En el I Encuentro Europeo de docentes y rectores universitarios el Papa reitera la
importancia de que Europa - ‘cuna del humanismo’ - permanezca fiel a sus raíces cristianas
Sábado, 23 jun (RV).- Benedicto XVI ha reiterado este sábado la importancia de que
Europa - ‘cuna del humanismo’ - permanezca fiel a sus raíces cristianas. Al recibir
en audiencia a los participantes en el primer encuentro europeo de docentes y rectores
universitarios, el Papa ha puesto de relieve la coincidencia de esta cita con el 50
aniversario del Tratado de Roma, que dio lugar a la actual Unión Europea.
Tras
destacar que el tema elegido para este encuentro, «Un nuevo Humanismo para Europa.
El Papel de las Universidades», invita a «una reflexión profunda sobre la cultura
contemporánea del continente», el Papa ha hecho hincapié, en el anhelo y responsabilidad
de la Iglesia de ofrecer su contribución a la cultura contemporánea. Y ha destacado
el importante y urgente impulso que deben brindar las comunidades universitarias en
favor de la dignidad humana y de la civilización del amor:
«En Europa, así
como en otros lugares, la sociedad necesita con urgencia el servicio a la sabiduría
que brindan las comunidades universitarias. Servicio que abarca también los aspectos
prácticos de dirigir sus investigaciones y sus actividades en favor de la promoción
de la dignidad humana y de la apremiante tarea de construir la civilización del amor».
En
este contexto, el Santo Padre se ha referido a la responsabilidad de los profesores
universitarios, que están llamados a vivir la «virtud de la caridad intelectual»,
en el cumplimiento de su primordial vocación de preparar a las futuras generaciones,
no sólo impartiendo clases, sino también por medio del testimonio de su propia vida.
La universidad nunca debe perder de vista su especial tarea de ‘universitas’, en la
que sus diversas disciplinas son parte de un mayor ‘unum’, ha recordado Benedicto
XVI:
« ¡Cuán urgente es la necesidad de redescubrir la unidad del conocimiento
y de frenar la tendencia a la fragmentación y a la falta de comunicabilidad que tan
a menudo se verifica en nuestras aulas! El esfuerzo de reconciliar la especialización
con la necesidad de preservar la unidad del saber puede impulsar el desarrollo de
la unidad europea y ayudar al continente a redescubrir su específica vocación en el
mundo de hoy. Sólo una Europa consciente de su propia identidad cultural puede dar
una contribución específica a las demás culturas, permaneciendo abierta a la contribución
de los otros pueblos».
Benedicto XVI ha reflexionado sobre tres grandes desafíos
que se presentan en la actualidad. La crisis de la modernidad, la correcta comprensión
de la racionalidad y la contribución del cristianismo para el humanismo futuro.
En
lo que respecta a la crisis de la modernidad, evocando la primera encíclica de Juan
Pablo II, Redemptor Hominis, Benedicto XVI ha invitado a reflexionar sobre la falsa
dicotomía entre teísmo y auténtico humanismo, que conduce a un falso conflicto entre
la ley divina y la libertad humana, que - a pesar de los grandes logros económicos,
científicos y técnicos - está llevando a la humanidad a sentirse profundamente amenazada.
Sobre la necesidad de impulsar la correcta comprensión de la racionalidad,
el Papa ha recordado que las universidades europeas nacieron con la convicción de
que la fe y la razón deben cooperar en la búsqueda de la verdad, en el respeto mutuo
de su propia naturaleza y legítima autonomía. Trabajando juntas en armonía y creatividad
en favor del desarrollo pleno e integral de la persona y tutelando la dignidad humana
en la verdad y en el amor.
En sus palabras dedicadas a la contribución del
cristianismo para el humanismo futuro, Benedicto XVI ha señalado que la cuestión del
hombre y la modernidad desafían a la Iglesia a encontrar modos eficaces de proclamar
a la cultura contemporánea el realismo de su fe en la obra salvífica de Cristo. El
cristianismo no puede ser relegado al mundo ‘del mito y de la emoción’, sino que debe
ser respetado en su voluntad de difundir la luz sobre la verdad del hombre. Con el
anhelo de transformar espiritualmente a hombres y mujeres, de forma que puedan cumplir
su propia vocación en la historia.
Recordando las palabras que dirigió, el
mes pasado a los obispos de América Latina y el Caribe, en su reciente viaje a Brasil,
el Papa ha reiterado su convicción de que «si no conocemos a Dios ‘en’ y ‘por medio
de Cristo’, toda la realidad se vuelve un enigma indescifrable.