2007-05-31 17:07:40

Jornada Pro Orantibus. “Un silencio elocuente. Los contemplativos, lenguaje de Dios”


Jueves, 31 may (RV).- Este viernes la Iglesia española celebra la Jornada Pro Orantibus bajo el tema “Un silencio elocuente. Los contemplativos, lenguaje de Dios”, con el objetivo de pedir la oración a favor de los religiosos y religiosas de vida contemplativa, como expresión de reconocimiento, estima y gratitud por lo que representan ellos y ellas, y el rico patrimonio espiritual de sus institutos en la Iglesia.

Para dar a conocer la labor de todas aquellas personas que han optado por la vida contemplativa, en esta próxima Jornada Pro Orantibus, se pide la celebración de catequesis para dar a conocer la vocación específicamente contemplativa, tan actual y tan necesaria en la Iglesia. Asimismo se llevarán a cabo iniciativas pastorales dirigidas a promover la vida de oración y la dimensión contemplativa en las iglesias particulares, dando ocasión a los fieles, donde sea posible, para que participen en las celebraciones litúrgicas de algún monasterio, salvaguardando, en todo caso, las debidas exigencias y las leyes de la clausura.

En el mensaje del presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada se pone de relieve lo que ya expresó en una ocasión el querido predecesor de Benedicto XVI, el Siervo de Dios Juan Pablo II, cuando señaló que “los monasterios han sido y siguen siendo, en el corazón de la Iglesia y del mundo, un signo elocuente de comunión, un lugar acogedor para quienes buscan a Dios y las cosas del espíritu, escuelas de fe y verdaderos laboratorios de estudio, de dialogo y de cultura para la edificación de la vida eclesial y de la misma ciudad terrena, en espera de aquella celestial”. (Juan Pablo II, Vita consecrata, 6).

A través del lema de este año, “Un silencio elocuente. Los contemplativos, lenguaje de Dios”, los obispos españoles nos invita a contemplar que Dios actúa en el silencio expresando la potencia de su ser-Palabra. En el silencio de la nada Él crea por medio del Verbo todo cuanto existe y, en el centro de la creación, a su imagen y semejanza crea al hombre. En el silencio abierto por la insalvable distancia del pecado repite Dios su Palabra Eterna de amor, su Verbo, que pronunciándose en la historia se hace Carne para entregarse por nosotros. Es la Palabra Redentora de Dios, Palabra que posibilita hacer real el sueño del hombre, el culmen de su búsqueda en el reconocimiento de su destino de vida.

Porque como decía Benedicto XVI en su Encíclica Deus Caritas est: “Si el mundo antiguo había soñado que, en el fondo, el verdadero alimento del hombre —aquello por lo que el hombre vive— era el Logos, la sabiduría eterna, ahora este Logos se ha hecho para nosotros verdadera comida, como amor”.
Dios nos dirige su Amor, su Palabra y también nos dirige su Silencio. Puede parecer una frase hecha, pero ¡cuántas veces Él nos dice tantas cosas... callándolas! Exclama en su mensaje el presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada.

Queremos terminar este espacio recordándoles que el silencio de la vida contemplativa merece, en definitiva, el título de elocuente porque mana de un corazón amante, un corazón, el del contemplativo, que habiendo comprendido existencialmente el amor recibido de Dios no puede menos que cantarlo en el “dulce no hacer nada” de un vivir dedicado sólo y todo para Dios.







All the contents on this site are copyrighted ©.