Benedicto XVI confía a María los pueblos y naciones necesitados, de forma especial a “esos hermanos y hermanas que sufren hambre”, y recuerda la “Marcha contra el hambre” promovida por el Programa de Alimentación Mundial

Domingo, 13 may (RV).- Benedicto XVI se ha trasladado hoy, en su última etapa de su viaje apostólico a Brasil, al santuario mariano de Aparecida, donde ha presidido la Santa Misa con la que se ha dado por inaugurada la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. A las 10 de la mañana, hora local, el Santo Padre ha dado inicio a su homilía, pronunciada en portugués y español, expresando una vez más su alegría por este viaje y saludando a todos los presentes. Nuestra compañera Alina Tufani, desde Aparecida, nos contaba el desarrollo de esta ceremonia.

“Considero un don de la Providencia que esta Santa Misa se celebre en este tiempo y en este lugar. El tiempo es el litúrgico del sexto domingo de Pascua: muy cercano al de Pentecostés, por lo que la Iglesia invita a intensificar la invocación del Espíritu Santo. El lugar, es el Santuario nacional de Nuestra Señora de Aparecida, corazón mariano de Brasil”.

La celebración litúrgica de esta mañana en Brasil ha constituido el fundamento más sólido de la V Conferencia porque ha puesto en la base la oración y la Eucaristía, Sacramentum caritatis. Benedicto XVI en el curso de su homilía ha recordado las anteriores Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. La primera en 1955 en Río de Janeiro, a donde el Papa Pío XII mandó una carta ante la imposibilidad de estar físicamente. Las posteriores sí que contaron con la presencia de los Siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II.

Tras recordar la importancia del Espíritu Santo que se convierte en la ‘Vía’ sobre la cual los discípulos caminan, el Papa ha exhortado a “fijar la mirada sobre Cristo para que la misión de la Iglesia subsista sólo como prolongación de la de Cristo”. Seguidamente el Pontífice les ha hecho entrega a los obispos participantes en la V Conferencia del CELAM, de su Encíclica Deus Caritas Est, “con la cual –ha señalado el Papa- he querido indicar a todos, lo que es esencial en el mensaje cristiano”.

En este sentido Benedicto XVI ha especificado que “la Iglesia se siente discípula y misionera de este Amor: misionera sólo en cuanto discípula, es decir, capaz de dejarse siempre atraer, con renovada alegría, por Dios, que es el primero que nos ha amado y nos ama”.

Queridos hermanos y hermanas. Éste es el rico tesoro del continente Latinoamericano; éste es su patrimonio más valioso: la fe en Dios Amor, que reveló su rostro en Jesucristo. Vosotros creéis en el Dios Amor: ésta es vuestra fuerza que vence al mundo, la alegría que nada ni nadie os podrá arrebatar, ¡la paz que Cristo conquistó para vosotros con su Cruz! Ésta es la fe que hizo de Latinoamérica el “Continente de la Esperanza”.

Benedicto XVI ha resaltado en español la fe en Dios Amor, encarnado, muerto y resucitado en Jesucristo, como atestigua, ha señalado el Papa, la serie de Santos y Beatos que el Espíritu suscitó a lo largo y ancho del continente.

El Papa Juan Pablo II os convocó para una nueva evangelización, y vosotros respondisteis a su llamado con la generosidad y el compromiso que os caracterizan. Yo os lo confirmo y, con palabras de esta Quinta Conferencia, os digo: sed discípulos fieles, para ser misioneros valientes y eficaces.

El Santo Padre ha finalizado su homilía en la Misa de inauguración de la V Conferencia General del CELAM, pidiendo a la Virgen María que la Iglesia en América Latina y en el Caribe sea colmada de fuerza desde lo alto para irradiar, en el continente y en todo el mundo, la santidad de Cristo.

Tras la homilía del Santo Padre invocó el Regina Coeli, el rezo mariano que sustituye al Ángelus en el periodo de Pascua. En los saludos previos al rezo, el Papa recordó que hoy se celebra el 90º aniversario de las Apariciones de Nuestra Señora de Fátima, una de las más proféticas apariciones modernas con su llamamiento a la conversión y a la penitencia. A ella, el Pontífice ha pedido que proteja nuestros hogares y nuestras comunidades.

“De manera especial –ha proseguido Benedicto XVI- le confiamos aquellos pueblos y naciones que tienen necesidades particulares, y lo hacemos con la certeza de que no dejara sin oír las súplicas que, con devoción filial, le dirigimos”. De manera especial el pensamiento del Papa se ha dirigido a “esos hermanos y hermanas que sufren hambre”, y por este motivo ha recordado la “Marcha contra el hambre” promovida por el Programa de Alimentación Mundial, organismo de Naciones Unidas encargado de dar ayuda alimentaria, y que recorre hoy numerosas ciudades del mundo, entre las cuales se encuentra Riberao Preto en Brasil.

Y en español, éste fue el saludo que Benedicto XVI ha dirigido desde Brasil.


Saludo con afecto a los Grupos y Comunidades de lengua española aquí presentes, así como a todos los que desde España y Latinoamérica se unen espiritualmente a esta celebración. Que la Virgen María os ayude a mantener viva la llama de la fe, el amor y la concordia, para que mediante el testimonio de vuestra vida y la fidelidad a vuestra vocación de bautizados seáis luz y esperanza de la humanidad. Pidamos también para que la celebración de esta Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe produzca abundantes frutos de auténtica renovación espiritual y de incansable evangelización. ¡Que Dios os bendiga!