El Papa firma el mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud de Sydney
Sábado, 21 jul (RV).- El Santo Padre firmó ayer Lorenzago de Cadore, el Mensaje para
la XXIII Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Sydney, Australia en julio
del próximo año cuyo lema es: "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá
sobre vosotros, y seréis mis testigos.". Hoy se ha publicado el mensaje en italiano
y en los próximos días se publicará en las demás lenguas habituales a las que suelen
traducirse los documentos del Papa.
El Espíritu Santo es una vez más el hilo
conductor de la Jornada de la Juventud. Ya en 2006 se escogió como tema el “Espíritu
de la Verdad”, y este año, es el “Espíritu del amor”. Por lo que el “Espíritu de fuerza
y testimonio” de 2008 se convierte en un paso más hacia la recepción total del Espíritu
Santo por parte de los jóvenes, para que se conviertan en verdaderos apóstoles de
la Palabra de Dios.
Benedicto XVI ofrece a todos los jóvenes su mensaje para
la Jornada Mundial de la Juventud 2008, para que reflexionen sobre cómo el Espíritu
Santo es el don más alto dado por Dios a los hombres, es decir, “el testimonio supremo
de su amor por nosotros, un amor que se expresa concretamente como un ‘sí a la vida’
que Dios quiere para cada una de sus criaturas”.
Consciente de las preguntas
y dudas que pueden asaltar a los jóvenes de hoy en día cuando se habla del Espíritu
Santo, el Pontífice les insta a acogerlo a través de los Sacramentos: el Bautismo,
la Confirmación y la Eucaristía. Estos Sacramentos ayudan a entender el significado
de Dios mismo, que nos donó su amor pleno. “Una vez más os repito –se lee en el texto
del mensaje del Pontífice- que sólo Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas
del corazón del hombre, sólo Él es capaz de humanizar a la humanidad y conducirla
a su ‘divinización’. Con la potencia de su Espíritu Santo Él infunde en nosotros
la caridad divina, que nos hace ser capaces de amar al prójimo y estar preparados
para ponernos a su servicio”.
En este sentido Benedicto XVI evoca las palabras
de sus predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, quienes exhortaban a anunciar el Evangelio
y testimoniar la fe. “Algunos pueden pensar que presentar el tesoro precioso de la
fe a las personas que no lo comparten significa ser intolerantes –escribe el Papa-
pero no es así, porque proponer a Cristo no significa imponerlo”. Por este motivo
el Santo Padre llama a los jóvenes a que se conviertan en santos y misioneros, anunciando
el Evangelio.
“Queridos jóvenes os espero numerosos en Sydney –finaliza la
misiva- Será una ocasión providencial para experimentar de lleno la potencia del Espíritu
Santo. Os invito a dedicar tiempo a la oración y a vuestra formación espiritual en
esta última parte del camino que nos conduce a la XXIII Jornada Mundial de la Juventud,
para que en Sydney podáis renovar la promesa de vuestro Bautismo y Confirmación. Juntos
invocaremos el Espíritu Santo, pidiendo con confianza en Dios, el don de una renovada
Pentecostés para la Iglesia y para la humanidad del tercer milenio”.