2007-07-21 17:40:16

El Papa firma el mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud de Sydney


Sábado, 21 jul (RV).- El Santo Padre firmó ayer Lorenzago de Cadore, el Mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Sydney, Australia en julio del próximo año cuyo lema es: "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos.". Hoy se ha publicado el mensaje en italiano y en los próximos días se publicará en las demás lenguas habituales a las que suelen traducirse los documentos del Papa.

El Espíritu Santo es una vez más el hilo conductor de la Jornada de la Juventud. Ya en 2006 se escogió como tema el “Espíritu de la Verdad”, y este año, es el “Espíritu del amor”. Por lo que el “Espíritu de fuerza y testimonio” de 2008 se convierte en un paso más hacia la recepción total del Espíritu Santo por parte de los jóvenes, para que se conviertan en verdaderos apóstoles de la Palabra de Dios.

Benedicto XVI ofrece a todos los jóvenes su mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2008, para que reflexionen sobre cómo el Espíritu Santo es el don más alto dado por Dios a los hombres, es decir, “el testimonio supremo de su amor por nosotros, un amor que se expresa concretamente como un ‘sí a la vida’ que Dios quiere para cada una de sus criaturas”.

Consciente de las preguntas y dudas que pueden asaltar a los jóvenes de hoy en día cuando se habla del Espíritu Santo, el Pontífice les insta a acogerlo a través de los Sacramentos: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Estos Sacramentos ayudan a entender el significado de Dios mismo, que nos donó su amor pleno. “Una vez más os repito –se lee en el texto del mensaje del Pontífice- que sólo Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas del corazón del hombre, sólo Él es capaz de humanizar a la humanidad y conducirla a su ‘divinización’. Con la potencia de su Espíritu Santo Él infunde en nosotros la caridad divina, que nos hace ser capaces de amar al prójimo y estar preparados para ponernos a su servicio”.

En este sentido Benedicto XVI evoca las palabras de sus predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, quienes exhortaban a anunciar el Evangelio y testimoniar la fe. “Algunos pueden pensar que presentar el tesoro precioso de la fe a las personas que no lo comparten significa ser intolerantes –escribe el Papa- pero no es así, porque proponer a Cristo no significa imponerlo”. Por este motivo el Santo Padre llama a los jóvenes a que se conviertan en santos y misioneros, anunciando el Evangelio.

“Queridos jóvenes os espero numerosos en Sydney –finaliza la misiva- Será una ocasión providencial para experimentar de lleno la potencia del Espíritu Santo. Os invito a dedicar tiempo a la oración y a vuestra formación espiritual en esta última parte del camino que nos conduce a la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, para que en Sydney podáis renovar la promesa de vuestro Bautismo y Confirmación. Juntos invocaremos el Espíritu Santo, pidiendo con confianza en Dios, el don de una renovada Pentecostés para la Iglesia y para la humanidad del tercer milenio”.








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