El Papa exhorta a la Unión Internacional de Superioras Generales a cuidar la formación
humana, cultural y espiritual y huir de las comodidades y el bienestar, para llevar
a término su misión
Lunes, 7 may (RV).- Mantened vuestra intimidad con Dios, cuidad la formación humana,
cultural y espiritual y huid de las comodidades y de los beneficios para llevar a
término vuestra misión. Así se lo la manifestado Benedicto XVI a las 794 religiosas
de la Unión Internacional de Superioras Generales, desde ayer reunidas en Roma en
Asamblea Plenaria.
El Santo Padre ha recibido a las representantes de las familias
religiosas femeninas que trabajan en los cinco continentes esta mañana, en el Aula
de las Bendiciones, exhortándoles a encarnar el Evangelio “en la realidad contemporánea,
especialmente donde hay más pobreza humana y espiritual.
“Una Vida Consagrada
“mística y profética”, fuertemente comprometida en la realización del Reino de Dios”:
Es la vida que Benedicto XVI ha pedido promover a “cada Superiora General”. Para “tejer”,
en nuestra época, una renovada espiritualidad de la Vida Consagrada y, de esta manera,
tener un enfoque apostólico que responda más a las esperanzas de la gente”. El Papa
ha aludido varias veces al tema de su Asamblea Plenaria: “Llamadas a tejer una nueva
espiritualidad que genere esperanza y vida para toda la humanidad”, subrayando que
“en la compleja trama del vivir cotidiano, en las relaciones interpersonales y en
el apostolado” es necesario esforzarse por “comunicar con las palabras y los gestos
concretos el amor de Dios, por medio de la donación total de si mismo, siempre manteniendo
la mirada y el corazón fijos en Él”.
“Son estos los “hilos” con los que el
Señor os empuja, queridas Religiosas, a “tejer” hoy el tejido vivo de un fructífero
servicio a la Iglesia y un elocuente testimonio evangélico “siempre antiguo y siempre
nuevo”, en cuanto fiel a la radicalidad del Evangelio y valientemente encarnado en
la realidad contemporánea, especialmente donde hay más pobreza humana y espiritual”.
Benedicto
XVI ha trazado seguidamente las dificultades con las que se confrontan hoy la Vida
Consagrada, señalando que hay que mantener siempre muy fuerte la relación interior
con Cristo. “Sólo de esta unión con Dios brota . . . y se alimenta el papel “profético”
de la misión de una persona consagrada, y les ha hecho a las religiosas la siguiente
invitación:
“No cedáis jamás a la tentación de alejaros de la intimidad con
vuestro celestial Esposo, dejándoos capturar excesivamente por los intereses y por
los problemas de la vida cotidiana”.
Benedicto XVI ha animado la misión de
las distintas congregaciones femeninas comprometidas en 85 Países de todo el mundo
- más de 600 mil religiosas esparcidas por los cinco continentes - exhortando a las
Superioras Generales a mantener siempre su alma unida a Dios “por medio de la contemplación”,
y a no preocuparse “ tanto de hacer obras”.
Su esfuerzo, ha dicho el Papa,
es sobre todo el de testimoniar el amor de Dios, “buscando vivirlo entre la realidad
del mundo, también si su presencia resulta “incómoda”, porque ofrece y encarna otros
valores”. Finalmente el Santo Padre les ha pedido a las religiosas que cuiden particularmente
la formación:
"No os canséis de dedicar todos vuestros esmeros en la formación
humana, cultural y espiritual de las personas que os han sido confiadas, para que
estén a la altura de responder a los desafíos culturales y sociales de hoy. Sed las
primeras en dar ejemplo en el huir de las comodidades, de los beneficios, de las conveniencias,
para llevar a cabo vuestra misión. Compartid las riquezas de vuestros carismas con
cuantos están comprometidos en la única misión de al Iglesia que es, la construcción
del Reino de Dios”.