2007-05-16 14:30:55

V Conferencia General del Episcopado de América Latina y del Caribe: ante las graves injusticias y desigualdades sociales, económicas y culturales, los pueblos deben reencontrar su fuerza en Cristo y atender las necesidades de los hombres de hoy


Miércoles, 16 may (RV).- Después de la solemne inauguración que realizó Benedicto XVI de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina del Caribe, prosiguen los trabajos de los obispos, que terminarán el próximo 31 de este mes de mayo. Trabajos que los mismos prelados desarrollan siguiendo las líneas guía que ha dejado el Santo Padre.

Es decir, teniendo en cuenta las propias responsabilidades y tareas, ante la situación de la vida cristiana en el Continente de la Esperanza y tratando de escrutar los signos de los tiempos y de iluminar con la sabiduría del Evangelio las situaciones y la realidad religiosa, cultural, social y económica, de hoy. Como destacó el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en la intervención que pronunció para dar comienzo a las sesiones.

El cardenal Re señaló que «en una sociedad herida por las tensiones provocadas por las graves injusticias y por las enormes desigualdades sociales, económicas y culturales que claman al cielo, los pueblos de América Latina y el Caribe deben reencontrar la propia fuerza integrándose en Cristo, camino, verdad y vida, como sus discípulos y misioneros, fieles a Dios y atentos a las necesidades de los hombres de hoy».

Tras hacer hincapié en que cada uno debe sentir, ante Dios y ante la sociedad, la responsabilidad de dar su contribución personal para construir el futuro del Continente, el prefecto de la Congregación para los Obispos puso de relieve la importancia de bases sólidas, que tengan el propio fundamento en la ley escrita por Dios en el corazón de los hombres y en los valores de la fe cristiana, que son el «patrimonio más valioso que tiene América Latina y el Caribe».

Es que en esta época de grandes cambios, de globalización y de secularización, los desafíos son inmensos, pero también es muy grande la potencialidad de bien en América Latina y el Caribe. Por algunos aspectos, esta V Conferencia se desarrolla en un clima y en un contexto más favorable respecto a algunas de las anteriores, recordó el cardenal Re, añadiendo que, sin embargo, «debemos reconocer que se está produciendo una erosión en el sustrato cultural católico de América Latina y un rápido y preocupante crecimiento de las sectas, que no nos pueden dejar indiferentes».

Recomendando que «se impone por lo tanto la necesidad de reforzar la fe, de consolidar la propia identidad, de defender la dignidad de cada persona humana, de sostener a las familias y de ayudar a los pobres», el purpurado enfatizó que «es éste, el momento de una presencia más activa de los católicos, como fieles discípulos de Cristo. Una presencia animada por el espíritu misionero que compromete en la evangelización y en el testimonio, redescubriendo la Palabra de Dios como luz, como fuerza y como guía, para encontrar soluciones a los problemas y a las situaciones peculiares de América Latina y el Caribe».

Sin olvidar que «el anuncio de Cristo y de su Evangelio es también un anuncio de promoción humana para todos, anuncio de desarrollo y de progreso», el mismo cardenal Re insistió en que sólo siguiendo a Cristo y aceptando sus enseñanzas es posible «encontrar los caminos y los criterios adecuados para construir el futuro en la justicia y en la unidad, para construir la civilización del amor y de la paz».








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