El Papa subraya que la Iglesia católica ''se identifica, alienta y promueve la investigación
científica” con la convicción de que “fe y razón son las alas con las que el espíritu
humano se eleva hasta la contemplación de la verdad”
Lunes, 11 jun (RV).- La Iglesia anima y promueve la investigación científica. Lo ha
manifestado esta mañana en su breve discurso Benedicto XVI recibiendo en audiencia
a los participantes en la Escuela de verano de La Specola vaticana, el observatorio
de la Santa Sede que dirige el padre jesuita José Funes.
Con su actividad
el observatorio astronómico vaticano demuestra el deseo de la Iglesia de promover
los estudios científicos. Así lo ha constatado el Papa a los participantes que tomarán
parte en el curso, durante un mes, este verano en Castelgandolfo. Participarán en
el mismo 26 jóvenes científicos de más de 22 países, 14 de ellas naciones en vías
de desarrollo.
Desde su fundación en 1891, ha afirmado Benedicto XVI, el observatorio
vaticano ha demostrado que la Iglesia tiene gran interés en “abrazar, amar, animar
y promover los estudios científicos” con la convicción de que la fe y la razón son
“como dos alas” que ayudan al hombre a elevarse hacia la contemplación de la Verdad.
Los padres jesuitas que dirigen el Observatorio Vaticano -ha proseguido el Papa-,
“además de ser activos en la investigación astronómica” están también “comprometidos
en ofrecer oportunidades a las futuras generaciones de astrónomos”.
El Santo
Padre se ha detenido sobre la importancia de la Escuela de verano del observatorio
centrada este año en el estudio de los planetas fuera de la órbita solar. Dirigiéndose
a los estudiantes del Observatorio, el Pontífice ha puesto el acento en “la preciosa
oportunidad” que ofrece este acontecimiento. “La gran variedad de vuestras experiencias
y tradiciones culturales -ha dicho el Papa- pueden ser también una gran fuente de
enriquecimiento para todos vosotros. De aquí el empuje manifestado por Benedicto XVI
para obtener el máximo rendimiento y beneficio de la escuela. Palabras que refuerzan
el deseo para que “esta pequeña comunidad internacional pueda convertirse en una señal
de mayor colaboración científica para el bien de toda la humanidad.