2007-06-21 16:43:38

Los Embajadores de Buena Voluntad de ACNUR


Jueves, 21 jun (RV).- La Oficina de Naciones Unidas encargada de los Refugiados (ACNUR) celebró ayer el Día Internacional dedicado a las personas que por causas ajenas a ellos mismos se encuentran refugiadas en otros países sin posibilidad de volver a sus lugares de origen debido a la persecución que sufren, amenazas y un largo etcétera que hace de estas personas verdaderos héroes.

A lo largo de los años, y gracias a las campañas lanzadas no sólo por ACNUR sino también por la propia Iglesia, por asociaciones sin ánimo de lucro, o gracias simplemente a personas que de forma individual prestan su ayuda, cada vez es mayor la ayuda que se presta para dar una mano a los refugiados que llegan a los distintos países de acogida. En este sentido, y para movilizar a la población, ACNUR empezó a trabajar con la figura de los Embajadores de buena voluntad a principios de la década de 1980, cuando Richard Burton y James Mason fueron escogidos para hacer declaraciones a los medios y eventos públicos a favor de la causa de los refugiados.

Hoy en día siete Embajadores de buena voluntad del ACNUR, con profesiones e intereses personales muy variados, ponen al servicio de los refugiados su talento y su tiempo. Ellos son: Barbara Hendricks, nombrada en 1987, Adel Imam en 2000, Angelina Jolie en 2001, Giorgio Armani en 2002, Julián Clerc en el año 2003, Georges Dalaras y Osvaldo Laport en 2006. Este último, actor uruguayo de gran prestigio, comenzó a apoyar al ACNUR en 2004, cuando donó a la Agencia un porcentaje de las ganancias de su perfume para hombres. El mismo año, donó sus servicios para un spot publicitario televisivo en el Día Mundial del refugiado.

El año siguiente entregó otro mensaje de esperanza en el Día mundial del refugiado y ha aprovechado cada oportunidad, tanto en programas de televisión, conciertos, subastas de celebridades o acontecimientos deportivos, ayudando y promocionando el trabajo del ACNUR y hablando sobre los problemas de los refugiados y solicitantes de asilo.

Y este es precisamente el trabajo de los Embajadores de buena voluntad, transmitir un mensaje de respeto y comprensión por los problemas de los refugiados a un gran número de personas. Logran captar la atención de las masas en eventos públicos, programas de televisión, intervenciones en radio y artículos de revistas. Igualmente, emplean su acceso privilegiado a medios masivos de comunicación y otros recursos para dar voz a los refugiados, quienes frecuentemente son víctimas olvidadas de las crisis humanitarias y a menudo son objeto de prejuicios infundados. Los embajadores de buena voluntad también alzan su voz para apoyar a los refugiados en reuniones con líderes mundiales, diplomáticos, profesores, oficiales nacionales y con el público en general.

Utilizando la Convención de 1951 como su herramienta más importante, el mandato principal del ACNUR y por lo tantos de sus embajadores de buena voluntad, es garantizar la protección internacional de aproximadamente 22 millones de personas desarraigadas en el mundo. La Convención promociona los derechos humanos básicos de los refugiados y la no repatriación contra su voluntad a un país donde sufran persecución. Les ayuda a repatriarse a su país de origen cuando las condiciones así lo permitan, a integrarse en los países de asilo o a reasentarse en terceros países. El ACNUR promociona los acuerdos internacionales sobre los refugiados, colabora con los estados en el establecimiento de estructuras de asilo y actúa en calidad de observador internacional en relación a los asuntos de los refugiados. Porque aunando esfuerzos es posible lograr un futuro mejor para los refugiados.







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