2007-07-15 13:17:29

Ángelus: el Papa invita a los jóvenes de todos los continentes a prepararse para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, Australia, en 2008


Domingo, 15 jul (RV).- Benedicto XVI invita a los jóvenes de todos los Continentes, desde Lorenzago de Cadore, a prepararse para la Vigésimo Tercera Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Sydney, Australia, dentro de un año. Asimismo el Papa anuncia que el próximo viernes, 20 de julio se hará público el Mensaje de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que el viernes próximo, 20 de julio: "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos."

“El amor, es el “corazón” de la vida cristiana; en efecto solo el amor, suscitado en nosotros por el Espíritu Santo, nos hace testigos de Cristo” Así lo ha manifestado Benedicto XVI, desde Lorenzago de Cadore, antes del Ángelus, ante la próxima Jornada Mundial de la Juventud, y ha manifestado que ha querido proponer de nuevo esta importante verdad espiritual, en el Mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, que se hará público el viernes próximo, 20 de julio: "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos." (Hch 1,8

“Este es el tema sobre el que, queridos jóvenes, os invito a reflexionar en los próximos meses, para prepararos al gran encuentro que tendrá lugar en Sidney, Australia, dentro de un año, precisamente en estos días de julio”.

Las comunidades cristianas de aquella amada Nación, ha recordado el Papa, están trabajando activamente para acogeros y agradezco los esfuerzos organizativos que están realizando. Benedicto XVI ha confiado a María, que mañana invocaremos como Virgen del Monte Carmelo, el camino de la preparación y el desarrollo del próximo encuentro de la juventud del mundo entero, al que ha invitado, de todos los Continentes a participar de manera numerosa.

Benedicto XVI, que se encuentra descansando desde el pasado lunes en Lorenzago de Cadore, en el norte de Italia, se ha reunido a las 12 con los fieles presentes en el Castillo de Mirabello para rezar la oración mariana del Ángelus.

En su alocución previa a la plegaria mariana el Papa ha dado gracias al Señor porque también este año le ofrece la posibilidad de transcurrir algunos días de descanso en la montaña y también les ha dado las gracias a todos a aquellos que le han acogido en Lorenzago, en ese panorama encantado en cuyo horizonte se delinean las cimas del Cadore y donde también estuvo muchas veces su amado predecesor Juan Pablo II. Asimismo el Santo Padre ha tenido palabras de agradecimiento para los obispos de Treviso y Belluno-Feltre así como para todos aquellos que de alguna manera contribuyen a asegurar una estancia serena y provechosa.

Seguidamente el Papa ha reflexionado sobre el Evangelio de hoy en el que se nos invita a reflexionar sobre la parábola del buen samaritano y que introduce en el corazón del mensaje evangélico: el amor hacia Dios y el amor hacia el prójimo. ¿Pero quién es mi prójimo? – pregunta el interlocutor de Jesús. Y el Señor responde reformulando la pregunta y, mostrando, por medio de la narración del buen samaritano, que cada uno de nosotros debe hacerse prójimo de cada persona que encuentra. “¡Vete y haz tú lo mismo¡”. Amar, dice Jesús, es comportarse como el buen samaritano. Nosotros sabemos, ha confirmado el Papa, que el Buen Samaritano por excelencia es precisamente Él: siendo Dios, no ha dudado en rebajarse hasta hacerse hombre y dar su vida por nosotros.

Tras el rezo del Ángelus y del responso por los fieles difuntos el Papa ha saludado de manera particular a las autoridades eclesiásticas y civiles y ha tenido un pensamiento también para los sacerdotes y los diáconos permanentes; para los educadores y a los seminaristas del seminario de Treviso y sus familiares; para los representantes de los Institutos de vida consagrada y de las diversas agregaciones laicales, entre ellas la Acción Católica, los Scout y los movimientos eclesiales; a los colaboradores de los organismos diocesanos y para las escuelas católicas. También el Pontífice ha saludado a los muchachos y jóvenes que están viviendo su “campo escuela” en Cadore.







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