2007-07-19 16:13:55

Rueda de prensa del cardenal Bertone dedicada a su primer año como Secretario de Estado, acompañando a Benedicto XVI, «volcán de creatividad»


Jueves, 19 jul (RV).- Benedicto XVI mantuvo ayer un encuentro con el cardenal Tarcisio Bertone en el chalet de Lorenzago, donde está transcurriendo estos días de descanso, hasta el próximo viernes 27 de julio, cuando se trasladará al Palacio Pontificio de Castelgandolfo. Por la tarde, y tal como se había anunciado, el purpurado que almorzó con el Papa, se trasladó a la vecina localidad de Pieve di Cadore, donde ofreció una rueda de prensa dedicada a su primer año como Secretario de Estado, acompañando a Benedicto XVI.

En este encuentro con la prensa, caracterizado por un clima de cordialidad, el cardenal Tarcisio Bertone respondió a preguntas que abarcaron amplios temas sobre la actualidad de la Iglesia y de ámbito internacional, que preocupan al Santo Padre. Como el doloroso fenómeno de los casos de abuso sexual contra menores por parte de sacerdotes católicos, la situación en Irak y Tierra Santa, la apostasía en Europa, los problemas que aquejan al continente africano, el reciente viaje apostólico del Papa a Brasil, donde inauguró la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y caribeño, la carta pontificia a los católicos en China, el Motu Proprio sobre el uso del Misal promulgado por el beato Juan XXIII y el importante papel de las mujeres en la Iglesia.

Respondiendo a la pregunta sobre la dolorosa gravedad del fenómeno de los sacerdotes pederastas en la archidiócesis de Los Ángeles, el cardenal Secretario de Estado hizo hincapié en la amplitud sobrecogedora del problema, que causa dolor en todos. En la Iglesia y fuera de ella. Y recordó que los sacerdotes católicos implicados en este crimen, que atenta contra la gran misión de la misma Iglesia, son una minoría que no debe ensombrecer a los numerosos sacerdotes que entregan su vida en el cumplimiento de su apostolado.

«Ciertamente, éste es un problema que causa dolor en todos. En la Iglesia y fuera de ella». El cardenal Bertone se refirió a las manifestaciones de estima que le llegan a la Iglesia católica de muchas partes del mundo. «Nos llega el agradecimiento también de presidentes y ministros de países musulmanes por las obras de la Iglesia en tantos sectores. Social, asistencial, sanitario, en la lucha contra el hambre, en la educación. La amplitud del doloroso fenómeno de la Archidiócesis de Los Ángeles es sobrecogedora. Y, aunque se trata de una minoría en comparación con el porcentaje de agentes sociales que comenten estos crímenes, es un atentado contra la identidad y la misión que tenemos que desarrollar».

También se preguntó al cardenal Tarcisio Bertone sobre cómo había encontrado al Santo Padre. Tras responder que «el Papa está contento. Está bien. Está descansado, quiere trabajar, meditar y rezar», el purpurado afirmó asimismo que Benedicto XVI es un «volcán de creatividad». Y que «muchos se sienten atraídos por él, pues lleva a Cristo al corazón del hombre».

Refiriéndose al libro Jesús de Nazaret, en cuya segunda parte está trabajando Benedicto XVI, el Cardenal Secretario de Estado destacó que «ha tenido un grandísimo éxito». Y que aun siendo «algo difícil en algunos pasajes, ofrece meditaciones muy bellas».

Precisamente sobre el caso de la archidiócesis de Los Ángeles, el padre Federico Lombardi, director de nuestra emisora y de la oficina de prensa de la Santa Sede subrayó que lo más importante es destacar el compromiso de la Iglesia en la lucha contra la pederastia dentro y fuera de la Iglesia.

«El acuerdo alcanzado por la Archidiócesis de Los Ángeles para la indemnización de un gran número de casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes, religiosos y laicos de la arquidiócesis ocurridos en el curso de decenios es una noticia que comprensiblemente ha llamado la atención, ya sea por el número de casos considerados como por las cifras de indemnización. Pero como ha declarado el cardenal Mahony- sobre la línea de lo expresado por Juan Pablo II y Benedicto XVI- la iglesia está evidentemente, y sobre todo, dolorida por el sufrimiento de las víctimas y de sus familias, por las heridas profundas causadas por comportamientos graves e injustificables de muchos de sus miembros y está decidida a comprometerse para evitar que se repitan tales hechos».


«El acuerdo alcanzado, con los sacrificios que ello comporta, es ya de por sí un signo de este compromiso, de la decisión de cerrar una página dolorosa para mirar hacia delante en la línea de la prevención y de la creación de un ambiente cada vez más seguro para los niños y para los jóvenes en todos los ámbitos de la pastoral de la Iglesia».

«No obstante, dado que el problema de los abusos contra la infancia y su adecuada tutela no corresponde exclusivamente a la Iglesia, sino también a muchas otras instituciones, es justo que también éstas tomen las decisiones necesarias. La Iglesia, conciente de su responsabilidad educativa frente a la juventud, pretende participar como protagonista en la lucha contra la pederastia, que justamente está involucrando, hoy por hoy, a sectores cada vez más amplios de la sociedad en muchos países del mundo».







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