V Conferencia General del Episcopado de América Latina y del Caribe: ante las graves
injusticias y desigualdades sociales, económicas y culturales, los pueblos deben reencontrar
su fuerza en Cristo y atender las necesidades de los hombres de hoy
Miércoles, 16 may (RV).- Después de la solemne inauguración que realizó Benedicto
XVI de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina del Caribe, prosiguen
los trabajos de los obispos, que terminarán el próximo 31 de este mes de mayo. Trabajos
que los mismos prelados desarrollan siguiendo las líneas guía que ha dejado el Santo
Padre.
Es decir, teniendo en cuenta las propias responsabilidades y tareas,
ante la situación de la vida cristiana en el Continente de la Esperanza y tratando
de escrutar los signos de los tiempos y de iluminar con la sabiduría del Evangelio
las situaciones y la realidad religiosa, cultural, social y económica, de hoy. Como
destacó el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos
y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en la intervención que
pronunció para dar comienzo a las sesiones.
El cardenal Re señaló que «en una
sociedad herida por las tensiones provocadas por las graves injusticias y por las
enormes desigualdades sociales, económicas y culturales que claman al cielo, los pueblos
de América Latina y el Caribe deben reencontrar la propia fuerza integrándose en Cristo,
camino, verdad y vida, como sus discípulos y misioneros, fieles a Dios y atentos a
las necesidades de los hombres de hoy».
Tras hacer hincapié en que cada uno
debe sentir, ante Dios y ante la sociedad, la responsabilidad de dar su contribución
personal para construir el futuro del Continente, el prefecto de la Congregación
para los Obispos puso de relieve la importancia de bases sólidas, que tengan el propio
fundamento en la ley escrita por Dios en el corazón de los hombres y en los valores
de la fe cristiana, que son el «patrimonio más valioso que tiene América Latina y
el Caribe».
Es que en esta época de grandes cambios, de globalización y de
secularización, los desafíos son inmensos, pero también es muy grande la potencialidad
de bien en América Latina y el Caribe. Por algunos aspectos, esta V Conferencia se
desarrolla en un clima y en un contexto más favorable respecto a algunas de las anteriores,
recordó el cardenal Re, añadiendo que, sin embargo, «debemos reconocer que se está
produciendo una erosión en el sustrato cultural católico de América Latina y un rápido
y preocupante crecimiento de las sectas, que no nos pueden dejar indiferentes».
Recomendando
que «se impone por lo tanto la necesidad de reforzar la fe, de consolidar la propia
identidad, de defender la dignidad de cada persona humana, de sostener a las familias
y de ayudar a los pobres», el purpurado enfatizó que «es éste, el momento de una presencia
más activa de los católicos, como fieles discípulos de Cristo. Una presencia animada
por el espíritu misionero que compromete en la evangelización y en el testimonio,
redescubriendo la Palabra de Dios como luz, como fuerza y como guía, para encontrar
soluciones a los problemas y a las situaciones peculiares de América Latina y el Caribe».
Sin
olvidar que «el anuncio de Cristo y de su Evangelio es también un anuncio de promoción
humana para todos, anuncio de desarrollo y de progreso», el mismo cardenal Re insistió
en que sólo siguiendo a Cristo y aceptando sus enseñanzas es posible «encontrar los
caminos y los criterios adecuados para construir el futuro en la justicia y en la
unidad, para construir la civilización del amor y de la paz».