El Papa recuerda a los participantes de la Asamblea General de Caritas Internacional
que la caridad de la Iglesia debe incluir un compromiso por la justicia social
Viernes, 8 jun (RV).- En el compromiso de organizaciones como Caritas Internationalis
“vemos los frutos del amor de Cristo”. Así lo ha subrayado Benedicto XVI esta mañana
durante la audiencia a los participantes en la decimoctava asamblea general de Caritas
Internationalis, que se está celebrando en el Vaticano desde el 3 de junio y se prolongará
hasta mañana sábado. El Santo Padre ha evidenciado en su discurso que la tarea primordial
de este ente caritativo es ayudar a la Iglesia en su misión de difusión del amor de
Dios. Por esta razón la obra de Caritas Internationalis no es sólo un trabajo en nombre
de la Iglesia, sino parte de ella la misma.
“Cada acto de caridad debe inspirarse
en la experiencia personal de fe que nos conduce al descubrimiento de que Dios es
Amor –ha enfatizado el Pontífice- El trabajador de Caritas está llamado a ser el testigo
de este amor ante el mundo. La caridad cristiana excede nuestra capacidad natural
de amar; es una virtud teológica, como nos enseña san Pablo en su famoso himno a la
caridad”.
Por esta razón el Papa ha subrayado la necesidad de situar la asistencia
humanitaria en el contexto de una experiencia personal de fe, transformándose de esta
forma en una parte del don ofrecido a los necesitados. “Vivir la caridad -ha dicho
Benedicto XVI- nos hace crecer en santidad, tras el ejemplo de tantos servidores de
los pobres que la Iglesia ha elevado al honor de los altares”.
En otro momento
de su discurso el Santo Padre ha reafirmado que Dios ofrece su amor a cada uno de
nosotros y por esta razón la caridad de la Iglesia es “una finalidad universal y debe
incluir el compromiso en la justicia social”. Sin embargo, para cambiar las estructuras
injustas, ha recordado a continuación, no es suficiente garantizar la felicidad del
ser humano. Mas adelante el Pontífice ha recordado su reciente viaje apostólico a
Brasil, resaltando de nuevo que la política no es competencia inmediata de la Iglesia:
“Su misión es la de promover el desarrollo integral del ser humano. Por esta razón,
los grandes retos que el mundo debe afrontar hoy, como la globalización, la violación
de los derechos humanos, las estructuras sociales injustas, no se pueden confrontar
y superar sin que se centre la atención en las profundas necesidades del ser humano:
la promoción de su dignidad, su bienestar, y en definitiva, la salvación eterna”.
Con
este pensamiento el Papa ha reitarado el mensaje que ya ofreció en Aparecida durante
la inauguración de los trabajos de la V Asamblea del Episcopado de América Latina
y el Caribe. El deber y el compromiso de la Iglesia con el desarrollo integral de
la persona. Les ofrecemos a continuación unas declaraciones de Mons Mariano Fazio,
Rector de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y participante activo de los
trabajos desarrollados en Aparecida.