “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que habéis venido hasta Castelgandolfo para rezar el Ángelus. Que este tiempo de vacaciones sea también un momento propicio para alabar al Señor y poner en Él vuestra confianza. Acudid siempre a Él, que nos ha dicho: “pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. ¡Feliz domingo!”.








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