Ángelus: Benedicto XVI pide, ante el nuevo e inadmisible acto de violencia en Colombia,
el cese inmediato de los secuestros y la liberación de las numerosas víctimas de semejantes
crímenes
Domingo, 1 jul (RV).- En la cita dominical para el rezo del Ángelus, Benedicto XVI
ha manifestado su profundo dolor por “el nuevo acto de violencia que enluta la amada
nación colombiana”, en duelo por la matanza de 11 diputados, rehenes de las FARC.
En un apremiante llamamiento, el Papa ha pedido la liberación de las numerosas víctimas
de los secuestros y el cese inmediato de semejantes crímenes: «De Colombia llega la
triste noticia del bárbaro asesinato de once diputados regionales del departamento
del Valle del Cauca, que durante más de cinco años estaban en poder de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia. Al tiempo que elevo oraciones de sufragio por
ellos –ha exhortado el Pontífice- me uno al profundo dolor de sus familiares y de
la amada nación colombiana, enlutada por el odio fratricida. Renuevo mi apremiante
llamamiento para que cese inmediatamente todo secuestro y sean devueltos al cariño
de sus seres queridos todos aquellos que son víctimas aún de semejantes e inadmisibles
formas de violencia».
En sus palabras para introducir el rezo a la Madre de
Dios, Benedicto XVI ha reflexionado sobre las lecturas bíblicas de este domingo que
«nos invitan a meditar sobre un tema fascinante, que se puede sintetizar así: libertad
y seguimiento de Cristo». Citando al evangelista Lucas que narra que Jesús, «cuando
iba llegando el tiempo de que se lo llevaran, decidió irrevocablemente ir a Jerusalén».
El
Papa ha hecho hincapié en que «en la expresión ‘irrevocablemente’ podemos percibir
la libertad de Cristo». Pues Él sabe que en Jerusalén le espera la muerte de Cruz,
pero obedeciendo a la voluntad del Padre se ofrece a sí mismo por amor: «En esta obediencia
suya al Padre, Jesús realiza su propia libertad como elección consciente motivada
por el amor. ¿Quién es más libre que Él que es el Omnipotente? Sin embargo, no vivió
su libertad como arbitrio o como dominio. La vivió como servicio. De esta forma, ‘llenó’
de contenido la libertad, que se quedaría como ‘vacía’ posibilidad de hacer o no hacer
algo. Así como la vida misma del hombre, la libertad encuentra su sentido en el amor».
Insistiendo
en el verdadero sentido de la libertad cristiana como servicio de amor, el Santo Padre
ha recordado las recomendaciones del apóstol Pablo en su carta a los cristianos de
Galacia, en la actual Turquía: «A vosotros, hermanos, os han llamado a la libertad;
sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne. Al contrario, que el amor
os tenga al servicio de los demás».
«Vivir según la carne significa seguir
la tendencia egoísta de la naturaleza humana. Mientras que vivir según el Espíritu
es dejarse guiar en las intenciones y en las obras por el amor de Dios, que Cristo
nos ha donado», ha reiterado Benedicto XVI, recordando una vez más que «la libertad
cristiana es todo lo contrario de la arbitrariedad. Es seguimiento de Cristo en el
don de sí mismo hasta el sacrificio de la Cruz. Puede parecer una paradoja, pero el
Señor ha vivido el culmen de su libertad, en la Cruz, como vértice del amor». Experiencia
que han compartido numerosos testigos de Cristo: «Esta experiencia –ha señalado el
Santo Padre- ha sido compartida por tantos otros testigos de la verdad: hombres y
mujeres que han demostrado que permanecieron libres aún estando prisioneros en una
celda y bajo amenaza de torturas. ‘La verdad os hará libres’ El que pertenece a la
verdad, nunca será esclavo de ningún poder, sino que sabrá hacerse siempre libremente
siervo de los hermanos». Como de costumbre, el Santo Padre ha saludado en diversas
lenguas a los numerosos peregrinos que han acudido a la Plaza de San Pedro para rezar
con él. Éste ha sido su saludo a los fieles de habla hispana: “Saludo cordialmente
a los fieles de lengua española, en particular a los alumnos de los Institutos José
Guillén y Clara Campoamor, de Alcorcón y a los fieles de la Asociación « Sagrada Familia »
de la parroquia del Santo Ángel Custodio. Que la intercesión de la Virgen María
os ayude a sentir la alegría de ser hijos de Dios y a permanecer siempre fieles a
la gracia recibida en el Bautismo. ˇFeliz domingo!”