2007-06-13 15:29:49

Audiencia general: Benedicto XVI invita a “contemplar en la historia las grandes obras de Dios para la salvación de los hombres”, evitando asumir una predisposición sensacionalista o escandalosa


Miércoles, 13 jun (RV).- El Papa, ante más de 30.000 fieles, ha dedicado esta mañana su catequesis a la figura de Eusebio, obispo de Cesarea, primer historiador de la Iglesia que vivió entre el 260 y el 337 después de Cristo. Benedicto XVI ha realizado una invitación a “contemplar en la historia las grandes obras de Dios para la salvación de los hombres”.

El punto central de la catequesis del Papa ha sido protagonizado por la figura de Eusebio de Cesarea, “el primer gran historiador de la era cristiana”. “Infatigable estudioso y autor, en el siglo IV, de la primera historia de la Iglesia con la que ayudó a salvar del olvido, con toda seguridad, personajes, eventos y textos de la Iglesia Antigua”. “Lobos crueles -ha recordado Benedicto XVI, citando a Eusebio- devastaron despiadadamente el rebaño de Cristo, y grandes hombres sufrieron duras pruebas sangre y torturas para afirmar la sucesión apostólica como armazón de la Iglesia”.

“Precisamente las persecuciones y la fidelidad de quienes las sufrieron -ha subrayado el Pontífice- son los grandes testimonios de luz que surgen de esta historia durante los primeros 300 años de vida de la Iglesia”. En toda la obra de Eusebio de Cesarea se pone en evidencia el intento moral que la orienta: quiere mostrarnos la realidad auténtica, escondida detrás de las apariencias, porque detenerse en la contemplación de Dios significa quedarse sólo con un aspecto, mientras hay también la respuesta de los hombres que testimonia su grandeza.

Benedicto XVI ha exhortado a leer la historia de la Iglesia no con la postura de quien quiere descubrir escándalos o levantar atribuir sensacionalismos, a toda costa, sino de quien quiere hallar en ella “los signos del amor de Dios”. Finalmente, en su catequesis, Benedicto XVI ha atribuido a Eusebio el mérito de haber afirmado “el título cristológico de Salvador, con referencia a su benevolencia”.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de San Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
Entre las figuras más destacadas de la Iglesia antigua hay que mencionar a Eusebio, obispo de Cesarea, testigo y protagonista de un cambio de época para el cristianismo, que alcanza la paz con el emperador Constantino y celebra el primer concilio de Nicea, en el que Eusebio suscribió el Credo.

 
Eusebio es conocido sobre todo por los diez libros de su Historia Eclesiástica, con una gran cantidad de noticias de los tres primeros siglos. Pero no es sólo un alarde de erudición: se trata de narrar los hechos que muestran el progresivo desarrollo del misterio del amor de Dios por los hombres que se ha manifestado en Cristo. Al mismo tiempo, es una historia que no sólo atrae la curiosidad, sino que llama a la conversión, a reconocer en la vida de la Iglesia los signos del amor de Dios y las magníficas obras que ha hecho para nuestra salvación. A su vez, este reconocimiento invita a dar una respuesta generosa y un testimonio claro de vida cristiana, orientada a imitar a quien tanto nos ha amado y nos ama. Después de tantos siglos, Eusebio de Cesarea nos repite esta invitación.

 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de la Institución Teresiana, reunido estos días en Roma, a las Siervas de María Ministras de los Enfermos, a los colaboradores de las Obras Pontificias Misioneras de México y al grupo del Colegio San Agustín de Lima, así como a los demás grupos y personas venidas de España, México, Ecuador, Perú y de otros Países de Latinoamérica. Invito a todos a ver en la historia y en la vida cotidiana el amor y la bondad de Dios.

 
Muchas gracias por vuestra visita.

Saludando a los peregrinos de lengua polaca, el Santo Padre les ha recordado que mientras nos acercamos a la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús, les encomienda a Su corazón, a sus familias, a las parroquias y a las demás comunidades. Del atravesado Corazón de Jesús brota sobre todos los fieles la abundancia de las gracias.

Y como es ya habitual finalmente, el Papa ha saludado a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. “Queridos jóvenes, para muchos de vuestros coetáneos han comenzado las vacaciones, para otros es tiempo de exámenes. Que el Señor os ayude a vivir este periodo con serenidad y a experimentar su protección. Os invito a vosotros, queridos enfermos, a encontrar consuelo en el Señor, que ilumina vuestro sufrimiento con su amor redentor. A vosotros, queridos recién casados, expreso el deseo de descubrir el misterio de Dios que se nos da por la salvación de todos, para que vuestro amor sea cada vez más verdadero y duradero.







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