Benedicto XVI deja Sao Paolo tras el encuentro con el episcopado brasileño a cuyos
miembros llama a seguir trabajando con la base de una comunión que en la Eucaristía
encuentra su momento culminante y su manantial inagotable
Viernes, 11 may (RV).- Con el encuentro mantenido esta tarde con los obispos de Brasil,
Benedicto XVI clausura su estancia en la ciudad brasileña de Sao Paolo, ya que dentro
de una media hora, viajará a Aparecida, segunda y última etapa de su visita a Brasil.
Nuestra compañera Alina Tufani Díaz nos ofrece más datos de cómo serán las próximas
hora del Pontífice en Brasil.
El encuentro con los obispos brasileños ha tenido
lugar en Catedral da Sé, en el centro de la ciudad de Sao Paolo. Allí, más de cuatrocientos
obispos esperaban al Papa a su llegada al templo, donde antes de pronunciar su homilía,
el Santo Padre ha celebrado las Vísperas en portugués. Seguidamente el Pontífice ha
exhortado en su homilía a los miembros del episcopado brasileño a seguir estudiando
cada día el Evangelio, a transmitirlo a todas las gentes y a luchar por formar a las
clases políticas y empresariales en los valores de la igualdad.
En su densa
homilía recogida en ocho puntos, el Santo Padre ha lanzado un mensaje directo a los
obispos brasileños: “El Papa ha venido a Brasil para pedir que, tras la Palabra de
Dios, todos los Venerables Hermanos en el Episcopado sepan ser portadores de salvación
eterna para todos aquellos que obedecen a Cristo (…) No basta con observar la realidad
a partir de la fe personal –ha proseguido el Pontífice- es necesario trabajar con
el Evangelio en la mano y apoyarse en la auténtica herencia de la Tradición Apostólica,
sin interpretaciones motivadas por ideologías racionalistas”.
En esta misma
línea ha proseguido el Pontífice, señalando a los obispos brasileños la necesidad
de redescubrir y apreciar la obediencia a las normas litúrgicas, como “moderadores
de la vida litúrgica de la Iglesia”, lo que significa “dar testimonio de la Iglesia
misma, una y universal, que se asienta en la caridad”.
Benedicto XVI ha reconocido
la dificultad por la que atraviesa la Iglesia en los tiempos presentes, a causa de
los ataques contra la santidad del matrimonio y de la familia, contra la vida humana,
y contra la dignidad del ser humano. Pero confiad, ha dicho el Papa, “la Iglesia es
santa e incorruptible” (cfr Ef 5, 27), como decía san Agustín: “La Iglesia
vacilará, si vacila su fundamento; pero podrá ¿vacilar Cristo? Visto que Cristo no
vacila, la Iglesia permanecerá intacta hasta el fin de los tiempos” (Enarrationes
in Psalmos, 103, 2, 5; PL 37, 1353).
Y centrándose en los problemas
que afligen a Brasil, el Papa ha señalado la cuestión de los católicos que abandonan
la vida eclesial. “Parece claro que la causa principal de este problema –ha dicho
el Papa- pueda ser atribuida a la falta de una evangelización en la que Cristo y su
Iglesia estén al centro de toda dilucidación”, porque las personas más vulnerables
al proselitismo son aquellas que tienen una fe débil. Por lo tanto hay que transmitir
los valores de la fe con el Evangelio en la mano.
Otra de las cuestiones que
más preocupa a los miembros del episcopado brasileño es la desigual distribución de
la riqueza. “Es necesario –ha dicho el Papa al respecto- formar en las clases políticas
y empresariales un espíritu genuino de veracidad y de honestidad. Aquellos que juegan
un papel de liderazgoen la sociedad tienen que intentar prever las consecuencias
sociales, directas e indirectas, a breve y largo plazo, de las propias decisiones,
actuando según criterios de maximización del bien común, en vez de buscar beneficios
personales”.
El Papa ha saludado los obispos brasileños con una petición: “Que
prosigáis y trabajéis siempre, como ya estáis haciendo, en la concordia, teniendo
como fundamento una comunión que en la Eucaristía encuentra su momento culminante
y su manantial inagotable”. Precisamente los obispos han mostrado su deseo de
seguir trabajando en este sentido al finalizar la Asamblea Plenaria del Episcopado
Brasileño dedicada al tema “Hacia la Conferencia de Aparecida”. Alina Tufani Díaz
desde Brasil ha podido entrevistar al respecto al arzobispo de Aparecida y al de Sao
Paolo.